EA Sports UFC 5 es brutal, pero esperaba mucho más que sólo sangre de nueva generación: EA conserva el cinturón de campeón, pero por la vía del empate

No me considero masoquista -¡FromSoftware, aléjate de mí!-, pero cuando se trata de juegos deportivos, hay algo en EA Sports UFC que siempre me ha cautivado, a pesar de que es un juego tremendamente difícil. UFC 5 no es la excepción, y aunque se nota que no es prioridad para Electronic Arts, la saga sigue viva y ha mejorado varias de las imperfecciones que le aquejaban en las entregas previas, lo cual es una buena noticia. La mala es que esa mejora no es ni remotamente revolucionaria, en especial cuando considero que han pasado tres años desde la última rendición de la franquicia.

Hago una advertencia, antes de comenzar -quizás la más importante de todo este análisis-: UFC 5 no es un título deportivo casual y, como en el pasado, si lo compras con la expectativa de apretar todos los botones y pasarla bien, te vas a llevar una decepción. Este nunca ha sido un juego de peleas arcade, y eso persiste.

Un juego no apto para casuales

A pesar de que EA ha tratado de acercar esta disciplina virtual a una audiencia más amplia y UFC 5 vuelve a incluir alternativas de juego desparpajadas, la sensación general es de complejidad, sin importar si juegas offline u online, lo cual es positivo para aquellos familiarizados con las artes marciales mixtas y puede ser sumamente gratificante si tienes la paciencia necesaria (y no jugaste entregas previas).

Este es un deporte que combina boxeo, taekwondo, jiu-jitsu, judo, kick-boxing y más. UFC captura perfectamente lo intrincado de la mezcla, pero cuando tratas de encajar todo ello en un mando con un puñado de botones y palancas, probablemente no existe manera de hacerlo simple, esa es la realidad.

El rojo de la sangre: la presentación

Dicho todo eso, para mi  gusto, UFC 5 hizo las mejoras mínimas, imprimió un matiz más maduro al feeling de las interfaces (no más neón), le dio mayor enfoque a la experiencia (menos Mortal Kombat) y expandió su oferta en línea, pero en los cimientos, sigue siendo el mismo juego de estructura avejentada que probé hace tres años.

Cuando hablo de las mejoras propias del salto generacional, me refiero, en primer lugar, a una experiencia de usuario más ágil y de mayor resolución, pero más importante aún, al cambio de motor a Frostbite. Y aunque uno podría llegar a imaginar una revolución gráfica, en la práctica no lo es porque la UFC se práctica en arenas cerradas el 90% del tiempo, así que si este ya era un juego que lucía muy bien,  ahora, simplemente, se ve un poco mejor. Los modelos de los peleadores, la forma en la que su piel refleja la luz, el rojo vivo de la sangre, la física del pelo, todo eso es más fino, pero mantiene la misma esencia -como ocurrió en su momento con Madden, al migrar al mismo andamio de producción-.

Durante los eventos previos al lanzamiento del título, EA hizo mucho énfasis en aspectos como el cabello reconfeccionado, el estilo televisivo y el nuevo sistema de heridas. De ellos, el único, verdaderamente trascendente es el último, no tanto por su aporte cosmético, sino por su impacto en las mecánicas y la sensación del juego entre las manos. La presentación, como tal, es espectacular, pero luego de ver la nueva introducción de los peleadores varias veces, esta pierde su magia... típico.

La diversidad de lesiones que puedes llegar a sufrir durante un combate es más amplia y EA confiere a esas heridas un impacto directo en la jugabilidad. No estoy seguro de que Vancouver ignorara esto antes porque tu peleador también solía quedar aturdido con ciertos golpes y podía rendirse ante el castigo concentrado en ciertas zonas del cuerpo. Es sólo que esta vez, todo viene ilustrado con un conjunto de íconos que muestra, específicamente, qué le duele a tu combatiente -o al rival-, para que puedas deducirlo, en vez de tener que intuirlo. Asimismo, si recibes demasiado castigo, el médico de la arena puede subir y suspender la pelea, lo que constituye un factor extra a considerar, y es bastante realista.

Así las cosas, si te estás quedando sin aire, aparece un ícono de pulmones; si recibiste una cortada, aparece uno de cráneo roto; si tus brazos o piernas están adoloridos, se muestran símbolos explícitos que dirigen tu atención hacia ello para que ajustes tu estilo de combate en consecuencia o entiendas mejor el origen de tu pérdida de rendimiento. Más allá de eso, el HUD es igual al de UFC 4.

