NBA 2K24 sigue siendo el mejor juego deportivo que hay, pero eso ya no bastó para asombrarme: reseña del título de básquetbol de 2K Sports que trató de dejarme en quiebra... otra vez

Por sí solo, NBA 2K -cualquier NBA 2K- es la mejor serie deportiva en existencia, pero el afán de 2K, y todos los grandes publishers, por lanzar una nueva entrega cada año, dificulta la evolución real de la franquicia. NBA 2K24 es un excelente ejemplo, con mejoras mínimas, construidas sobre una base fenomenal que recién pasó por un momento favorable con el homenaje a Michael Jordan, al cual es difícil seguirle el paso.

A diferencia de FIFA, juego que he reseñado por una década ininterrumpida, esta es la primera vez que reviso un NBA 2K, luego de años de probarlo de forma casual. Lo primero que llamó mi atención fue su presentación que, hasta hace un par de años, me deslumbraba, pero ya empezó a envejecer. Poco ayudó que el sistema de escaneo de cara para el modo con un solo basquetbolista tuviera sus fallas, haciendo ver a mi avatar como la simulación de lo que me hubiera ocurrido si, por accidente, mi mamá me hubiera puesto una plancha caliente en la mejilla.

No me malentiendas, NBA 2K24 sigue siendo un juego que no solamente luce fenomenal, sino que cuida muchísimo los detalles, tanto a nivel visual, como a nivel de comentarios y más. La ceremonia de introducción a cada partido varía, así como también los espectáculos entre cuartos. Y, cuando te trasladas a modalidades con tintes históricos, la transformación de las arenas, los filtros televisivos y las narraciones congruentes con cada era, te vuelan la cabeza… si es la primera vez que los observas. Para los veteranos, el estándar, sencillamente, se mantiene.

Y esa es la cosa con NBA 2K24, todo lo que ofrece ha sido revolucionario en algún momento, pero ya no más, y algunos recursos de la presentación, y la estructura, en general, ya se perciben categóricamente agotados.

Las entrevistas post-partido con audio real, son fenomenales, pero los rostros al estilo Starfield, constituyen un defecto demasiado añejo como para seguirlo tolerando. Como también el descaro con el que 2K trata de venderte cosas… de hecho, ojalá sólo te vendiera "cosas", el estudio te vende progresión para tu basquetbolista. Eso no es nada nuevo, pero a 2K le importan un pepino las críticas, lo que probablemente obedece al soporte de los fanáticos que compran el mismo juego año tras año -como ocurre en Madden-.

Yo recibí una copia con 100 mil créditos y, a pesar de agotarlos casi por completo en virtudes para mi jugador, este seguía siendo poco más que mediocre sobre la cancha, en comparación con otros fans en línea. No queremos ni imaginar lo frustrante que debe ser empezar de cero con una copia estándar de NBA 2K24.

Sé un jugador o compra uno

A diferencia de la mayoría de los juegos deportivos, la experiencia de NBA 2K24 -y sus predecesores inmediatos- gira en torno a la modalidad MyCareer, en la cual creas un astro en ascenso con el que disputas una carrera con una pizca de cinemáticas y elecciones, y con el que también participas en partidos en línea contra las creaciones de otros usuarios del mundo. Este año hay juego cruzado, lo cual le dibujará una sonrisa a quienes tengan amigos en otra consola, pero más que un acierto, ya es un requisito.

Hay que reconocer que, cuando se le compara con sus equivalentes de otras series, MyCareer sigue estando a años luz de distancia en materia de evolución, esmero y complejidad… de hecho, quizás es demasiada complejidad.

El diseño de MyCareer es algo sumamente especial, pues tu basquetbolista existe en un mundo abierto, llamado The City, con temática de básquetbol que puedes recorrer de punta a punta, y donde hay muchas actividades, que parten, por supuesto, de la arena de baloncesto, donde juegas los partidos con el equipo de tu elección; pasan por canchas callejeras que ofrecen partidos individuales o multiplayer; abarcan corredores comerciales para personalizar a tu personaje; y brindan decenas o quizás cientos de misiones, lo cual es una auténtica rareza.

En algunos sentidos, como las líneas de diálogo y las cinemáticas, este mundo de básquetbol recuerda al tono y la composición de GTA Online -después de todo, 2K es hermano de Rockstar- y eso resultaría sencillamente asombroso para un título deportivo, de no ser porque vimos exactamente lo mismo el año anterior. Lo único que cambió fue el diseño del gran mapa de la ciudad, ahora inspirado en Miami.

Este espacio, además, es imperfecto. Los traslados son monótonos y, al más puro estilo de un juego de Ubisoft, la cuota de actividades y personas de interés me apabulló y me desorientó durante las primeras horas.

