De ser una de las sagas deportivas más discretas de la industria, MLB The Show se ha convertido en una franquicia notoria, debido en buena medida a su controvertido salto a Xbox. Tampoco se pueden ignorar el Clásico Mundial de Béisbol, que puso al "rey de los deportes" en el radar de muchos quienes normalmente no prestarían atención a esta disciplina; y los polémicos cambios al reglamento, en aras del espectáculo y la brevedad.
Sobre el papel, todo esto convierte a MLB The Show 23 en una rendición importante de la serie, pero en la práctica, la entrega refleja el mismo mal que aqueja a la mayoría de las franquicias deportivas -sino es que a todas-. Es un juego tan bueno como sus predecesores, pero está atrapado en una espiral de mejoras acumulativas que no abonan mucho al panorama global de la saga.
Dentro del Estadio
Fiel a la tradición, MLB The Show 23 es un juego hardcore de béisbol que pretende abarcar todo: modo carrera con un solo pelotero, temporada, temporada abreviada, juegos de exhibición, en línea y el también tradicional modo por cartas. La gran novedad en la oferta es el debut de The Negro Leagues, una modalidad de carácter narrativo que rinde homenaje a los jugadores afroamericanos que rompieron la barrera racial en la MLB. Ya abordaremos esto un poco más adelante.
El juego se siente prácticamente igual entre las manos
Hablemos primero de lo que pasa sobre el diamante, que al final es lo más importante. Acá la diferencia más notoria yace en las mecánicas de lanzamiento. En el pasado, cuando un jardinero o shortstop fildeaba la pelota para devolverla al infield, aparecía un medidor de potencia cuyo punto óptimo siempre estaba en el centro y sólo variaba en anchura. Ahora, ese "punto óptimo" cambia de lugar, de acuerdo con el jugador, sí, pero también de acuerdo con el tipo de batazo que esté fildeando, de la velocidad con la que le llegue a la bola, qué tan bien perfilado esté, hacia dónde la quiera lanzar, etcétera. Es más desafiante, pero también orgánico y realista; es un acierto.
También modificaron los tiempos de respuesta y aunque San Diego Studio lo promocionó como algo tremendamente complejo, lo que nosotros percibimos con el control en las manos fue "simplemente" que los jardineros demoraban más tiempo en reaccionar a la hora de correr hacia un batazo profundo.
Por otro lado, se habla de la introducción de 6 mil animaciones al juego. La realidad es que hace falta un ojo muy minucioso para detectarlas, debido a la naturaleza estática del béisbol. Lo que dice San Diego Studio, seguramente, es verdad, pero no resulta evidente en primera instancia, como sí lo es en juegos de deportes fluidos, tales como el fútbol soccer, el baloncesto o el fútbol americano. En pocas palabras, el juego se siente prácticamente igual, entre las manos.
Por lo concerniente a presentación, también hablamos de una entrega continuista. Si acaso, da la impresión de que optimizaron los modelos de los peloteros con mejores texturas, pero es algo sutil. Como sútil es también la cámara de fanático que permite ver el partido con perspectiva desde las gradas entre innings. Eso sí, para efectos de la creación de tu jugador -que es una parte importante de Road to the Show y Diamond Dynasty- puedes descargar la aplicación de MLB The Show en tu móvil, tomarte una selfie y meterla en el juego. Como diría George Harrison en Los Simpson, "eso ya se ha visto", pero la ejecución es magnífica. La interpretación que de la fotografía hacen la aplicación y el juego es muy fiel a tu aspecto real; definitivamente superior a lo que puedes hacer usando las herramientas creativas que el juego incluye por default.
Este es un acierto que abona a una oferta de personalización y de inmersión, de por sí muy cultivadas, porque MLB The Show ya incluía un catálogo de pistas de audio enorme, el cual permitía que mencionaran a tu jugador por nombre y apellido, cuando ibas a batear y demás. Eso por no mencionar el repertorio, también abundante de pistas de audio para ciudades y equipos, que imprime muchísimo realismo a la experiencia de crear un equipo. Y sí, la herramienta para crear estadios sigue ahí, con la opción de edificar arenas nocturnas.
