En años recientes Annapurna Interactive se ha convertido en sinónimo de calidad cuando hablamos de la escena de juegos independientes. Además de tener una excelente selección de títulos que brillan por su apartado artístico y propuestas fuera de lo común, ya cuentan con varios candidatos a GOTY como Stray y Cocoon. Pese a que estamos en una temporada agitada de lanzamientos y pendientes –ante la inminente llegada de la temporada veraniega de anuncios– sabía que no podía dejar pasar Lorelei and The Laser Eyes, el nuevo juego de la compañía que debutó en Nintendo Switch y Steam.
Lorelei and The Laser Eyes es un desarrollo de Simogo, estudio sueco cuyo más reciente título es ‘el video musical pop convertido en videojuego’ Sayonara Wild Hearts. Lo que Simogo nos entrega en esta ocasión con Lorelei and The Laser Eyes es algo sumamente distinto, un juego con un toque más oscuro, misterioso y terrorífico.
No te miento si te digo que Lorelei and The Laser Eyes es el juego más inquietante que he jugado este año y también uno de los más desafiantes. Imagina la perspectiva y formato de los clásicos Resident Evil con ingeniosos puzzles revolucionarios y una atmósfera tan artística como retorcida. Acompáñame a ver por qué este título es otra joya de Annapurna Interactive que no puedes perderte.
A tomar papel y lápiz
Cuando acepté hacer la reseña de este juego, la agencia que nos dio acceso al mismo me pidió mi dirección. Días más tarde recibí un pequeño paquete, dentro del que había un cuaderno. Al leer la carta adjunta descubrí que Simogo diseñó dicho cuaderno como una manera de elevar la experiencia del juego. Es casi imposible jugar a Lorelei and The Laser Eyes sin un cuaderno donde puedas tomar notas y esta libreta que recibí por correo viene diseñada con algunas referencias y esquemas que, aunque no diluyen la dificultad de los puzzles del juego, sí se convierten en un buen acompañante del juego.
“¿Qué tan difícil estará el juego como para recibir una especie de ‘manual’ como los juegos de la vieja escuela?”, me preguntaba mientras hojeaba el misterioso cuaderno que, además, invitaba a dar más de una pasada al juego ante la promesa de que cada partida sería única.
No importa que tengas o no la libreta oficial del juego diseñada por Simogo para disfrutar de este juego de puzzles único, pero sí debes saber que papel y lápiz es un requisito prácticamente indispensable en un juego que confía lo suficiente en el jugador como para que prácticamente todo en el juego sea un entramado de acertijos que activarán tus neuronas como pocos juegos del mercado.
Un juego minimalista y monócromo que recuerda por su formato a Resident Evil
Además de los zombies, Racoon City y Umbrella Corporation, gran parte de la magia de los primeros juegos de Resident Evil tenía que ver con su estructura, atmósfera y puzzles. Una cámara fija alimentaba la ansiedad típica que deben provocar los survival horror y era verdaderamente mágico cuando en un lugar del mapa encontrabas aquella pieza que te faltaba en un puzzle que se encontraba en un punto muy lejano del escenario.
Tomo esto como punto de partida para describir Lorelei and The Laser Eyes. Al igual que en esos primeros juegos de Resident Evil estamos ante un juego en tercera persona con cámaras fijas en distintos ángulos dependiendo del lugar en el que te encuentres. Para obtener una atmósfera inquietante y lúgubre, Simogo optó porque el juego fuera monócromo en su paleta de colores, únicamente aderezado por tonos rosas en algunos elementos como las flores y… la sangre.
Eres Lorelei, una chica que llega a investigar los misterios de un hotel ubicado en medio de un bosque tenebroso. Los controles son tan minimalistas como la presentación del juego: básicamente consisten únicamente en usar la palanca para desplazarse y el botón que quieras para interactuar con elementos y/o abrir el menú. Aquí no hay combate, pleitos o acción, solo un hotel de varios pisos que se presenta como un gigantesco ‘escape room’ en el que nunca se te lleva de la mano, sino que vas obteniendo pistas que te ayudan a deducir qué hacer a continuación mientras se entreteje una inquietante narrativa al estilo de What Remains of Edith Finch.
Entrar al hotel es el primer acertijo, pues no es tan directo como llegar únicamente a la puerta y abrirla. Una vez que estás en el lobby del hotel, empezarás a encontrar pistas de acertijos que se interconectan en una red en la que el mínimo detalle puede ser la clave para seguir avanzando en el juego.
El hotel de Lorelei and The Laser Eyes, que se convierte en el protagonista de este juego, tiene una atmósfera muy peculiar en la que encontrarás elementos de varias épocas que empezarán a confundir tu mente hasta que vas encontrando el hilo que justifican su presencia.
