Es probable que la GameCube no sea la consola más popular o memorable de Nintendo. En su día, el dispositivo enfrentó dos grandes desafíos: competir contra el éxito arrollador de la PlayStation 2 y también contra la primera Xbox, el debut de Microsoft en el negocio de los videojuegos. Aún así, la marca de gaming intentó que su artefacto cúbico tuviera elementos que la distinguieran de la competencia, lo que también le jugó en contra.
Contrario a la PS2 y la Xbox, la GameCube no empleó el formato de DVD estándar para sus juegos. La compañía nipona prefirió utilizar un disco similar al mini DVD, el cual medía unos ocho centímetros y tenía una capacidad máxima de 1.5 gigas. Aunque se piensa que Nintendo tomó esta decisión como una medida antipiratería, existen otras razones que la motivaron a ello.
¿Limitación tecnológica o estrategia?
En una entrevista publicada en Nintendo World Report, el mismo Shigeru Miyamoto confesó que, en primer lugar, eligieron el formato pequeño para minimizar los costos de los materiales en la fabricación de discos. Además, el desarrollador comentó que el tamaño reducido acortaba los tiempos de carga dentro de los juegos, esto en combinación con el eficiente lector óptico de la GameCube.
Por otro lado, un aspecto que casi no se menciona es que el mini DVD encajaba a la perfección con la estética de la GameCube. En el artículo “GameCube: A Grand Day, Indeed” de RF Generation, se explica que la consola de sexta generación de Nintendo tiene un aspecto compacto, y los discos de ocho centímetros eran compatibles con esa visión de diseño.
Además, otro motivo por el que se mantuvieron los discos pequeños, es que los de Kioto pensaban que la tecnología compacta sería el futuro de los videojuegos. En una publicación de IGN, que recopila diferentes posturas oficiales de la empresa japonesa, Nintendo creía que dicho formato marcaría al entretenimiento en el siglo XXI, convirtiéndose en el estándar para la industria, debido a la fusión entre dispositivos de sobremesa y portátiles.
La GameCube: un éxito a medias
Al final, la GameCube no logró superar en ventas a su predecesora, la Nintendo 64, y su desempeño quedó a medio camino frente a la competencia de la época. Las funciones multimedia de la PS2 y la Xbox fueron clave para atraer a un público más fiel, el cual buscaba tener algo más que una consola de videojuegos, como un valor agregado de producto.
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