Reseña de EA Sports Madden NFL 24: el tradicional juego de la NFL de Electronic Arts está de regreso, la pregunta es si anota un TD o sólo falla un gol de campo

Para los gamers que somos, también, fanáticos de la NFL, esta es una época agridulce. Marca el arribo de una nueva campaña de fútbol americano, tras meses de larga espera, pero por otro lado, nos recuerda que el único juego licenciado de este deporte, lleva años atascado… y Madden NFL 24 no es la excepción.

La nueva entrega de la longeva y (comercialmente) exitosa franquicia de Electronic Arts acumula generaciones de rezago tecnológico, maquillado con mejoras marginales para una experiencia sedienta de una renovación completa y, aunque no es una rotunda basura, Madden NFL 24 todavía no trae consigo la tan ansiada reinvención de la franquicia, es así de simple.

La primera "gran" novedad es la introducción de los minijuegos -sí, wow ¬¬-. ¿Recuerdas el modo "gauntlet" de hace algunos años? Bueno, pues regresó, pero desmenuzado e integrado en los modos Franquicia y Superstar -el equivalente del modo Face of the Franchise de entregas pasadas-.

Los minijuegos son… bueno, eso. Se trata de ejercicios de pase, tackleo, acarreo, recepción, goles de campo, patadas de despeje y más, aderezados con un toque súper discreto de arcade, lo que aunado a su brevedad, les da un sabor más dinámico que los tradicionales entrenamientos, los cuales siguen presentes, pero resultan tan desabridos como el agua simple, y a los que EA no les ha metido mano desde hace años. Los minijuegos no reinventan ninguna rueda y tampoco representan un esfuerzo muy pronunciado por hacer algo revolucionario, pero su presencia imprime energía a dos formatos de juego bastante mecánicos.

Modo franquicia... lo mismo, pero con más trámites

En el modo Franquicia, el arribo de los minijuegos abre la puerta para que la pretemporada incluya el training camp, y hace de la progresión entre partidos, un proceso ligeramente más entretenido... ligeramente. Ahora, entre fechas, puedes practicar minijuegos con jugadores específicos y así mejorar sus atributos. El único problema es que no existen minijuegos para todas las posiciones, así que si eres los New York Jets y quieres mejorar a tu centro, buena suerte. Como este, Madden NFL 24 viene marcado por aciertos y desaciertos en todas sus facetas.

Los minijuegos no son la única novedad en el modo franquicia. Ahora recibes propuestas de intercambio de otros equipos, lo cual añade una pizca, mínima, de vitalidad y realismo al trámite de la temporada. Dicho eso, cuando un equipo te envía una oferta, el juego ofrece una perspectiva incompleta de lo que dicho acuerdo significa para el equipo. No queda claro cómo afecta ese movimiento al tope salarial y cómo se vería tu siguiente draft con más o menos selecciones. Vas un poco a ciegas. Pero bueno, es una característica necesaria, que otros juegos ya tienen, y es bienvenida en Madden.

Otra novedad es que tu staff de coacheo ahora dispone de muchos más árboles de habilidades a desarrollar durante la temporada, pero decir que eso es pretexto suficiente como para comprar el juego sería absurdo, porque el asunto con este tipo de mejoras, es que apela a jugadores que pretenden disputar más de una temporada por año, algo que, al menos en Latinoamérica, difícilmente puede ser prioridad, cuando Madden tiene carencias más flagrantes, como localización al e/spañol latino.

Y finalmente, tenemos el tema de la negociación de contratos con tus jugadores, que no es que haya cambiado, como tal, pero ahora permite ajustar la dificultad de las "conversaciones" con tus estrellas, así como el impacto que el interés de tus atletas tendrá en su probabilidad de renovar con tu equipo. Reconfigurar estos apartados, permitirá que los jugadores acepten más fácilmente tus ofertas o las rechacen tajantemente, ahorrándote tiempo.

Si eres de los que gusta de transformar franquicias, estás de suerte porque Madden NFL 24 suma países nuevos en todo el mundo, como posibles mercados de relocalización; permite mudarse en cualquier momento; y quita el candado a equipos como los Raiders o los Rams, para que puedan recibir identidades completamente renovadas -solían ser equipos que no podían cambiar de nombre, sin importar la ciudad en la cual terminaran-.

Asia, Europa, Sudamérica, ahora son regiones viables para establecer a equipos de la NFL, sin importar lo irreal que resulte en términos de logística. Aunque el esfuerzo no fue más allá en materia de logotipos o de arenas ficticias, los cuales permanecieron exactamente iguales a los de entregas previas.