En el vestidor
Hablemos de Road to the Show, que es el modo donde más aprecias a tu jugador creado. Acá lo que cambió fue la forma en la que está diseñado el menú de tu pelotero, así como también la interfaz del vestidor. La esencia de la modalidad es la misma, pero movieron algunos menús y renombraron otros. Tienes la opción de generar diferentes perfiles de pelotero, dependiendo del rol que vaya a desempeñar dentro de un determinado partido. Esto resulta especialmente relevante si eres un two-way player, porque habrá veces que salgas al diamante como pitcher, mientras que en otras lo harás como parador en corto, por poner un ejemplo (también se puede ser jardinero, catcher y demás).
Tienes, como en años pasados, un perfil de juego principal, y 2 perks secundarios. Todo esto lo vas desbloqueando conforme avanzas en tu carrera. Pero, al menos durante la primera parte de tu trayectoria, los 2 perks secundarios son los que más impactan en tu forma de afrontar cada duelo porque son los que desbloquees más rápido. Estos perks serán los que puedas enfocar más al fildeo, al bateo o al pitcheo. Nada de esto es nuevo.
Como en años previos, MLB The Show permite que te "armes" con diferentes tipos de pitcheos y los asignes a los botones preferidos, pero ahora yacen mejor explicados, a fin de que aprecies mejor tus fortalezas y las emparejes correctamente con el tipo de lanzamiento. Claramente se describe e ilustra cuál es la categoría general a la que pertenece un lanzamiento, ya sea que se trate de una bola rápida, rompiente, cambio de velocidad o con movimiento, independientemente de sus múltiples y confusas variantes. Tus estadísticas reflejan cuán bueno eres para cada tipo de lanzamiento. Con ello en mente, se supone que te equipes sólo con los tipos de bola para los que tienes talento en cada punto de tu trayectoria. El año pasado, esto no era tan claro, así que hubo una evolución en materia de experiencia de usuario aquí.
Dicho eso, la dinámica de la modalidad permanece casi igual, con sus fortalezas y debilidades, la principal de las cuales es el carácter cuadrado y silencioso de todo el trámite, plagado de narraciones acartonadas y cajas de texto. La buena noticia es que ahora, las entrevistas con anfitriones, periodistas y jugadores reales, se presentan como pistas de audio y no como las largas, sobreactuadas e intrusivas cinemáticas de antaño.
The Negro Leagues
Donde hay un poco más de historia y creatividad es en las Negro Leagues que, como decíamos, constituyen la novedad más grande de MLB The Show 23. No las compararíamos directamente con The Journey de FIFA o Face of the Franchise de Madden, ni tampoco con algunos de los modos historia de NBA 2K, los cuales hasta involucran a directores reales de cine. Este es más bien un documental jugable, como los dedicados a Michael Jordan, donde lo que se te relata tiene valor histórico.
Una modalidad muy refrescante
Hay alrededor de una decena de jugadores afroamericanos que, como dijimos, fueron parteaguas en las Ligas Mayores e incluso en la sociedad y cultura estadounidenses. Es Bob Kendrick, director del museo de los jugadores negros de béisbol, quien te va contando acerca de cada uno de ellos, con un derroche de conocimiento, sólo comparable con el de pasión que el anfitrión hace.
Kendrick te relata una parte de su vida, ilustrada con pietaje real, así como elegantes animaciones caricaturizadas, y después juegas un partido con retos. Completar cada una de las historias de estos jugadores se traduce en recompensas, principalmente, su carta para usar en Diamond Dynasty, una dinámica que aplica al juego completo, por cierto.
La virtud de esta modalidad (al margen de su valor didáctico y dignificador), en términos de presentación, es que los peloteros legendarios juegan con uniformes auténticos de la época, con sus emblemas reales, en los parques reales históricos. Los umpires llevan la vestimenta correcta de mediados del siglo XX y la gente en la tribuna va vestida como correspondería a ese momento histórico. El único reproche que tenemos -y es uno importante- es que al estudio le faltó la temeridad para agregar un filtro blanco y negro, que realmente le hubiera dado ese toque refrescante a la imagen de la modalidad.
