En medio de todos los problemas que Xbox está enfrentando para concretar la compra de Activision Blizzard, Bethesda lanza su primer juego exclusivo de Xbox Series y PC tras la compra de Microsoft, y los resultados están muy lejos de lo que se supone que debería ser está unión. Claro que antes de adelantarnos con la conclusión hay que revisar todo lo que es Redfall… o, mejor dicho, lo que no es y sus errores de principiante para un juego que se presentaba como un AAA para la marca verde. Y claro, lo más importante, dar respuesta a la gran pregunta: ¿Redfall vale la pena?
Redfail
A grandes rasgos, Redfall es un shooter multijugador para cuatro personas en donde los jugadores tienen la oportunidad de enfrentarse a un enemigo poco común: vampiros. Redfall también es un pequeño pueblo a las orillas del mar en el que un extraño experimento ha despertado a estos seres de la oscuridad sedientos de sangre. Como jugadores tomamos el control de un sobreviviente con habilidades únicas y mucha valentía, pues no importa que el mar está congelado o que una voz misteriosa le susurra todo el tiempo, nuestro personaje viajará por todo el pueblo (y más allá) con tal de develar el misterio de los vampiros.
Tras una pequeña introducción y un rápido tutorial, Redfall nos manda a una estación de bomberos que sirve como el punto central de nuestra aventura, una fortaleza con los pocos sobrevivientes que quedan en el pueblo y una larga y repetitiva lista de tareas que nos permiten avanzar poco a poco en la historia. Entrar en este edificio no significa un gran cambio sobre lo que pasa en el juego, solo es un lugar en que podemos administrar misiones, inventario y recuperar salud cuando las cosas se ponen difíciles en las calles.
Estamos ante un juego repetitivo y con pocos o nulos puntos a resaltar
Con nuestro personaje seleccionado y tras refugiarnos en la estación de bomberos, llega la hora de comenzar con la experiencia de Redfall, y no importa si juegas solo o en compañía de hasta tres amigos, la dinámica es SIEMPRE la misma: seleccionar una misión, ir de la estación de bomberos al lugar indicado, matar algunos sectarios, eliminar unos vampiros, encontrar una cosa que brilla en el lugar de la misión y presionar start para regresar a la estación de bomberos.
De vez en cuando el vampiro es un poco más fuerte que el último que mataste o aparecen más sectarios en el mapa, pero no hay un cambio importante entre misiones. Podría parecer que minimizamos la experiencia, pero no, estamos ante un juego repetitivo y con pocos o nulos puntos a resaltar. Ni siquiera la estructura de las misiones tiene sentido respecto al juego, pues en unas cinco horas comienzan a aparecer armas de nivel muy alto que hacen muy sencillo el resto del juego, mientras que los puntos de experiencia tardan mucho en aparecer y las habilidades se quedan rezagadas… si es que te acuerdas del árbol de habilidades.
A lo anterior hay que sumar una ciudad sin vida y no precisamente porque los vampiros hayan hecho de las suyas. Cuando recorres las calles apenas y notas diferencias entre casas, edificios y autos abandonados; al menos el ciclo de día y noche le pone un poco de variedad a la iluminación y de vez en cuando la música aporta un extra a la atmósfera… pero nada puede salvar este desastre. Por otro lado, la dificultad tampoco sube mucho la intensidad, pues la mayoría de soldados esparcidos por el mapa se muere al tercer balazo.
Al menos los vampiros te rinden un poco más y si atacan en grupo el juego se pone un poco más interesante. Uno de estos chupasangre no es precisamente un reto pero los desarrolladores le ponen un par de elementos extra para una experiencia más compatible con el mito. Por ejemplo, puedes debilitar al vampiro con balazos normales, pero para matarlo necesitas un arma con estaca para atravesar su corazón. También puedes usar luz ultravioleta del escenario o de ciertas armas para congelarlo y darle, literalmente, un golpe de gracia.
