La campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 cuenta la mejor historia de la trilogía, pero después de la primera misión, se convierte en un juego completamente diferente

Guste o no, Call of Duty: Modern Warfare es un FPS legendario, del tamaño de Halo o cualquier otro que se te venga a la mente. Teniendo eso en cuenta, hace falta un grado de veneración y cuidado cuando se intenta modificarlo. Afortunadamente Infinity Ward había hecho un trabajo muy digno con el reboot/reimaginación de la saga… hasta ahora.

Por mucho tiempo se habló de que no habría Call of Duty este año y, cuando Activision lo desmintió, de inmediato aparecieron rumores sobre que el publisher llenaría ese vacío con un DLC glorificado para Modern Warfare 2. Desconocemos si Call of Duty: Modern Warfare 3, verdaderamente, se concibió como una expansión, pero incluso si así fue, quedó muy mal, y a continuación te explicamos por qué.

La historia de Call of Duty: Modern Warfare 3, a la altura de lo que se esperaba

Como su versión original, la nueva trilogía de Call of Duty: Modern Warfare narra la historia de la Fuerza Operativa 141 en su misión por detener a múltiples facciones terroristas, al más puro estilo de las novelas de Tom Clancy, pero aderezada con recursos visuales y narrativos hollywoodenses, y explosivos. Ya sabes… persecuciones, intriga, abundantes cambios de zona horaria, conteos regresivos, nombres clave y armagedones a sortear.

Nuestros héroes están de regreso

En términos de historia, Call of Duty: Modern Warfare 3 se alinea perfectamente con esa filosofía argumental y hace un relato con matices de thriller geopolítico que, si tuviéramos que juzgar, únicamente por sus cinemáticas, diríamos que es categóricamente bueno y digno, no solamente de la serie, sino de una plataforma de streaming. Es una pena que eso no sea lo único a considerar.

Tras los acontecimientos de Modern Warfare 2, y sin entrar mucho en spoilers, un nuevo enemigo se yergue en el teatro de operaciones mundial, y es tarea de nuestros héroes clásicos (Price, Soap, Ghost y compañía) darle caza para evitar una conflagración mundial.

Los escritores aciertan nuevamente, al momento de reimaginar el viejo relato, imprimiéndole un matiz contemporáneo y respetando los puntos más memorables de la trama. Como en Modern Warfare 2 (2022), traiciones y eventos dramáticos que recuerdas, tanto de Modern Warfare 2 (2009), como uno que otro de Modern Warfare 3 (2011) están de regreso, sólo que ocurren bajo circunstancias diferentes e ingeniosamente adaptadas. Ojo, estoy hablando, exclusivamente, de la trama. En el caso de la nueva No Russian, el problema no es cómo la reinterpretan narrativamente, sino cómo se juega, pero ya abordaré eso, un poco más adelante.

Si tengo un par de reproches para el libreto, el primero es que requiere conocimiento de los eventos narrados en el modo multijugador, del año pasado a este. Los antagonistas de Modern Warfare 2 juegan un rol un poco desconcertante para quienes se quedaron en los créditos de aquel juego y no regresaron. Por fortuna, el hilo conductor del script termina por entenderse, incluso sin esos referentes.

Un nuevo enemigo ha entrado en la arena... Makarov

El segundo es que el desenlace es abrupto y poco satisfactorio, un pecado que ninguno de sus predecesores, viejos o nuevos, cometió, y que alimenta la teoría de que esto iba a ser una especie de puente entre Modern Warfare 2 y el Modern Warfare 3 verdadero, no este impostor. La trama va ascendiendo, ascendiendo, ascendiendo… y entonces se detiene en el clímax sin resolver prácticamente nada.

El diseño, el verdadero villano

Por décadas, Call of Duty se ha distinguido por su diseño lineal de niveles. Estoy hablando de corredores infinitos, llenos de detonadores: detonadores que abren la puerta a los enemigos, detonadores que la cierran, detonadores para explosivos y detonadores para cinemáticas, por mencionar algunos.

Guste o no, hace 20 años, Infinity Ward encontró el balance perfecto entre libertad y libreto, generando experiencias más compatibles con las de una atracción de Disney (para adultos) que con las de un videojuego vanguardista, libre o de mucha profundidad. Con sus virtudes y sus defectos, esta filosofía marcó a la franquicia de principio a fin, pero no más.

Por motivos desconocidos, Call of Duty: Modern Warfare 3 echa a la basura esa escuela de desarrollo y la reemplaza con una estructura de niveles abiertos que recuerda a las misiones Spec Ops del propio Call of Duty: Modern Warfare o a Far Cry -pero sin el mundo abierto-.

De los 14 capítulos que conforman la campaña, por lo menos la mitad encomiendan al jugador con la monótona tarea de abrirse paso por bases enemigas, más o menos llenas de enemigos, pero con una dosis raquítica de estructura, donde lo único que ves es espacio abierto, adversarios, cajas con munición y objetivos. Hablamos de fuertes, básicamente.

Así de vacíos están muchos de los niveles de Modern Warfare 3

Si hay una virtud en ese formato es que, hoy más que nunca, sirve como tutorial para Warzone, porque las mencionadas cajas incluyen rachas de bajas y otros accesorios propios del multijugador, pero las emociones mueren en el proceso. Es como si de un rollercoaster de Six Flags, te teleportaran a un gran parque, en el cual tú tienes que encontrar la manera de divertirte. ¿Es posible? Claro que sí, pero no es, ni remotamente, igual de satisfactorio.