Superestrella, la nueva cara de la franquicia

EA lleva años experimentando con nuevas maneras de dar a los fanáticos una experiencia enfocada en un solo jugador, que resulte divertida y sustanciosa en términos de narrativa, pero tras múltiples intentos fallidos de contar una historia, EA Tiburón echó por la borda cualquier atisbo de relato y se enfocó, en lo que le sale, más o menos, bien: la carrera per se. Eso no significa que en Superstar no haya cinemáticas, las hay, pero te ahorras el paso por la NCAA, lo que para nosotros es una mejor propuesta.

En Madden NFL 24, prácticamente de inmediato saltas a la NFL, no sin antes pasar por el Scouting Combine, una novedad que suena mejor de lo que realmente es, y consiste en cumplir con tres o cuatro minijuegos de botonazos para establecer tu rating inicial como profesional. Estos minijuegos se repiten casi íntegros, independientemente de la posición a la cual aspires, y su impacto en tu clasificación es prácticamente nulo… no pasarás de 79.

De ahí en adelante, el bucle de juego es casi el mismo del año pasado: fijas tus actividades de la semana, simulas la mayoría de ellas, entrenas, disputas el partido que corresponda, te llevas las recompensas y pasas a la siguiente semana. El único cambio es que en Madden 24 puedes entrenar con minijuegos… los mismos del modo Franquicia. Ese trámite -y sí, estamos conscientes de lo mucho que usamos la palabra "trámite" en esta reseña- no dio ningún salto cuántico.

Las mecánicas de juego por posición no cambiaron, lo que sí cambió y para bien, fue el enfoque. En todo momento puedes ver la calificación que estás obteniendo (A, B, C, etcétera) y el juego te indica, continuamente, cuáles de tus acciones están siendo recompensadas, lo que no sólo pasa por jugadas grandes, como recepciones, pases de TD y capturas de QB, sino por movimientos menos vistosos, pero importantes, como quitarse de encima un bloqueo, llevar a cabo uno, o ejecutar una cobertura de zona adecuada, facilitando una captura de parte de tus compañeros... el trabajo sucio, pues. Con ello se maquilla la sensación de intrascendencia y repetición que percibimos el año anterior y que hacía de la modalidad algo tremendamente monótono. Es, como dijimos, un ajuste simple, pero hace una diferencia importante.

Lo visual, el punto fuerte de la experiencia

La presentación visual, por su parte, es la que quizás mejoró más de un año a otro. Eso lo notas desde que creas a tu superestrella en el modo para un solo jugador, pero por supuesto que también beneficia al resto de la experiencia, al resto de los equipos y al resto de los partidos. Curiosamente, es el cabello el que lo delata con mayor dramatismo, lo que no sería raro, considerando que EA viene invirtiendo mucho en tecnología de hebras de cabello desde hace años. La iluminación es espectacular y el paquete televisivo que acompaña a la "transmisión" de los duelos está a la altura de la de cualquier otro título deportivo o incluso por encima. Pirotecnia, fuego, iluminación volumétrica, las texturas en los uniformes, los gestos, todo eso es sobresaliente.

Pero por cada paso al frente, se da, cuando menos, uno para atrás y, en este caso, esa zancada en reversa viene en la forma de las ruedas de prensa, los "diálogos" entre tu entrenador y sus jugadores, las pocas, pero muy mediocres cinemáticas que hay, las instalaciones de alto rendimiento que EA Tiburon reutiliza año con año, los alrededores de los estadios, las bandas, llenas de maniquíes de baja calidad y una experiencia de usuario desesperante, con los menús más lentos que existen en la categoría AAA de los videojuegos. Ponemos "diálogos" entre comillas porque muy a menudo son intercambios silenciosos de cajas de texto, así que estamos siendo generosos en el uso de esa palabra.

Todo lo que acabamos de mencionar tiene el mismo matiz acartonado y de maqueta que lleva teniendo desde hace una década, sólo que cada vez con mayor resolución. Sí, la presentación televisiva y el aspecto de los jugadores es de primera, pero todo lo demás no lo es. La escena donde aparece Deion Sanders para animarte en el Draft es, realmente, una cosa decepcionante, cuando recuerdas experiencias como El Trayecto (de FIFA), procedente de la misma compañía, aunque no obra del mismo estudio. Y los tiempos de carga demoran una eternidad, en relación con juegos como EA Sports FC 24, el cual se perfila a prescindir de ellas por completo.

Cuando menos, el modelado de entrenadores mejoró, así que ahora podemos apreciar a nuestro hermoso Robert Saleh en toda su calva magnificencia, y se dio el "esperadísimo" retorno de los referees sobre el terreno de juego, pero de nuevo: nada de eso es realmente importante.