Como concepto, es genial. Entrar a una tienda de Puma para comprar una nueva camiseta y luego acceder al estadio, bañado por los flashazos de los reporteros, para saltar a la duela, es algo que ningún otro juego deportivo ofrece. Pero como bien me emocioné ante la ejecución de esta idea, hubo momentos en los que sentí verdadero fastidio ante la noción de tener un mapa repleto de íconos sin saber dónde demonios podía disputar un simple juego callejero de 21.

Además, la cuota cinemática disminuyó ligeramente con respecto al año pasado, haciendo sentir a la experiencia completa un poco más desabrida y carente de enfoque. Eso, por no mencionar el hecho de que, el dinero virtual con el que compras la camiseta Puma que mencioné líneas arriba, es el mismo con el que compras progresión para tu jugador y es una divisa que, como era de esperar, puedes adquirir con plata real, contante y sonante.

El resultado de esta práctica que, como decíamos hace algunas líneas, no tiene nada de nuevo, es que, al entrar a The City, te reciben basquetbolistas ridículamente desarrollados y, al saltar a las canchas, te preguntas cuán rezagado estás realmente, o cuán tacaño eres, en relación con otros usuarios más… "desprendidos", por ponerlo de un modo amable.

MyTeam, el mismo cáncer de todos los juegos deportivos

Lo mismo aplica al modo MyTeam -la versión basquetbolera de Ultimate Team- y que, en realidad no propone nada diferente con respecto a sus equivalentes de otros juegos deportivos. Ya sabes, tarjetas temáticas, tarjetas para curar, jugadores que están en tu escuadra por un número de partidos limitado, tarjetas de entrenadores, tarjetas cosméticas, tarjetas de libros de jugadas, tarjetas que brindan atributos, tarjetas evolucionables.

Es exactamente lo mismo que en MUT, FUT y el resto, con los mismos cuestionamientos sobre balance de los que 2K seguramente está consciente, pero que promueve para alimentar el apetito de comprar tu progreso, a pesar de que existe una divisa por méritos in-game que, ahora, por contradictorio que parezca, también se puede comprar con dinero real.

Por supuesto, NBA 2K24 te recompensa con monedas constantemente, pero la progresión es lenta y también sumamente enrevesada. En la ruta de desarrollo de tu jugador hay decenas de perks pasivos y activos, operando en paralelo con tus atributos básicos.

Algunas ventajas están siempre activas, otras se desbloquean cuando alcanzas cierto nivel de desarrollo estadístico y otras, cuando logras metas específicas durante los partidos. Es una maraña aplastante de mecánicas que complican excesivamente la modalidad y que, en mancuerna con un mundo igual de saturado, pueden apabullar. MyCareer es, en pocas palabras, una modalidad única, que asombra y satura en la misma proporción.

Revive la historia de Kobe con los Mamba Moments

Un aspecto adicional, único de NBA 2K, como saga, y que regresa para NBA 2K24 es la modalidad histórica con una leyenda, en esta ocasión, Kobe Bryant. El año pasado fueron los Jordan Challenges, ahora son los Mamba Moments. En esencia, se trata de recrear hazañas clave en la trayectoria del astro de los Lakers, pero lo especial no es sólo jugar los partidos, sino lo que los rodea.

En el caso de Jordan, por ejemplo, era muy especial arrancar con un duelo de la década de los 80, cuando él era un jugador universitario, pues la transmisión era completamente temática, con un filtro televisivo propio de la era de señal análoga, con muchedumbres congruentes, uniformes clásicos y más.

Los Mamba Moments, sin embargo, dan un paso al frente y otro atrás. Aciertan tremendamente con la opción de dejarte controlar a Kobe, en específico, y no a todo el equipo, pero la presentación decae. Primero porque la era de Kobe Bryant no es tan antigua como la de Jordan, así que el contraste visual con el resto de los partidos no es tan pronunciado, y eso no es culpa de 2K. Lo que sí puedo achacar al estudio es que no puso el mismo esmero en los elementos pre-partido.

Con Jordan, había entrevistas live-action que establecían el tono y la relevancia del encuentro a disputar. Con Kobe presentan material documental de la época, los narradores construyen el contexto y saltas directo a la cancha. Son observaciones mínimas, pero si compraste NBA 2K23 y piensas comprar NBA 2K24, entre más discretos son los cambios, menos vale la pena.