Incluso más importante que eso, nos hubiera gustado que hicieran de los retos algo más sustancioso porque se trata de trámites simples que no van más allá de la repetición de acciones puntuales. La narración de los cronistas sigue construyendo sobre los cimientos de Kendrick, mencionando detalles históricos adicionales que se aprecian, pero hizo falta una pizca más de audacia e ingenio para redondear la que, de otra manera, es una modalidad refrescante.
Las carencias
Ahora bien, como dijimos al comienzo, esta campaña de la MLB tuvo un arranque explosivo porque vino precedida por el Clásico Mundial de Béisbol, que equivale al Mundial de fútbol. MLB The Show 23 tiene la licencia, y uno hubiera esperado que esta se hubiera aplicado a una modalidad formal. En su lugar, el torneo viene transformado en concepto temático para Diamond Dynasty, donde hay un reto de temporada con sus respectivas recompensas, como los uniformes de las selecciones y, por supuesto, las tarjetas de los peloteros, correspondientes a su rendimiento en el evento. Pero si te apetece jugar el Clásico Mundial de Béisbol, como torneo o en exhibición, mala suerte, y eso constituye una decepción tremenda.
Otra omisión importantísima -y múltiple- pasa por los cambios al reglamento. La ausencia más evidente en este rubro es el nuevo cronómetro de pitcheo, que ha sido súper trascendental, polémico e impactante para el rey de los deportes. San Diego Studio habló de incluirlo, pero jamás lo vimos. Y la franquicia, de hecho, ya va rezagada en otros aspectos notorios.
La ausencia más notoria: el cronómetro de pitcheo
El año pasado se introdujo el PitchCom, sistema que permite a pitcher y catcher comunicarse con una pulsera y un dispositivo en la gorra del lanzador, evitando así las trampas. Eso no está en el juego. Tampoco podemos dejar de lado el hecho de que, desde hace tiempo, cada equipo tiene una forma diferente de celebrar los cuadrangulares en el dogout, ya sea poniéndole un blazer especial, una capa, una corona o un sombrero al héroe del momento. Eso tampoco está y así, de a poco, MLB The Show cada vez se siente un poco más desfasado en aspectos que, si bien no son vitales, pasan factura a la inmersión y hacen contrapeso a sus virtudes.
Que no se malentienda: todo lo bueno de MLB The Show permanece en su edición 2023, incluyendo su extraordinaria jugabilidad. Los controles son extraordinariamente responsivos, las mecánicas son variadas y realistas, y hay pocas cosas tan satisfactorias como hacer contacto perfecto con una bola rápida, sentirlo en las manos y ver a la pelota surcar los aires hasta caer en un rincón de las gradas, en medio del alarido de una multitud que no llenó el estadio por tratarse de un partido de media temporada. MLB The Show es un juego así de realista, pero el deporte en el que se basa está evolucionando a pasos agigantados y, por el motivo que sea, a San Diego Studio le está costando un poco ponerse al corriente en autenticidad.
El Draft
Una novedad que sí está, yace en el modo franquicia, cuyo draft ahora es más entretenido y vistoso, tanto de ver como de preparar. Este evento ya estaba en el juego desde el año pasado, pero era bastante desangelado.
En MLB The Show 23 se suma un nuevo scout y se establece un ciclo semanal de búsqueda de talento, dependiente de la fortaleza de cada buscador de prospectos. Los domingos del calendario toca revisar los resultados y enviar a los scouts a nuevas regiones, ya sea para analizar a jugadores específicos, encontrar peloteros de una sola posición o tratar de dar con diamantes en bruto.
La mecánica toma una página de March to October para establecer prioridades. La importancia de este sistema es sobresaliente, pues sólo hay 14 semanas para estudiar a tantos prospectos como sea posible, a fin de que, en junio, puedas seleccionar a los mejores jugadores con certeza de que lo son. Si ignoras esta parte del juego, llegas al draft a ciegas, comprometiendo el futuro de tu club.
El día del draft, en vez de la desangelada tabla de otros años, ahora existe un cronómetro y cinemáticas. Los primeros picks aparecen con bombo y platillo, rodeados por una misteriosa nube de humo, y tus selecciones también se presentan con un poco más de fanfarria, para que no sea solamente el recorrido vertical por una lista con nombres. En pocas palabras, el draft mejoró muchísimo y ahora es una parte muy entretenida que enriquece al modo Franquicia.
