Si algo he aprendido con el tiempo, es que el arte es un ciclo que se repite a través de diferentes medios, y el mito de los vampiros es el más claro ejemplo de ello: salido de la literatura, el monstruo más famoso de todos se volvió icónico en el cine gracias a Nosferatu, y de la Gran Pantalla, muchos años después, saltó a los videojuegos como ocurrió con Castlevania.
De esta manera, pudimos ver al gran Nosferatu convertirse en uno de los jefes más memorables de Symphony of the Night.
Del folclor al expresionismo alemán
Inspirado por la figura histórica de Vlad el Empalador y su crueldad legendaria, Bram Stoker creó al conde Drácula, quien a su vez sirvió como base para Nosferatu, personaje que dio vida a la película homónima dirigida por F. W. Murnau en 1922. Considerada una de las obras maestras del género, Nosferatu representó a los vampiros como figuras cadavéricas y monstruosas, alejadas del glamour que Drácula tendría posteriormente.
De esta manera, la obra se convertiría en un referente visual y narrativo, con reinterpretaciones contemporáneas como la película Nosferatu de 2024, dirigida por Robert Eggers, y, por supuesto, con la inspiración para uno de los jefes más icónicos de Castlevania: Symphony of the Night: el malvado Olrox.

Del expresionismo alemán a los píxeles
75 años después, el Nosferatu del cine dio el salto a los píxeles en Castlevania: Symphony of the Night con la aparición de Olrox. En el juego, Olrox aparece como jefe de los Cuarteles de Olrox, y su nombre, “Orlok” en japonés, es un guiño directo al conde Orlok de Nosferatu.
Este encuentro ocurre en una majestuosa sala adornada con vitrales religiosos, donde Olrox espera sentado al final de una mesa de banquete. Aunque inicialmente no es hostil, al acercarse Alucard comienza una feroz batalla.
Lo más interesante ocurre tras la primera derrota del jefe, quien revela su forma verdadera: una criatura esquelética sumamente parecida al personaje de Max Schreck, lo que, sumado a la estética y la atmósfera del enfrentamiento, evocan claramente la influencia del Nosferatu original.
Olrox en el Universo de Castlevania
A partir de su aparición en Symphony of the Night, Olrox se convirtió en un personaje bastante recurrente en la saga Castlevania, teniendo lugar no solo en los videojuegos de la franquicia.
De esta manera, el vampiro apareció en juegos como Aria of Sorrow y Dawn of Sorrow mediante referencias como el traje de Olrox, y fue reintrepetado como el Conde Brauner en Castlevania: Portrait of Ruin, e incluso una nueva versión de Olrox tuvo lugar en la serie animada de Netflix como un vampiro azteca. Lo cierto es que su presencia sigue siendo un guiño constante al legado de Nosferatu, convirtiéndose en un claro ejemplo del transmedia que han tenido los vampiros.

El mito del vampiro ha logrado sobrevivir y evolucionar a lo largo de los siglos, adaptándose a los tiempos modernos mientras mantiene elementos de sus más remotos orígenes. Películas como Nosferatu de Robert Eggers alimentan este imaginario, y de la misma manera Konami, fusionando lo clásico con lo contemporáneo, nos ha ofrecido con Olrox una visión particular de este arquetipo.
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