Estás jugando Starfield mal y eso es culpa de Bethesda: una radiografía de por qué Starfield ha sido el juego más polémico de los últimos años en la industria

Estás jugando Starfield mal y eso es culpa de Bethesda: una radiografía de por qué Starfield ha sido el juego más polémico de los últimos años en la industria

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Estas Jugando Starfield Mal Y Eso Es Culpa De Bethesda Una Radiografia De Por Que Starfield Ha Sido El Juego Mas Polemico De La Historia Reciente

"Me pareció un juego muy aburrido". No, no es lo que escuché sobre Starfield, es lo que algunas personas -incluyendo a un periodista especializado- me comentaron, en su momento, sobre Red Dead Redemption 2, uno de los mejores juegos de todos los tiempos.

El recuerdo vuelve a mi mente como si de un déjà vu se tratara, cuando me doy un clavado en las decenas o quizás cientos de observaciones que se están haciendo en torno a la más reciente exclusiva de Bethesda en redes sociales. Y, al recordar lo que escribí sobre Starfield en mi reseña, me pregunto si jugué un título completamente diferente.

Atrapados en el prólogo -que, para ser justos, no es nada breve-, cientos o quizás miles de jugadores de Red Dead Redemption 2 quedaron con la impresión de que Rockstar había hecho un juego lineal, bastante monótono, sin saber que un par de horas más tarde, uno de los mejores mundos abiertos jamás hechos, se abriría ante sus ojos. Pero hubo quien, incluso ya recorriendo los infinitos bosques de Big Valley, quedó con la impresión de que era un simulador glorificado de caminata.

Starfield es uno de los títulos con recepción más inconsistente que haya visto

Starfield no está a la altura de Red Dead Redemption 2, en términos de calidad, ni dejará una huella tan profunda en los anales de la industria, pero me parece que por su estructura abierta, comparte, con el juego de Rockstar, el mismo carácter multifacético, donde si bien no hay formas correctas o incorrectas de jugar, sí que hay maneras más divertidas y menos divertidas de hacerlo, lo que sumado a la atmósfera enrarecida, creada por sus exclusividad, ha abonado a una recepción caótica.

Como bien encuentras a quienes ponen a Starfield en la categoría de los mejores single-player de la historia, te topas con aquellos que lo maldicen con todas sus fuerzas, y en ambos frentes, sobran argumentos de peso para debatir. Vaya, ni todos los simpatizantes, ni todos los detractores dicen disparates. ¡Qué diablos pasó!

"Aquí está mi reseña y una profunda discusión narrativa sobre mi juego para un jugador FAVORITO DE TODOS LOS TIEMPOS: @StarfieldGame ¡Con spoilers marcados con la hora al final! ¡Mañana (lunes) volveremos a hablar de OTROS juegos, lo prometo! ¡PERO AMO TANTO ESTE JUEGO! :)"
Jaffe

Bethesda tiene la culpa y están cómodos con la confusión

A diferencia de Rockstar, Bethesda fue negligente al momento de encauzar y vender su experiencia, no sólo en términos de diseño -con un primer acto eterno y una grosera falta de tutoriales- sino también de comunicación, y el resultado ha sido uno de los títulos con la recepción más inconsistente que haya visto en 15 años de carrera periodística.

Toparse con una cinemática de transición ahí, fue la primera de varias decepciones

La explicación, probablemente, yace en lo que Bethesda dijo sobre el juego, pero más importante aún, en lo que NO dijo sobre él, o aquello que dijo en lo oscurito, con la intención de que nadie se enterara, hasta que ya tuviese el título en las manos.

Si reunimos todos los developer diaries y showcases dedicados a Starfield, encontramos pistas suficientes como para, en efecto, anticipar un clon de No Man's Sky, Star Citizen o Elite Dangerous; sin embargo, escondidos en el ADN de Bethesda y en los ríos de información diaria, estaban también los elementos para descartar ese tipo de juego.

Fue el propio Todd Howard quien, meses antes del estreno, negó que Starfield permitiera aterrizar y despegar orgánicamente de los planetas, pero no lo dijo en una conferencia, sino en una entrevista cualquiera. Como miembro de un medio, yo estaba muy consciente de eso y, por lo mismo, no me tomó por sorpresa cuando empecé a jugar. Pero para miles o quizás millones de personas, toparse con una cinemática de transición ahí, fue la primera de varias decepciones, decepciones derivadas de un trabajo de comunicación sesgado, que probablemente asimiló las ideas equivocadas, como parte de la estrategia de marketing.