Online y Diamond Dynasty
Por lo concerniente al tema en línea y para sorpresa de absolutamente nadie, Diamond Dynasty es, quizás la modalidad más robusta del paquete, y como dijimos antes, la novedad más notoria que percibimos de botepronto fue la introducción de todo lo relacionado con el WBC, desde tarjetas temáticas de jugadores, hasta equipamiento; así como la capacidad inmediata de obtener jugadores de muy alta calidad. Todo aderezado con cuantiosos programas, coleccionables, modos individuales -el regreso de las mini temporadas-, el modo Conquest, modo rankeado (tanto en DD, como tradicional), juego cooperativo, progresión y juego cruzados. Mucho de todo esto, ya estaba el año pasado.
Lo que no estaba eran los capitanes, tarjetas especiales que impactan en el desempeño del resto del equipo, si se dan ciertas condiciones, lo cual te motiva a crear equipos temáticos, por ejemplo uno conformado por puros peloteros All-Star (si seleccionas a Bryce Harper) o uno conformado por múltiples capitanes, involucrando tarjetas que de otro modo no considerarías, lo cual resulta sano para la modalidad, independientemente de que nos guste o no, como tal.
Una modalidad adictiva, como siempre
Otra novedad aquí son las temporadas, algo que ya no parece fresco en otros juegos, pero aquí lo es, y le viene perfecto, pues fiel a este tipo de estructura, descontinuará tarjetas de cierto tipo con el paso del tiempo, inyectando nuevos peloteros y nuevas formas de jugar Diamond Dynasty a lo largo de su ciclo de vida.
Dicho eso, este sigue siendo un modo algo oscuro, donde el balance siempre será motivo de intriga. Jugar partidas igualadas estándar fue una experiencia completamente distinta, en términos de competitividad, de hacerlo en Diamond Dynasty, donde las revolcadas frente a equipos, en apariencia, similares al nuestro, fueron la norma. Dejando de lado teorías de conspiración, la modalidad se siente muy renovada y es adictiva… como siempre.
Para redondear tenemos el frente técnico, donde MLB The Show sigue ofreciendo una experiencia visual extraordinaria, de esas capaces de engañar consistentemente al ojo experto y poco entrenado por igual. El juego hace uso de las resistencias dinámicas, cuando juegas Road to the Show y lanzas a las diferentes bases; la vibración de la pelota haciendo contacto con la manopla y la sensación del batazo perfecto denotan carácter y minuciosidad en el desarrollo, si bien todo eso ha sido una marca de la casa desde hace tiempo. Como desde hace tiempo, el juego batalla con los breves elementos cinemáticos de los partidos, donde la tasa de cuadros suele caer un poco. ¡Ah, y otra cosa! MLB The Show es un juego tremendamente quisquilloso con la conectividad. No tanto como el año pasado, pero aún lo es, padeciendo desconexiones frecuentes e inexplicables, así como tartamudeos en los duelos con otras personas, al más mínimo problema de velocidad o ping.
La esencia de la experiencia permanece casi intacta
Aunque parezca disco rayado, seguiremos insistiendo con la necesidad de narraciones en español, máxime cuando el Clásico Mundial de Béisbol puso de relieve el carácter auténticamente internacional de este deporte, mismo que se práctica con fanatismo en muchos países latinos, por no mencionar a los asiáticos, que tampoco son pocos.
Una victoria en extra innings
Al final del día, MLB The Show 23 es un juego de béisbol continuista pero sobresaliente, y menos mal porque permanece como el único título realista de béisbol disponible en todas las plataformas.
Dicho eso, no escapa de los males que padece su categoría, haciendo aportes incrementales a cada entrega. The Negro Leagues es una gran idea y si eres un fanático clavadísimo del béisbol, vale el precio completo del juego. Ahora bien, como mencionamos líneas arriba, va siendo momento de que San Diego Studio se ponga al corriente con varios temas de autenticidad, cuya omisión cada vez es más inadmisible.
En cualquier caso, para los seguidores del rey de los deportes que buscan un buen juego de béisbol, MLB The Show 23 es la recomendación segura, pero si jugaste la entrega del año pasado, esperar por la rebaja o jugarlo en Game Pass es una mejor idea, pues la esencia de la experiencia, permanece casi intacta.