Volvamos al punto con el que empezábamos esta descripción, aunque ahora imagina qué pasaría si Resident Evil hubiera tenido acertijos tan complejos y demandantes que necesitaras un cuaderno para poder resolverlos. Aquí es donde Lorelei and The Laser Eyes se convierte en un juego con dificultad muy elevada, sólo apto para aquellos que confíen en la parte lógico-matemática de su cerebro, pues llegar al final es una ardua tarea.
Puzzles revolucionarios: difíciles, pero excesivamente satisfactorios
Al llegar al lobby del hotel de Lorelei and The Laser Eyes te encontrarás con que prácticamente todas las puertas están cerradas. Candados de combinación, paneles de botones sin números, un viejo reloj con símbolos extraños o huecos en estatuas te dan a conocer que para poder explorar muchas de las habitaciones primero hay que investigar.
Las viejas páginas arrancadas de un libro, el polvoriento plano de un edificio, una misteriosa carta o un póster de una película hecho trizas pueden ser pistas, pero nada está completamente claro. Debes ser muy observador, tomar nota de todo lo que parezca importante y, quizá hacer dibujos de patrones que puedan servirte más adelante mientras sigues investigando.
Si estás cansado de los juegos que te llevan de la mano, aquí tienes una propuesta distinta en la que quizá las primeras horas te sientas abrumado por la cantidad enorme de posibles pistas en tu entorno que no sabrás exactamente cómo conectan. No obstante, en cuanto unes los puntos y todo va cobrando sentido se convierte en una experiencia muy satisfactoria. Una vez superada la abrumadora curva de dificultad inicial entenderás de mejor manera cómo funciona todo y se convierte en un juego muy disfrutable.
No quiero adelantarte mucho del tipo de acertijos que te esperan, pero puedo decirte que muchos de ellos son pruebas lógicas y matemáticas. La mayoría de los rompecabezas implican el uso de números, reconocimiento de patrones y deducción de situaciones. A veces hay que recordar conocimientos básicos como el uso de los puntos cardinales, la numeración romana, el alfabeto griego y hasta la lectura de relojes analógicos: este tipo de referencias son las que venían de manera conveniente en el cuaderno que se me proporcionó, acompañadas de algunos planos y esquemas útiles para ahorrarse algunos dibujos al resolver problemas. Gran parte de las veces hay que combinar más de una pista para encontrar una respuesta, una tarea que no es tan evidente o sencilla, pero que una vez más, conduce a una experiencia muy disfrutable.
Si estás cansado de los juegos que te llevan de la mano, aquí tienes una propuesta distinta
Te recomiendo mucho que seas muy organizado con las pistas en tus anotaciones, pues aunque la protagonista posee una función conocida como ‘memoria fotográfica’ que registra las pistas más importantes en un menú, muchas veces es mejor tener a la mano una anotación que te ayude a dar con el código que necesitas para abrir una puerta.
Lo más interesante de todo, es que las viejas cartas, pósters, carátulas de películas y obras de arte que te van dando las pistas para avanzar en la exploración también van entretejiendo la narrativa obscura e inquietante del juego. Este equilibrio perfecto entre un relato misterioso e interesante con puzzles demandantes pero muy bien diseñados genera una experiencia única.
Uno de los principales méritos del juego –uno en el que lo considero verdaderamente revolucionario– es la manera en la que el entramado de puzzles están interconectados funcional y narrativamente.
Lorelei and The Laser Eyes ¿Vale la pena?
Los acertijos que propone Laser and the Laser Eyes se sienten como algo distinto. Sin llevarte de la mano, es una experiencia demandante y exigente, pero de la misma manera, es proporcional lo bien que se siente unir las pistas y que tus deducciones te vayan conduciendo al final. Resolver los misterios del juego me hizo sentir como Wade Watts tratando de desentrañar los easter eggs de OASIS en Ready Player One y ese nivel de puzzles no se tiene todos los días en un juego del género.
Una experiencia como pocas en su género
También creo que es bueno decir que Lorelei and The Laser Eyes puede que no sea un juego para todo público pues el tipo de puzzles que pone sobre la mesa son bastante exigentes. Si pese a esta advertencia te atreves a tomar el reto, es muy posible que encuentres una experiencia como pocas en su género.
En conclusión, Annapurna Interactive lo volvió a hacer. Con Lorelei and the Laser Eyes han colocado otra joya en su catálogo, una de la que quizá sigamos escuchando este año, sobre todo cuando recordemos los mejores títulos independientes que están llegando al mercado. Vale mucho la pena.