Starfieldcontemplacion Para algunos, contemplar las montañas y el firmamento es espectacular, para muchos otros, es simplemente aburrido

Podemos imaginar perfectamente esas juntas entre Bethesda y Xbox, donde con cierto orgullo se esbozaron escenarios como: "¿Los consumidores imaginan a Starfield como un No Man’s Sky? Perfecto, que lo averigüen por ellos mismos. ¿Esperan Elite Dangerous? Muy bien, podría o no serlo." Para las compañías de videojuego, a menudo es preferible que te acerques a sus proyectos con expectativas erradas a que no te acerques en absoluto -más aún si se trata de un proyecto para Game Pass-, y cuando buscamos una explicación para el caos que han sido las impresiones sobre Starfield, ahí encontramos uno de los muchos motivos.

A lo anterior habría que sumar el desconocimiento que millones de jugadores tenían de Bethesda, como estudio. Es verdad que la firma de Todd Howard no es precisamente indie, pero el impulso que Xbox Game Pass le dio, proyectó a Starfield a una vitrina, incluso más grande que la que ya tenía con proyectos previos. Como conocedor veterano del estudio, las pantallas de carga en el juego fueron un simple recordatorio de lo que Bethesda siempre había sido, pero para aquellos que tenían 10 ños de edad, cuando debutó Fallout 4, seguramente llegaron como un balde de agua helada, en una industria que se ha desacostumbrado a estas "molestias". Para terminar pronto, llegué a mi encuentro con Starfield, con una expectativa bastante clara de lo que el juego sería y, más importante aún, de cómo debía de jugarlo... no todos tuvieron tanta suerte y no fue su culpa

Starfield no es Fallout y no es Skyrim

En parte por el rush de la fecha de entrega, en parte por la experiencia que yo ya tenía con títulos procedurales, invertí muy poco tiempo en los barrenos mundos que han sido eje de la discusión, entendiéndolos como el relleno de una experiencia construida en torno a los asentamientos formales, ubicados en New Atlantis, Akila City y algunos otros planetas.

Por lo mismo, no me alejé tanto como -paradójicamente- me hubiera gustado del sendero marcado, concentrándome en misiones primarias y secundarias para progresar, formalmente, en el juego, y dejando la divagación sin sentido para una segunda corrida que quizás jamás llegue.

Starfield es un juego diferente… muy bueno, pero diferente

Como lo expuse claramente en mi reseña, incluso así, las primeras 20 horas fueron más de aprendizaje que de libertad, pero una vez que crucé ese umbral, tanto en el cronómetro, como en la main quest, Starfield se abrió de par en par, dejándome apreciar a plenitud todas las posibilidades que ofrecía, fundamentalmente en sus actividades paralelas y misiones secundarias, repletas de fenomenales historias y elecciones, aderezadas con elementos procedurales -énfasis en el verbo "aderezar"-.

Bethesda, sin embargo, fue ambiguo en torno al bucle de juego. De hecho, en la guía de análisis proponía lo opuesto: perderse sin propósito por el juego, en busca de lo inesperado. El resultado ha sido, para quienes lo han hecho así, el desconcierto, con miles de jugadores anhelando de Starfield algo que no recibirían o, en el mejor de los casos, apelando a los amantes de la contemplación, que no son la mayoría.

Starfielddiscovery Starfield oculta algo mucho más interesante en su main quest que cualquier luna estéril

No existe una forma correcta o incorrecta de jugar Starfield, pero, como dije al comienzo, sí hay una más divertida que otra, y lo que Bethesda no hizo en años de promoción, lo voy a hacer yo aquí: si llegas esperando un space-sim, un No Man’s Sky, un Star Citizen o un Elite Dangerous, Starfield podría decepcionarte. Este es un juego diferente… muy bueno, pero diferente. Este es un juego de Bethesda, hecho y derecho -con todo y bugs-, donde la carne de la aventura está en las historias y, para bien o para mal, esas historias no yacen en los assets artificiales, sino en aquellos lugares rigurosamente confeccionados. Skyrim no era así, Fallout no era así, Starfield es algo aparte.

Contrario a lo que el estudio desarrollador insinuó, este no es un juego para perderse sin sentido por las lunas y centenares de cuerpos celestes, poblados únicamente por rocas y edificaciones procedurales, es uno diseñado para seguir las misiones, especialmente secundarias, haciendo escala, en esos lugares, sólo como aperitivo, como fuente de recursos o como descanso para una meta más formidable, que será el relato protocolario que estés protagonizando en ese momento, ya sea como parte de la Crimson Fleet, United Colonies, Freestar Collective o cualquiera de las facciones en el juego.

Si tomas el control con la intención de que sean los mundos procedurales los que te den toda la diversión, es probable que quedes con un sabor agridulce en la boca porque, como si se tratara de un pastel, esos lugares son el pudín, pero no el pan ni la mermelada de la experiencia. ¿Es tu culpa si llegas con esa expectativa? No, es de Bethesda, pero la intención de esta columna es poner las cosas claras. Si, por el contrario, llegas a Starfield con paciencia, un apetito de grandes historias, algunos eventos azarosos memorables y una muy buena dosis de ciencia ficción, el juego te conquistará tanto como a mí y a muchos otros.

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