Ha sido un gran año para los juegos de peleas, y no hablamos solo por la presencia de nuevas entregas de los reyes del género como Street Fighter y Mortal Kombat. No podemos ignorar a otros exponentes del género que, de una manera más relajada, nos permiten disfrutar del frenesí de competencias donde nada está dicho hasta ver la pantalla de resultados.
Aquí entra, de alguna manera, Party Animals, un juego que desde su anuncio generó revuelo, sobre todo en streamers, ante la caótica diversión que reflejaron sus primeros tráilers. El juego que alguna vez conquistó la lista de los juegos más deseados de Steam ya llegó a tiendas digitales y al debutar desde el primer día en el servicio Xbox Game Pass no es tan difícil que los dueños de una consola Xbox puedan darle una probada.
Después de varias horas de reír a carcajadas con todas las situaciones cómicas que se derivan de esta batalla campal entre botargas de adorables animalitos, podemos decirte que no te dejes engañar por su apariencia: Party Animals es uno de los juegos más violentos de la temporada.
La supervivencia del más fuerte
Party Animals comienza con un tutorial que te enseña los movimientos básicos de sus protagonistas: una especie de botargas con físicas muy graciosas que nos recuerdan juegos como Gang Beasts y Human Fall Flat.
Hay un botón para golpear, otro para tirar patadas, otro para los cabezazos y otro para saltar. Del lado de los gatillos, el izquierdo sirve para correr y el derecho para agarrar cosas. Puedes aferrarte a objetos, superficies y otros jugadores, por lo que el gatillo derecho pasa a ser uno de los botones más importantes.
Les voy a ser sincero: aún después de completar un par de veces el tutorial, la curva de aprendizaje de los controles no es tan amigable en el primer par de horas. Mis primeras partidas en línea fueron un caos total, pues no me adapté del todo bien a las gelatinosas físicas de estas botargas y me resultaba un poco complicado terminar de comprender que los ataques más efectivos son la suma de más de un comando. Por ejemplo: para dar un gancho verdaderamente efectivo debes llegar con el impulso de una carrera primero; las patadas por sí solas valen de poco, pero son de lo más efectivas si se combinan con un salto y una carrera a manera de patadas voladoras. Acostumbrarte al proceso que implica tomar en tus manos las armas que van cayendo del cielo y luego arrojarlas cuando necesitas tus manos para hacer otras acciones no es tan fácil al principio.
Entre lo que más me gustó está que los golpes pueden llegar a sentirse verdaderamente fuertes
El resultado de este caos con los controles fue todo tipo de situaciones cómicas y que fuera un lastre para mis equipos al inicio, pero a la segunda hora de juego la memoria muscular fue acostumbrándose a las combinaciones y las físicas de Party Animals, volviéndose así una experiencia mucho más disfrutable.
Entre lo que más me gustó de Party Animals está que los golpes pueden llegar a sentirse verdaderamente fuertes. Desde un martillazo, hasta el impacto con un pescado que arrojó alguien que ha salido de la partida y sigue como espectador, un golpe bien acomodado es verdaderamente dramático y violento.
En una partida me tocó hacer una que otra buena jugada defensiva en el equivalente al fútbol americano de Party Animals. Noté inmediatamente cómo una nutria del equipo rival me marcó como su objetivo y me empezó a bombardear con cabezazos sin parar que me noqueaban una y otra vez. Aunque logré escapar de sus incesantes ataques, descubrí que el jugador rival ya tenía muy bien calculado cómo dar los golpes en el punto preciso para mantenerme en el suelo. ¿Por qué les cuento esto? Bueno, pues porque me parece que es un buen ejemplo para demostrar que con la práctica se dominan los controles, las físicas y el espacio a un nivel en el que se puede comenzar a plantear una estrategia concreta para llevarse la victoria, y eso me parece un punto a favor de un juego que puede parecer muy simple, pero requiere de habilidades concretas y persistencia de los jugadores.
Al final del día, Party Animals es una lucha campal en la que solo los más fuertes sobreviven. Con sus buenos niveles de violencia –voluntaria o involuntaria– logra mantener la diversión en las partidas.
La variedad de lanzamiento está bien, pero también es un juego inflexible
En una propuesta orientada por completo al multijugador como Party Animals es fácil caer en la repetición. Siempre hay objetivos por completar en los que te puedes concentrar, pero el ciclo repetitivo de las partidas puede terminar agotando la diversión.
