Reseña de Gran Turismo: De Jugador a Corredor: la legendaria saga de carreras de PlayStation da el salto al cine con un motor veloz, pero sin apuntar al podio

Reseña de Gran Turismo: De Jugador a Corredor: la legendaria saga de carreras de PlayStation da el salto al cine con un motor veloz, pero sin apuntar al podio

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Gran Turismo La Pelicula Resena Playstation

Si hay algo que cine y videojuegos comparten es su amor desenfrenado por la velocidad. Películas y juegos de carreras los hay por montones en ambos medios, y con ello en mente, era cuestión de tiempo para que Gran Turismo diera el salto a la pantalla grande… y lo hizo. Gran Turismo llega a las salas de cine del mundo la próxima semana, enmarcada por la era dorada de las adaptaciones de pixel a celuloide.

El simulador de carreras virtual puede sonar como poca premisa para una película, pero la decisión de adaptar la historia verdadera de Jann Mardenborough, un exitoso piloto de carreras surgido de la cantera de la GT Academy, hace toda la diferencia. Gracias a ello, la adaptación de Gran Turismo adquiere sustancia, aunque tampoco aspira a ser Rush o el Days of Thunder de una nueva generación -como algunos han querido venderla-.

La parrilla de salida: la trama

Gran Turismo es una película predecible y argumentalmente simple, que descansa cómodamente entre las categorías feel-good (para sentirse bien) y coming of age (película adolescente). Pretende, en el mejor de los casos, celebrar a los gamers y en el peor, entretener de una forma predecible y sin complicaciones… esto no es ni Oppenheimer, ni Barbie, pues. Si ves los tráilers, puedes imaginar perfectamente el hilo conductor y, probablemente hasta el desenlace.

Gran Turismo no sabe si es una película para gamers o una para amantes de las carreras

Eso no significa que la película sea un fracaso -ya ahondaremos en eso después-, y uno de los aciertos tempranos de la producción es el protagonista.

El actor inglés Archie Madekwe constituye una selección muy adecuada para el rol de Mardenborough. No sólo se parece a él, cuando el papel se torna emocionalmente demandante, el joven histrión cumple sin lágrimas falsas, y eso nos sorprendió. Pero la diferencia entre él y un actor consumado es evidente, y en ese sentido, David Harbour es, quizás, la verdadera estrella de la película. A pesar de que su rol como mentor no será nada nuevo para quienquiera que haya conocido al señor Miyagi, el tipo se compromete con el papel del viejo y gruñón Jack Salter, y le inyecta mucha personalidad a una película que, de otro modo, pecaría de desabrida.

Gtharbour David Harbour es el alma de la película

Ahora bien, esta es una adaptación basada en un videojuego preexistente, así que el director Neil Blomkamp, mejor conocido por la mítica District 9, está obligado a entregar easter-eggs y ese requisito es un arma de doble filo para la narrativa de los grandes premios.

La historia de la GT Academy funciona perfecto como cimiento argumental, pero la necesidad de rendir homenaje a Gran Turismo, como videojuego, se convierte en un distractor para la parte de la película que debe fluir con mayor naturalidad: las carreras.

Una película de carreras, hecha a las carreras

La lucha de Mardenborough por convertirse en piloto profesional genera conflictos simplones, pero suficientemente sustanciosos como para mantenerte enganchado con la historia, cuando esta ocurre fuera del auto… y eso que el runtime es de poco más de 2 horas. El problema viene cuando se nos pone tras el volante.

Basta echar un vistazo rápido a escenas de carrera de Ford V Ferrari, Rush o Days of Thunder para comprender lo que está mal acá. Mientras esas películas ofrecen encuadres abiertos y cortes largos de la competencia, Gran Turismo apuesta por una fórmula completamente opuesta, en el afán -quizás malentendido- de no aburrir a los jóvenes espectadores.

