Han pasado seis años desde que Rockstar Games lanzó Red Dead Redemption 2, un juego que redefinió lo que significa vivir una experiencia narrativa en los videojuegos. La historia de Arthur Morgan, con su sistema dinámico de honor y finales múltiples, ya se sentía como un western épico en todos los sentidos. Sin embargo, lo que nunca imaginé es que existe un final secreto que se desbloquea solo al completar el juego al 100%. Y sí, vale la pena cada minuto invertido.
Alerta de Spoilers: A continuación se mencionan detalles muy especificos sobre el final oculto de Red Dead Redemption 2.
Para quienes ya han jugado, la poderosa muerte de Arthur Morgan marca un clímax emocional que deja al jugador con el corazón en la mano. Sin importar si eliges el camino del honor o la vileza, su destino es inevitable. Posteriormente, el juego nos pone en los zapatos de John Marston, el protagonista del primer Red Dead Redemption, quien toma las riendas de la narrativa en el epílogo. Pero lo que muchos jugadores desconocen es que hay un breve epílogo adicional que redondea la experiencia y brinda un cierre mucho más íntimo a esta odisea.
Un cierre emotivo para Red Dead Redemption 2
Como ya mencionamos, para desbloquear este final debes completar el juego en su totalidad, una tarea titánica que va más allá de simplemente terminar la historia principal y el epílogo. Afortunadamente, no necesitas platinar el juego (lo que sería una empresa más descomunal todavía pues se incluyen logros del online y retos especificos en misiones), pero sí debes cubrir una amplia gama de actividades.
Entre estas se encuentran terminar misiones secundarias y extrañas, encontrar coleccionables como cartas de cigarrillos y huesos de dinosaurios, cazar y pescar especies legendarias, descubrir chozas secretas y puntos de interés, maximizar las estadísticas de John Marston y completar los desafiíos de supervivencia, caza y tiro.
Estas tareas también incluyen detalles curiosos que reflejan la vida cotidiana en el mundo de RDR2: asistir al teatro en Saint Denis o interactuar con personajes extravagantes por mencioar un par. Es un compromiso de decenas de horas, pero uno que recompensa con uno de los momentos más emotivos de la franquicia.
El momento de decir adiós
Cuando alcanzas el ansiado 100%, se desbloquea una escena donde John Marston visita la tumba de Arthur Morgan en la ladera de Beecher's Hope. Con la melancólica Unshaken sonando de fondo, John reflexiona frente a la tumba y dice: “Supongo que casi hemos terminado, amigo mío”. Es un guiño no solo para Arthur, sino también para el jugador, que ha acompañado a estos personajes a través de incontables aventuras. Posteriormente, John plasma estas palabras en su diario: “Ha sido un gran viaje”.
Lo que hace que este final secreto sea tan especial no es solo su exclusividad, sino lo que simboliza: un homenaje a los que nos dedicamos a explorar cada rincón de este vasto mundo, a los que cazamos, pescamos y jugamos dominó para sentir que realmente estamos viviendo en el salvaje oeste. En un mundo donde priorizamos la inmediatez, Red Dead Redemption 2 nos recuerda que a veces vale la pena detenerse, respirar y apreciar los detalles: ahí también siempre podremos encontrar una recompensa.
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