A su favor, Party Animals es un juego muy variado en lo que propone. Estamos ante 3 modos de juego distintos con 20 mapas y, la buena noticia, es que cada uno de los mapas tiene sus propias reglas. Por ejemplo: aunque en 9 de los mapas disponibles el objetivo es ser el último jugador en pie, cada uno de los escenarios tiene sus propias reglas, peligros y elementos concretos para que sean experiencias muy distintas. Lo mismo pasa con los 9 mapas de las competencias por equipos: conseguir los puntos es muy distinto en cada uno de ellos para refrescar constantemente la experiencia.
A su favor, cada mapa tiene reglas muy distintas. Esa variedad le viene bien al juego.
La variedad de mapas iniciales de Party Animals está bien, pero el problema está en que la estructura del juego es un tanto inflexible. Tienes la opción de crear tus propias partidas personalizadas para disfrutar exactamente el mapa que queras, pero casi no puedes meter mano al ajuste de las reglas como los tiempos, la cantidad de puntos necesarios para ganar o incluso la opción de jugar solo o por equipos. Todos los modos de juego te colocan como mínimo en pareja y no estaría mal también tener algunas partidas individuales.
Actualmente tampoco hay playlist de mapas que te permitan jugar partidas rápidas en modos específicos. La selección de las rondas depende de votaciones, de manera que es muy posible que los jugadores se decanten mucho más por dos o tres mapas que son muy populares en lugar de que el juego de alguna manera trate de hacer una rotación más uniforme para conservar la variedad.
Party Animals es inflexible en su estructura, por ahora, y le vendrían bien cambios en futuras actualizaciones. Incluso el juego local está oculto tras varias pantallas de los menús y eso denota que hay ajustes por hacer.
Pudo haber sido free-to-play ante su esquema de monetización
A Party Animals le viene excelente ser un juego que se ofrece a través de Game Pass, pues aunque también existe la opción de comprarlo –como ha sido para todos los jugadores de Steam que tienen que pagar $20 USD/ $339 MXN– el juego tiene un sistema de monetización que no se aleja de las prácticas de las propuestas free-to-play del mercado.
Si yo hubiera pagado por el juego no me sentiría muy cómodo al ver en la tienda que los mejores objetos cosméticos tienen que pagarse con dinero real, algo que no me parece la mejor práctica para un juego por el que ya se pagó un precio de entrada. Por ejemplo: la primera versión de Fall Guys –antes de convertirse en free-to-play– llegó a ofrecer trajes inspirados en licencias que podían conseguirse sin pagar microtransacciones extra, algo comprensible si se consideraba que había un precio de entrada para acceder al juego.
Es cierto, todos los artículos son cosméticos y no afectan para nada la jugabilidad, pero en un juego en el que la motivación es conseguir nuevos skins para tus personajes, se siente extraño que haya que pagar microtransacciones desde el inicio pese a que el juego tuvo su propio precio de entrada.
No me sorprendería que si Party Animals sigue creciendo y se expande a nuevas plataformas, termine adoptando el modelo free-to-play como muchos otros juegos de su género, de lo contrario lo justo sería que premie suficientemente bien los esfuerzos de quienes le dedican una buena cantidad de tiempo y que quizá haga algunos ajustes en su economía.
Un juego muy divertido y recomendable con mucho camino por andar
Aunque hay algunas asperezas en la estructura del juego, la base sobre la que está construido es muy sólida. Party Animals no es el primer título que presenta un motor de físicas realistas cómicas o sus alocados minijuegos, pero sí es un título que toma lo mejor de muchos otros juegos similares del mercado, combinándolo en una propuesta interesante que funciona para entregar partidas alocadas, caóticas, muy violentas y divertidas.
Dependerá mucho de sus creadores qué tan bien se le da rotación a los mapas, qué tantos nuevos contenidos se van a integrar y si se harán las actualizaciones pertinentes para que haya más flexibilidad. Party Animals es una novedad viral en Game Pass, pero en un juego de tipo servicio que incluye su propia versión de un pase de batalla y una tienda llena de cosméticos premium, hace falta mucho camino para que podamos considerar que se ha consolidado y que no se quedó únicamente en una novedad viral del momento.
El primer puñetazo de Party Animals es fuerte y contundente, ¿será que lo veamos quedarse con el campeonato del juego más popualar de los streamers? Eso es algo que está por verse y que depende de los siguientes pasos que se den en su desarrollo.