La Xbox original tenía un error de fabrica que podía "quemar" su sistema interno

La primera Xbox fue una cosa gigante. Al interior de esta enorme caja había componentes tecnológicos que eran casi como los de una PC gamer. Con su procesador Intel y un disco duro integrado, Microsoft metió hardware de computadora en un gabinete de consola, siendo un diseño atípico para la época. 

En ese contexto, esa misma estructura tipo PC también tenía tenía sus desventajas, como que la consola generaba más calor, necesitaba ventilación constante y era más costosa de producir en comparación con la PS2 y la GameCube. En especial, la Xbox original tenía un error de fabrica que podía "quemar" su sistema interno.

La falla técnica que podía "quemar" la Xbox

Uno de los componentes internos de hardware de la primera Xbox era el condensador del reloj en tiempo real. Como su nombre lo indica, este funcionaba para mantener la hora y fecha correcta, incluso cuando el dispositivo estuviera apagado. Pero, al inicio de la producción, este componente era de mala calidad y solía tener una falla mortal.

El problema era que el condensador del reloj podía reventarse o inflamarse, lo que ocasionaba que se derramara un líquido corrosivo llamado electrolito. Dicha sustancia caía sobre la tarjeta madre, provocando daños en las conexiones y los chips, con consecuencias como: errores en el encendido, apagados repentinos y en el peor de los casos, dejaba inservible a la consola. 

¿Cómo se podía prevenir este problema? 

En sí, no era que el electrolito prendiera fuego, sino que el daño era tan severo que la tarjeta madre quedaba “quemada” en un sentido irreparable. La manera para prevenir esto era quitando el condensador a tiempo después de cierto plazo de uso y reemplazándolo por uno nuevo. La buena noticia es que, a partir de la Xbox versión 1.6, Microsoft quitó ese componente.