Un nivel estándar de Call of Duty: Modern Warfare 3 comienza con una cinemática y luego te pone en los zapatos de algún personaje, cuya tarea es, esencialmente, llegar a sus objetivos. Puedes hacer las cosas un poco más interesantes si optas por una aproximación furtiva, pero también mucho más simples si sólo corres hacia la meta, matando a todos.

Conforme vas encontrando cajas con arsenal, esas armas se suman al repertorio del que dispones para empezar el nivel, si deseas volver a jugarlo, pero a menos que te maten, honestamente no hay un aliciente como para regresar, y eso que la campaña dura, apenas, unas cinco horas. Después de todo, para dinámicas como esa, tenemos a Hitman.

Como dije hace unos instantes, esta arquitectura evoca a Far Cry, excepto que Ubisoft adereza sus repetitivos fuertes con conceptos jugables de cierta complejidad, tales como generadores, jaulas con animales salvajes, cámaras o alarmas claramente designadas, que el jugador debe considerar en su estrategia para atacar. Call of Duty: Modern Warfare 3 no tiene nada de eso y encuentra formas de hacer las cosas, incluso, más aburridas, con misiones que ni siquiera te permiten desenfundar tu arma en aras de cambiar el ritmo, como si éste ya hubiera sido demasiado excitante. No es el caso, y eso es especialmente decepcionante en la reinterpretación de No Russian, aquí bautizada Passengers, la cual no te deja tomar el control, prácticamente, en ningún momento. Es una cinemática de cinco minutos, en la cual tú puedes mover al personaje por 20 segundos, a lo mucho. El agente Allen, que Dios tenga en su santísima gloria, se debe estar revolcando en su tumba con esta nueva versión.

Death from Above está de regreso... otra vez

Sólo el primer capítulo de la aventura recuerda al Modern Warfare que todos conocemos, presentando el asalto a una fortaleza, claramente inspirada por la misión Gulag, fusionada con elementos de Black Tuesday, de Modern Warfare 2 (2009). Mientras que dos o tres de las operaciones finales se acoplan también con una filosofía lineal, aunque con menos esmero y muy, pero muy poco, en materia de innovación. De hecho, la campaña inserta el enésimo "homenaje" a Death From Above, mismo que da testimonio de que no hubo tiempo ni creatividad para aportar algo fresco.

Es cierto, esto se siente como un DLC… y no sólo un DLC, sino un DLC cooperativo que fue transformado en una micro-campaña individual y, por lo tanto, hueca. Un efecto adverso adicional es que, en el proceso de metamorfosis, este armazón destruyó la sensación de épica escala que había caracterizado a la franquicia, en donde tú eras un soldado más en una batalla gigantesca. En sus comienzos, Call of Duty se separó de Medal of Honor precisamente por esa atmósfera que aquí desapareció. Eres, casi siempre, un solitario operativo tras líneas enemigas, un ejército de un solo hombre rodeado por murmullos y el sonido de la naturaleza, hasta que decides dar el primer paso.

Un FPS hermoso, de eso no cabe duda

Como era de esperar, Call of Duty: Modern Warfare 3 es un juego que se ve y se escucha de primera. Cuando Infinity Ward cambió de motor gráfico, pensé que no habría manera de hacer que la saga luciera mejor, pero me equivoqué. Independientemente de otros desaciertos, la franquicia ha ido puliendo todavía más el apartado visual y sonoro a lo largo de los últimos dos años, es una lástima que esto no se aproveche más.

Como dije, sólo el primer nivel hace gala del músculo técnico del que, verdaderamente, dispone la franquicia, y también hay una misión bajo el agua que pese a todo, luce espectacular. Texturas en máxima resolución, iluminación volumétrica, dispersión subsuperficial, oclusión ambiental y cualquier otro recurso gráfico que puedas imaginar están presentes en un juego diseñado con apatía pero producido con maestría… en especial durante las cinemáticas.

Cero bugs, cero crasheos. Mi única queja para la experiencia de usuario es, como siempre, el tamaño de la descarga: 165 GB, incluyendo el mentado hub Call of Duty HQ, un panel principal intrincado y de difícil navegación que cada vez es más molesto usar.

Parece una fotografía, pero no lo es

La campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 viene con voces en inglés o español latinoamericano y, como siempre, el casting y la ejecución son excelentes, aunque -como siempre, también- en el jugarlo con doblaje se pierden los acentos regionales, mismos que son parte de la esencia de los personajes.

Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que Call of Duty: Modern Warfare tuvo un rol protagónico en mi decisión de convertirme en crítico de videojuegos. Con ello en mente, me siento traicionado y, hasta cierto punto, ofendido por lo que Activision hizo con este triste, triste remedo de Modern Warfare 3.

La campaña no sólo cometió el pecado capital de aburrirme, sino también de deprimirme. Incluso si la usas como mero aperitivo para el multijugador, este es un bocado que francamente querrás escupir.

Peor aún, ya hemos escuchado la palabra "abierto" en la misma oración que Modern Warfare Zombies, así que tememos lo peor. Y, honestamente, sí parece que Activision instruyó al estudio desarrollador a que encontrara la manera de apresurar un proyecto que, hasta su primera misión, parecía destinado a ser algo muy diferente y más satisfactorio.

Si juegas Call of Duty por su campaña, tanto como por su multiplayer, la primera mitad del producto sale rotundamente reprobada, no vale la pena y pasará a la historia como la primera mancha en el inmaculado historial que Modern Warfare había mantenido por décadas.