Deja de querer pegarme y pégame: las mecánicas

Con o sin este sistema, todo se reduce a la misma necesidad de pelear con inteligencia y en intercambios breves, y calculados, que ya imperaba en la serie con anterioridad. Esto se dice fácil, pero resulta complejo de ejecutar al calor del combate, especialmente contra oponentes humanos, cuyos peleadores pueden tener diferentes atributos y tendencias, apabullando a tu luchador. Nada de esto es precisamente fresco. UFC siempre se ha sentido diferente en offline que en online y, aunque ganarle a otro humano siempre será más satisfactorio, los modos desconectados son los que más respetan la visión y el espíritu del MMA.

Eso sí, EA por fin hizo caso a una asignatura pendiente que la franquicia arrastraba desde su primera entrega y pulió -quizás gracias a Frostbite- las animaciones y el golpeo, así que los knockouts son súper contundentes y espectaculares, recordando por momentos al legendario Fight Night. La sensación de impactar al rival en la cara es ¡ouch!… muy satisfactoria. Y hay unas cinemáticas asombrosas para aderezar la crueldad de este deporte. Eso, sumado al nuevo sistema de moretones y lesiones, convierte a UFC 5 en la entrega más brutal de la serie, lo que explica su clasificación C, y es muy llamativo, pero pasa a un segundo término conforme transcurren las horas y te enfocas en lo que siempre ha sido, verdaderamente, importante: la estrategia de pelea.

Ahí, la gran novedad es la mecánica de sumisiones orgánicas que desecha el minijuego de gato y ratón, y concentra todo en movimientos directos y una interacción entre bloqueos y barras de resistencia, una general y otra para rendiciones. Dicho eso, el sistema de transiciones es exactamente como lo recuerdo, es decir, antes de intentar una sumisión, usas las palancas para alternar entre diferentes posturas desde las cuales puedes atacar -si tu rival se deja- o, ahora sí, intentar una rendición mediante un agarre letal.

Son simples flechas las que indican hacia dónde se mueve tu contrincante para intentar bloquearlo y, una vez encajada, la sumisión es exitosa o no, dependiendo de la resistencia física del oponente y una barra de sometimiento alternativa que, si está agotada, te permitirá rendir a tu víctima... o eso debería ser. En ocasiones, aún con esa barra morada en ceros, mi oponente llegó a escapar. ¿El motivo? Buena pregunta. Quizás dejé pasar una de las 480 instrucciones para esta maniobra.

Pese a sus inconsistencias, al jugar en modos desconectados, la sensación de control y el entendimiento de esta faena fue más o menos satisfactoria. Pero, en línea, la cosa se tornó desordenada, acelerada y, en última instancia, confusa (como hace tres años). Las flechas desaparecieron, las transiciones fueron instantáneas y fue muy fácil terminar en una posición poco ventajosa en cuestión de segundos, sin entender por qué o cómo. Tengo la certeza de que, con más horas, pude haber llegado a dominar esta parte específica del juego, pero es tiempo que quizás ni tú tengas.

Al final, la idea de eliminar el minijuego es buena, pero el sistema que lo reemplaza sigue siendo exageradamente frenético, críptico y frustrante, en modos competitivos; en parte por la naturaleza misma de la dinámica sobre la lona, y en parte porque EA todavía no encuentra una forma intuitiva y divertida de explicar, y recrear esta parte del combate. Quizás un sistema que ralentice el tiempo durante esta instancia sea una idea interesante de explorar porque, incluso en los tutoriales, es fácil perderse entre las instrucciones y la cantidad de texto a leer, mientras el rival ya está retorciéndose bajo de ti.

Mil formas de patear traseros: las modalidades

Por lo concerniente a modalidades, la innovación más trascendental es el formato Contratos de Pelea, que consiste en una selección rotativa de combates temáticos que el juego presenta, cada semana, y te recompensa con dinero in-game para gastar en cosméticos. Es un concepto simple, pero que imprime dinamismo y te motiva a explorar maneras alternas de pelear, así como a usar a otros peleadores.

