The Last of Us Parte I y el debate sobre cuándo vale la pena un remake

The Last of Us Parte I y el debate sobre cuándo vale la pena un remake

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The Last Of Us Parte I Y El Debate Sobre Cuando Vale La Pena Un Remake

Uno de los momentos más destacados de la generación pasada, para mí, fue jugar Resident Evil 2 Remake. Habían pasado 20 años desde la última vez que había disfrutado un título que no sólo había sido especial por ser genuinamente bueno, sino por la época en la que había existido. Por supuesto, a lo largo de ese tiempo, hubo la posibilidad de verlo nuevamente en su forma original vía YouTube o incluso la de jugarlo otra vez, pero el remake fue punto y aparte. No se trató simplemente de revisitar lo que ya conocía o de ordeñar una marca -aunque seguro hubo algo de eso- sino de hacerlo en un lenguaje distinto. Como reza el viejo adagio de James Franco en The Interview: "lo mismo, pero diferente, pero al final lo mismo".

Ahora bien, el trabajo de reinterpretación que Capcom hizo fue espectacular, pero definitivamente se vio beneficiado por el paso pronunciado del tiempo. Dos décadas son un lapso considerable, y lo es todavía más en términos tecnológicos. Los juegos de hoy lucen y se juegan de un modo diametralmente diferente de como lo hacían a finales de los años noventa. Y eso fue especialmente cierto en Resident Evil 2, un título cuya versión original operó con cámara fija y personajes pixelados sobre fondos pre-renderizados. Así que el impacto de jugarlo en perspectiva de tercera persona "libre" y con gráficos de dos décadas más avanzados fue mayúsculo. De nuevo, era la misma experiencia, pero genuinamente adaptada a una nueva época. Nueva iluminación, nuevos modelos de personajes y, más importante aún, nuevos conceptos jugables, pero la misma materia base. Resident Evil 2 Remake fue, en esencia, volver a conocer Resident Evil 2 por primera vez.

Con eso en la cabeza, resulta especialmente interesante el debate sobre la validez que tiene un remake como el de The Last of Us Parte I. Cabe acotar, antes de seguir adelante, que esta es una reflexión sobre el remake como concepto, no sobre la calidad de The Last of Us, como juego, misma que a estas alturas es indiscutible. Para que no lo vayas a tomar personal, aunque seguramente lo vas a tomar personal, de todas maneras.

The Last of Us Part I probablemente abrirá la puerta para que juegos cada vez más recientes reciban remakes

Aclarado eso, debo confesar que yo también fui de los que pensó que The Last of Us Parte I era un producto redundante, después de todo, hablamos de un trabajo de reconfiguración a tan sólo nueve años del estreno del producto original -menos si descontamos el tiempo de desarrollo-. Por supuesto, no tardaron en salir las comparativas visuales y es evidente que hay una evolución gráfica más dramática de la que imaginábamos. El remake luce distinto, mucho mejor. ¿Pero basta eso para justificar su existencia?

Bueno, que el remake de The Last of Us Parte I luzca un nuevo rostro no debería asombrarnos. El videojuego, como expresión tecnológica, constituye uno de los ámbitos más profundamente impactados por la ley de Moore, donde el progreso es cada vez más rápido y proporcionalmente evidente. ¿Estamos ante un salto de la escala de aquel en Resident Evil 2? ¿Es ese el estándar que debemos esperar? Son buenas preguntas, pero incluso si no es así, lo que tenemos es un vistazo a lo que se avecina para una industria dinámica, en la que, al menos desde el punto de vista técnico, se tienen los argumentos mínimos como para renovar productos a un ritmo cada vez mayor.

Comparativa Last Of Us
Se ve mejor, ¿pero lo suficiente?

A diferencia del cine, el videojuego es una forma de entretenimiento que promueve los cambios retroactivos, cosa que no ocurre en la pantalla grande, donde sólo George Lucas se atrevió a retocar sus clásicos, con resultados duramente criticados. Lo que quiero decir con todo esto es que The Last of Us Part I probablemente abrirá la puerta para que juegos cada vez más recientes reciban remakes. ¿Por qué? Porque se puede, pero como dice el doctor Ian Malcom en Jurassic Park: los publishers están tan preocupados por saber si se puede, que no se ponen a pensar si deben.

Cada vez vamos a tener remakes más frescos y el encanto se va a ir por la coladera

Es evidente que el motivo real que hay detrás de esta y otras reediciones es obtener dinero adicional, a partir de un producto preexistente -lo que francamente sí abona a la idea de que es más barato de producir, y se presta para cuestionar precios-. Pero buscar una ganancia frecuente no es, en sí mismo un pecado. Si estos remakes aportan lo suficiente, bienvenidos sean. La cosa es que, también a diferencia de un medio eminentemente visual, como es el cine, el videojuego tiene una faceta interactiva. Que un juego reciba un remake cada 20 segundos sólo es un modelo aceptable si los publishers son capaces de optimizar la experiencia completa en ese tiempo, no sólo los gráficos, y si también están dispuestos a aceptar un inevitable desgaste de la marca. Bajo la lógica actual, The Last of Us Parte I necesitará otro remake en 5 años, ¿tendrán los fans apetito de más?

Tomemos por ejemplo, Call of Duty: Modern Warfare 2 -sí, ya sé que son peras y manzanas, pero el punto es que también fue una reedición-. Activision decidió remasterizar su campaña en 2020 y, aunque su aspecto era mejor, para ese entonces, Infinity Ward ya había rediseñado los controles de la franquicia, haciendo sentir al clásico de 2009 realmente viejo y, paradójicamente anticuado, a pesar del retoque. Vaya, el remake no es sólo un asunto de una nueva pasada de pintura, sino también de nuevos matices del mismo color y quizás hasta nuevos muros sobre los cuales pintar.

Joel
En juegos apoyados en la narrativa, el rediseño de los modelos de personaje es un aspecto trascendental

Entonces The Last of Us Part I es testimonio de que la industria ya no necesita 20 años para reinventar sus productos con nuevas herramientas, nuevos recursos y nuevos resultados, la gran pregunta aquí es si la experiencia completa se verá genuinamente beneficiada, o si sólo tendremos remakes gráficos, porque si es así, no estoy seguro de que sea algo deseable, ni mucho menos sustentable. Sí, una marea alta, eleva todos los barcos, pero si el mercado se satura de remakes prematuros y superficiales, el efecto probablemente será el opuesto.

The Last of Us Part I es un clásico, y quiero confiar en Naughty Dog, como siempre lo he hecho, pero no estoy seguro que la evolución visual sea lo único que debamos buscar en un remake, especialmente en una industria basada, precisamente, en un progreso gráfico continuo. De otro modo, cada vez vamos a tener remakes más frescos y el encanto se va a ir por la coladera. Por mucho que se puedan mejorar los polígonos de un juego en el lapso de 5 o 10 años, prefiero regresar a ellos, cuando los cambios vayan más allá de una bonita cara, en otras palabras, volver a conocerlos por primera vez.

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