Madden y las leyes de la física, separados al nacer

Lo realmente importante ocurre (o no ocurre) sobre la bendita cancha y ahí, Electronic Arts prometió hacer cambios vitales con la llamada Sapien Technology, en mancuerna con FieldSense 2.0, jerga de marketing que podemos traducir como la promesa de más y mejores animaciones, y el mencionado retoque de los modelos de jugadores. Pero, mientras en la mezcla siga habiendo una dependencia tan pronunciada de las capturas de movimiento, Madden seguirá sintiéndose como un juego deportivo de otra era. Las costuras entre secuencias permanecen súper evidentes y las redes sociales están llenas de videos que, como ha ocurrido desde hace una década, delatan el precio a pagar por la subordinación a una tecnología del pasado, con anomalías de movimiento por todos lados.

Los tiempos de respuesta son excelentes, especialmente al correr con el balón, pero Madden 24 es un juego inconsistente a la hora del contacto, donde como bien puedes escapar de manera incomprensible de un tackle, puedes tropezar sin sentido y perder una primera y diez, gracias a las hormigas en el pasto.

Las contorsiones paranormales son la norma en este juego, tanto como lo fueron el año anterior, y el previo, y el anterior a esos dos. Y la cosa se pone peor cuando muchos jugadores intervienen en una misma jugada. La animación de un defensivo tratando de levantarse, puede hacerte tropezar, quedar atrapado entre dos linieros es muy común, intentar un tackle seguro y que ello resulte en una animación de empujón también pasa con regularidad. Es decir, Madden y la física son enemigos, y para tratarse de un juego de fútbol americano, ese es un pecado mortal. Este es el peor defecto en el juego, uno que siempre ha estado presente y a EA Tiburón no parece importarle dos céntimos.

Si sirve de consuelo, hay nuevas animaciones de tackle, nuevas animaciones para recepciones en disputa, y nuevas cinemáticas entre jugadas, PEEEERO… -sí, hay otro pero aquí-, todo eso envejece con el paso de los partidos -como es natural- y por cada nueva cinemática de dos jugadores haciéndose de palabras en el emparrillado, hay una cinemática de lesión que se repite constantemente. Eso por no mencionar tartamudeos de rendimiento inexplicables, entre el menú de selección de jugada y la formación, entre las repeticiones y el menú de jugada, y entre las cinemáticas de celebración y lo que sea que siga después. A eso suma uno que otro bug, donde por ejemplo, los jugadores quedan tendidos sobre el pasto, como si hubieran muerto y no se levantan y, de nuevo, terminas con un esfuerzo inconsistente.

Madden Ultimate Team... lo mismo de siempre

Y así es como llegamos a nuestra parte favorita (not). Madden Ultimate Team que, como siempre, es la modalidad que te recibe, ni bien pones el juego por primera vez. Aquí, para nuestro gusto, EA no hizo mejoras reales, pero para colmo, las que hizo, en realidad empeoraron algo de lo poco que no estaba roto. En pocas palabras, reestructuraron el menú de la modalidad para enfocarse más en los eventos semanales y de temporada, con la supuesta intención de hacer el onboarding y la navegación general de la experiencia, más accesibles. La realidad es que el acomodo previo de Ultimate Team era más claro. No es como que ahora no entiendas nada, sencillamente es de esas cosas que nadie pidió y no atienden una necesidad real.

El resto de la experiencia es, esencialmente, la misma, pero con nuevas animaciones a la hora de abrir sobres, las cuales pasarían desapercibidas, de no ser porque los influencers que se dedican sólo a este modo, parecen morir y revivir cada que ven una de estas breves cinemáticas de "revelación". El asunto es el de siempre, meterse a hacer un montón de retos temáticos, súper simples y monótonos, acumular monedas, comprar sobres, sacar jugadores nuevos, mejorar tu plantilla, evolucionarla, entrar a un partido y rogar por que los dioses del algoritmo te pongan frente a alguien que, habiendo pagado o no, tenga un plantel relativamente similar al tuyo. O bueno, pagar.

Los modos "arcade" Showdown (antes The Yard) y KO, permanecen, el primero con más neón y el segundo, exactamente igual al año anterior. Se trata, por si no los conocoes, de dos formatos de juego no-realistas. El primero es de 3 Vs. 3, y el segundo es de 11 vs. 11 pero con muerte súbita y con equipos, conformados por una mezcla de fantasía entre coaches y jugadores reales. Nada de esto es nuevo y no mejoró significativamente.

¿Vale la pena Madden NFL 24?

Si hay algo peor para un crítico de videojuegos que reseñar un mal juego es ver a un mal juego seguir igual año, tras año, tras año. Madden NFL 24 es como el día de la marmota, pero transformado en una franquicia de fútbol americano, al punto en el que ya parece la versión Legacy Edition de FIFA para Switch (e incluso esa, ya mejoró), sólo que sin reconocerlo. Sus defectos permanecen, sus mejoras son casi imperceptibles y lo único que realmente cambia, son los uniformes. Madden NFL 24 no vale la pena y si te gusta el fútbol americano, no te queda más que esperar a que EA se canse de tantas críticas, y haga cambios de fondo. ¿Cuándo será eso? Ni idea.