Un agregado importante es la Carrera en línea porque la carrera tradicional funciona exactamente del mismo modo cómo solía hacerlo hace tres años. Creas a un peleador o adoptas a uno existente, y empiezas a abrirte paso desde la WFA y hasta la UFC, con la meta paralela de convertirte en el mejor de todos los tiempos… eso si toleras el repetitivo trámite del paso del tiempo.

El modo Carrera no ha evolucionado, ni en materia estructural, ni narrativa. Sí, ahora, en las cinemáticas aparece Valentina Shevchenko y puedes acceder al centro de alto rendimiento de la UFC, pero las semanas transcurren exactamente igual que como lo hacían en 2020, repartiendo tu tiempo entre entrenamientos, diálogos de redes sociales, estudio del oponente y actividades promocionales, y mucho de eso viene en cajas de texto, así que no tiene nada de magia. Las cinemáticas son escasas, el entrenador es el señor lampiño que ya conocía, y el tono sigue siendo muy simplón... como de película por cable, pues. Fundamentalmente, nada ha cambiado. ¡Ah, bueno! Sí, hubo algo: la posibilidad de lesionarte durante los entrenamientos. Esto inyecta cierto dinamismo a la modalidad, pero decir que UFC 5 vale la pena por un aspecto tan específico sería exagerar.

Te tomará una media hora pasar de una pelea a otra, y la recompensa será verte a ti y a tu peleador mejorar juntos; ir pasando de vagabundo salvaje a luchador profesional; e ir consumando victorias para no perder tiempo. Nada más. Existe un pase de batalla que premia con cosméticos y tal, pero no es original ni muy estimulante, la verdad.

La Carrera en línea es una alternativa nueva e interesante para eso que acabo de describir; que te ahorra toda la paja cinemática, pobremente desarrollada, pero te recompensa todavía con más lentitud.

Verás, en el modo Carrera Offline, con cada entrenamiento acumulas varios puntos de Evolución que permiten incrementar tus atributos y comprar perks, mientras que usar constantemente los mismos movimientos, va optimizando su eficacia.

Como en el modo Carrera Online no hay entrenamientos, la manera de mejorar es acumulando XP y subiendo de nivel, lo que a su vez te premia con puntos para mejorar a tu personaje. El problema es que puede pasar más de una pelea antes de que recibas algunos puntos y si tienes a más de un peleador, debes repartirlos entre todos ellos, lo que hace la progresión muy tediosa. A eso suma la posibilidad de enfrentarte a rivales de mayor calibre o con más maña que tú, y te llevarás una buena cantidad de tundas sin recompensa, antes de poder ser bueno y disfrutar. Ya ni hablar de lo que pasa si sufres lag o algo por el estilo. Imposible pelear así.

Por lo demás, tienes los modos tradicionales de Pelea Rápida, tanto local como en línea; la creación de eventos; y las Batallas relámpago, que son una de las modalidades más dinámicas y adictivas que el juego ofrece, pero estaban presentes desde UFC 4. Si buscas algo más "casual", está el modo de pelea en pié, y nocáut, que es boxeo, básicamente. Eso ya existía también.

EA Sports UFC 5 incluirá un modo de apuestas in-game para las semanas de pelea real, así como combates tematizados en torno a un evento en concreto, pero al momento de reseñar el juego, nada de eso estaba activo aún, así que no puedo evaluarlo. Suena bien, eso que ni qué.

El juego viene en inglés con subtítulos y textos en español latino, si así lo deseas. La omisión de las narraciones en nuestro idioma sería rutina, de no ser porque, por alguna razón, UFC 5 sí incluye comentarios en alemán y en francés. Yo crecí escuchando a Víctor Dávila y a Erik "Goyito" Pérez, y sé que hoy, más que nunca, los peleadores mexicanos son protagonistas en la UFC, así que veo la falta de narradores en español latino, como algo inexcusable y muy deprimente.

Las tarjetas de los jueces

Así llego al final del combate y es momento de ver las tarjetas de los jueces, donde EA Sports UFC 5 se siente como el más reciente empate de Alexa Grasso. El juego conserva el cinturón de campeón, pero no convence y si lo compras, será únicamente por una mejora marginal en la presentación, y cambios mecánicos poco trascendentes -si eres un veterano-. Por otro lado, si eres un novato, esta permanece como la mejor -y la única- opción de MMA, sólo ten en cuenta que su propuesta se va a sentir como la de un juego deportivo de hace 10 años, y no es apta para jugadores de ocasión o para que te pongas a pelear con tus sobrinitos.