Redfall es tan poco emocionante que da igual pensar en una estrategia
El problema con los vampiros es lo mismo que en todo el juego: la repetición. A lo largo del juego te encontrarás con unos cuatro o cinco diseños para TODOS los vampiros, poca dificultad para derrotarlos con un arma de nivel medio o la misma animación de muerte para cuando clavas una estaca. Para colmo, en algunos momentos encontramos vampiros flotando en el escenario sin un objetivo en particular, no atacan ni pueden ser eliminados… sólo están ahí, esperando a que mueras para poder desaparecer.
Hablando de morir, Redfall es un juego muy fácil. Como ya mencionamos, tres balazos son suficientes para algunos enemigos y si te encuentras con un arma de nivel legendario tendrás un viaje todavía más tranquilo. Siendo justos, morimos varias veces, pero al regresar a la partida el reto era nulo, no había nada que nos motivará a intentar algo diferente y en la mayoría de los casos solo tuvimos que buscar entre las armas de nuestro inventario para hacer todo más fácil. Redfall es tan poco emocionante que da igual pensar en una estrategia; lo único que tienes que hacer es tirar plomo con un poco más de precisión para triunfar… pero el triunfo nunca significa nada.
Ante un juego tan simple podríamos esperar una historia elaborada cuando menos, pero tampoco. Redfall ni siquiera tiene cinemáticas, por lo que la historia se presenta a través de ilustraciones con voz en off que, nuevamente, no motivan al jugador a querer descubrir más de la campaña. Y en la estación de bomberos la cosa no cambia, pues cada que pasas por ahí los NPC repiten las mismas tres o cuatro palabras, y los que tienen una conversación no dicen nada interesante. Por lo menos hay algunas misiones que impulsan un arco narrativo estilo Umbrella en Resident Evil, pero tienes que poner mucho de tu parte para que eso funcione.
Y sí consigues que la historia te atrape las misiones nos regresan a la monotonía, con ideas genéricas, caminatas aburridas y uno que otro refugio que puedes liberar evadiendo el acertijo correspondiente y presionando un botón por apenas unos segundos. Redfall no tiene nada que lo haga destacar de la competencia, ni siquiera en sus apartados en línea donde solo el anfitrión avanza en la historia. Una decepción total.
Pero es un juego de Xbox Series X...
A nivel técnico tampoco hay muchas cosas buenas que decir. De hecho, los 30 FPS en Xbox Series X es lo de menos, pues aún con eso se siguen cayendo los cuadros por segundo cuando sales de la estación de bomberos o mueves rápido la cámara. El estilo gráfico tampoco le ayuda mucho a la experiencia, principalmente en el diseño de los personajes y los modelos tan repetitivos para el escenario y los enemigos. Y bueno, los problemas de siempre: mucho popeo de texturas y sombras, así como gráficos en baja resolución para los detalles del escenario.
Redfall es una de las decepciones más grandes del año y un enorme tropiezo para Xbox
Para la banda sonora hay pocas críticas, pues casi siempre se pierde entre los ruidos ambientales, pero se siente ese toque clásico de John Carpenter o Stranger Things, según conozcas la referencia. Lamentablemente el doblaje es el que se lleva la peor parte por la mala adaptación de los chistes y frases que no se sienten naturales con el personaje, a pesar de que la selección de voces está muy bien casteada. Otro punto negativo es lo repetitivo de los diálogos, tanto de los NPC como de nuestro protagonista. Además, jugando con subtítulos a veces se cuelan diálogos que no sabemos si son un error o alguien, además del villano principal, no está acechando a lo lejos.
¿Vale la pena Redfall?
Redfall no vale la pena. Sabemos que los suscriptores de Game Pass podrán aprovechar que el juego les llegó de día uno para, por lo menos, probarlo… pero recomendamos buscar algo más interesante en el catálogo del servicio o apostar por uno de los lanzamientos más recientes como Jedi Survivor o Dead Island 2. Redfall es una de las decepciones más grandes del año y un enorme tropiezo para Xbox. Y sí, sin importar que sean juegos muy diferentes, no podemos ignorar que Redfall nos pone a dudar sobre lo que no espera con Starfield.