Fuera del mundo del manga y el anime, Akira Toriyama es sobre todo recordado por haber creado la imagen de clásicos indiscutibles del RPG: Dragon Quest, Chrono Trigger, Blue Dragon. Lo que pocos recuerdan es que el creador de Dragon Ball también prestó sus lápices a icónicas franquicias de juegos de pelea, como es el caso de Tobal No. 1: un título que llegó al PlayStation original con luchadores con un diseño tan exquisito como el de cualquier saiyajin.
Toriyama y los juegos de lucha: el caso de Tobal No. 1
Akira Toriyama aterrizó en el mundo de los videojuegos en 1986 para diseñar el arte de Dragon Quest, y desde entonces, el mangaka se volvió inseparable del medio. De esta manera, su estilo característico, generalmente más asociado a la industria del anime, se convirtió en un sello distintivo de varias franquicias de videojuegos que marcaron a generaciones enteras.
Para sorpresa de las nuevas generaciones y muchos no enterados, el mangaka también imprimió su estilo en una franquicia de fighting game que nos morimos por ver de nuevo en alguna consola o PC: Tobal No. 1. El juego fue un experimento visual y de gameplay que, aunque no alcanzó la popularidad de otros títulos de pelea de la época, dejó su huella en la historia del género.
Tobal No. 1 fue desarrollado por DreamFactory y publicado por Squaresoft en 1996 para la PlayStation. Dirigido por Seiichi Ishii, quien había trabajado en Tekken y Virtua Fighter, el juego presentaba un innovador sistema de combate en 3D con una inusitada libertad de movimiento. Como si esto no fuera lo suficientemente llamativo, Akira Toriyama también participó en el diseño de los personajes, dándole un estilo visual único.
El arte de Akira Toriyama en Tobal No. 1 se tradujo en personajes con diseños bastante llamativos y carismáticos. Desde el protagonista Chuji Wu hasta el imponente Gren Kuts, cada luchador contaba con una personalidad y una estética inconfundible: todos seres que parecían sacados de una versión alternativa de Dragon Ball o Dr. Slump.

Incluso Toribot, el alter ego de Toriyama, apareció como personaje jugable. Un año después, el juego tuvo una secuela, Tobal 2, que también contó con arte del creador de Dragon Ball y mejoró todo lo visto en el primer título, pero nunca llegó a occidente de manera oficial. Con el tiempo, la franquicia desapareció del mapa y el arte de Toriyama quedó sepultado en el recuerdo, sin una tercera entrega ni un libro de arte que nos devolviera a este universo tan peculiar.

Poco se recuerda el trabajo de Toriyama en este juego de peleas, pero los diseños de todos estos luchadores son buenísimos y no le piden nada a un guerrero saiyajin o al peleador más estrafalario de Dr. Slump. Si bien Tobal No. 1 es una obra que ha pasado desapercibida para muchos, su arte y estilo siguen siendo un testimonio de que lo que el mangaka podía hacer: brillar en cualquier medio donde plasmara su imaginación.
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