Una película palomera en el sentido más reconocible de la expresión

En una misma secuencia, el director muestra al vehículo de carreras transformarse en una silla gamer, ves una perspectiva del auto que recuerda a la que tienes en el juego, escuchas un sonido que remite a Gran Turismo, observas a los pistones explotar con violencia al interior del motor, viajas sobre un dron mientras este ofrece una perspectiva aérea de la pista, y al final, te pones en los zapatos de Mardenborough, al pisar el acelerador. ¿En qué lugar va el protagonista? ¿Qué está pasando, como tal, en la carrera? Buena pregunta. La edición es muy fragmentada y, para quienes estamos acostumbrados a seguir la F1 cada domingo, resulta desesperante. No se te deja apreciar la competencia como tal, hasta que Blomkamp congela un cuadro y te muestra las posiciones de un modo poco elegante, y que atenta contra el ritmo de la película, por más errático que es.

Reseñamos Gran Turismo 7 hace un año y fracción, y entendemos perfectamente lo que la saga significa para generaciones y generaciones de jugadores. No menospreciamos el intento que hizo PlayStation Productions por recordarlos, y tampoco vamos a negar que ciertos detalles, cameos y referencias, nos dibujaron una sonrisa, pero quizás hubiera sido preferible sacrificar algunos de ellos, en aras de hacer relatos más sólidos de las carreras. En ese sentido, parece que Gran Turismo no sabe bien si es una película de (y para) gamers o una película sobre autos y pilotos. Quiere ser las dos y, en la confusión, pierde algo de enfoque.

Gran Turismo Pista Encuadres como este son raros en una película que apuesta por el CGI y un ritmo frenético de edición

El drama de Jann Mardenborough

¿Significa eso que Gran Turismo es una película rotundamente mala? No. El alma del motor -además de Harbour- es lo que ocurre cuando Jann Mardenborough no está manejando y, aunque este no es, ni de chiste, material de Oscar, tiene momentos conmovedores que complementan y, en muchos sentidos, rescatan al filme.

Mardenborough enfrenta algunos conflictos en casa y, ya como piloto, experimenta situaciones muy serias que, si bien desentonan con el tono juvenil y superficial del relato, realmente ocurrieron y ofrecen algo que masticar a quien busca más que dramas adolescentes y CGI. De hecho, creemos que, por respesto a los involucrados, uno de esos momentos "serios" ameritaba más atención.

Jannmbrgh El verdadero Jann Mardenborough se desempeñó como doble de acción para la película

Harbour resulta indispensable para estos momentos y, aunque aparece poco, Djimon Honsou, también lo es para otros. Hasta se nos humedecieron los ojos -algo que no esperábamos en la película de Gran Turismo-. Y no nos olvidamos de Orlando Bloom, pero el británico no trasciende porque su papel como "ejecutivo visionario" rápidamente lo pone en el asiento trasero, lo que conociendo al actor, probablemente haya sido una decisión deliberada.

Cabe acotar, antes de terminar, que la premiere del filme se exhibió con doblaje al español y, aunque de principio nos distrajo un poco, en última instancia, el trabajo fue de primera. Siempre hemos pensado que no nada sustituye perfectamente la intención del actor original, pero si vas con tus sobrinitos o algo por el estilo, puedes ver Gran Turismo en español latino sin ningún problema.

¿Vale la pena la película de Gran Turismo?

Como dijimos antes, las referencias al juego están presentes en varios momentos, hay un cameo de Kazunori Yamauchi a la Stan Lee y, aunque quizás fue el más breve, el easter-egg de victoria fue uno de los que más nos conmovieron. Los fans quedarán satisfechos en ese sentido, como también aquellos que no esperen demasiado de una película palomera en el sentido más reconocible de la expresión. Eso no es ningún pecado, pero como demostró Top Gun: Maverick, el año pasado, hasta en esa categoría se puede aspirar a mucho más y Gran Turismo no lo hizo. Como con Uncharted, PlayStation Productions apostó por lo simple y lo seguro, y probablemente le $alga bastante bien.

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