Con el paso de los años, los controles de las consolas fueron añadiendo botones adicionales, ya que los juegos también evolucionaban con mecánicas más complejas. Podemos tomar de ejemplo al primer Super Mario Bros. en el que la dinámica principal consiste en correr y saltar, y por ello el mando de la NES apenas tiene ocho botones, contando los cuatro direccionales de la cruceta.
En el presente es común utilizar los gatillos L y R, pero no siempre estuvieron ahí. Estos botones tienen su origen en una consola clásica, y se añadieron como una respuesta a varias necesidades de diseño y jugabilidad que surgieron durante esta época retro.
El nacimiento de los botones L y R
La primera consola con control con los botones L y R fue la SNES. Nintendo notó que en los mandos de esos tiempos, los dedos índice y medio no participaban en los juegos, por lo que fabricaron un control más intuitivo en donde toda la mano pudiera intervenir.
En una publicación de Digital Radical que documentó la historia e importancia de todos los controles de Nintendo hasta la GameCube, el medio indicó que la ergonomía los botones L y R permitieron acciones rápidas en juegos más exigentes, un diseño que las otras compañías de gaming adoptarían como propio.
Lo anterior benefició a que las desarrolladas de videojuegos lanzaran más títulos enfocados en la acción frenética, ya sea de disparos, carreras o peleas, porque sus ideas ya no se veían frenadas por las limitaciones del control. Los estudios pudieron experimentar con mecánicas más ambiciosas y niveles más dinámicos, en donde estos gatillos abrieron la puerta a nuevas posibilidades.
Nintendo lo diseñó y PlayStation lo mejoró
Después de la SNES, PlayStation tomó inspiración de su control para implementar botones L y R al control de la PS1. Sólo que la empresa japonesa añadió unos extras y así nació el concepto de L1,R1, L2 y R2, lo que expandió todavía más al gameplay en general.
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