Una carta de amor a las eras clásicas del baloncesto

Afortunadamente, la cuota de romanticismo sigue más que presente en MyNBA Eras, que es el modo de temporada donde, a diferencia de la mayoría de los juegos deportivos, NBA 2K24 brinda la libertad de disputar campañas en diferentes épocas históricas. El año pasado eran cuatro (Magic y Larry Bird, Michael Jordan, Kobe y Modernidad), ahora se suma una quinta, la era de LeBron James, y cualquier período histórico que elijas, vendrá cobijado por una presentación acorde con la estética propia del momento, pero también, con las reglas que aplicaban en aquél entonces. Es un derroche impactante de recursos estadísticos y de visualización que, de nuevo, NBA 2K23 ya hacía, sólo que ahora lo hace más, con un ciclo nuevo que, al no ser tan antiguo, tampoco sobresale mucho en términos de filtros televisivos. Lo único que cambia, en ese sentido, es el paquete gráfico de los marcadores y listo.

Ahora bien, si se disputa una temporada moderna estándar, otra novedad es la de poder hacerlo en formato Lite. ¿Qué significa esto? En esencia, que sólo te dedicas a jugar los partidos, y te desentiendes casi por completo de lo que significa gestionar un equipo más allá de la duela. Dicho eso, el formato regular de disputar la temporada ya brindaba la alternativa de desactivar cualquier forma de administración, así que jamás nos quedó muy clara la ventaja de hacerlo en Lite, sobre la tradicional, pero ok, es algo diferente. ¿Volver a NBA 2K23 sin eso se siente terrible? No. Así que el alcance de este agregado es muy reducido para la experiencia, la verdad.

Por supuesto, la gran fortaleza de NBA 2K siempre ha sido la experiencia sobre la duela y eso no ha cambiado… literalmente, no ha cambiado.

Debemos advertirte, si eres un jugador novato, que NBA 2K es un juego con una curva de aprendizaje bastante escarpada. Este no es un título arcade y la versatilidad que ofrece a la hora de controlar a un solo basquetbolista, tanto en la pintura, como fuera de ella es enorme, pero hay un precio a pagar.

Eurostep, volcadas con ambos brazos, con un brazo, la dirección en la que te columpias del aro, a la hora de hacer una clavada, un alley-oop, manejo de poste, aceleración, fintas, pick-n-roll, puedes hacer eso y muchísimo, muchísimo más. Por no hablar de las jugadas prefabricadas que son E-SEN-CIALES para abrir a la defensa. El nombre del juego es ganar separación y estar bien parado para efectuar un disparo o, en su defecto, disputar los tiros del equipo rival para dificultarles el enceste.

La buena noticia es que el modo tutorial NBA 2KU experimentó un rediseño más fácil de seguir y completo, con el cual puedes aprender prácticamente todo lo que necesitas, rápidamente, y ponerlo en práctica en duelos de entrenamiento. Aunque claro, la mejor escuela será, siempre, la experiencia sobre la cancha, individual o en línea.

Dicho todo eso, la jugabilidad es extraordinaria -como siempre-. Las animaciones resultan increíblemente naturales -hasta los tropezones, al pasar entre el jugador que estás marcando y su compañero haciendo una pantalla-. Esto se benefició de un nuevo sistema -el mismo de FC-, llamado ProPlay, que permite traducir video en animaciones e imprime todavía más autenticidad a la forma de moverse de los jugadores y que notarás en íconos como Steph Curry o LeBron James.

Pero más importante que eso es lo responsivo de los controles, que resulta sumamente satisfactorio y necesario a la hora de hacer un amague o reaccionar ante uno; a la hora de hacer un cross-over; efectuar un tapón o ejercer la fuerza exacta en un tiro de larga distancia. Jamás sentirás que fallas por culpa de los controles. Incluso los dedos a la hora de desprenderse del balón, tienen una animación, como también las celebraciones y los gestos al momento de encestar.

NBA 2K24 sigue siendo un poema visual, digno del pedigrí que la franquicia arrastra desde los días del Dreamcast y que aprovecha al máximo la ventaja que representa recrear una disciplina que se practica bajo una fuente de luz fija y no al aire libre.

A lo anterior hay que sumar los mencionados detalles, la presentación televisiva, las narraciones, el show de medio tiempo -NBA 2K ya es la única saga que lo tiene-. La forma en que entonan el himno antes de un partido, las coreografías entre cuartos, las mascotas disparando camisetas a la tribuna, los partidos semivacíos de pretemporada, y la atmósfera… uffff, la atmósfera.

Cuando el partido está empatado y falta un minuto, NBA 2K24 sigue ofreciendo la atmósfera más electrizante de cualquier juego deportivo en existencia, y eso es lo que hace que todos los defectos se olviden, al menos momentáneamente. Es una locura, es una carta de amor al básquetbol. Pero, al igual que el resto del paquete, no es como que NBA 2K23 no la tuviera.

No deja de asombrar el volumen de líneas de diálogo que el juego ofrece para tantos tipos diferentes de partido, pero el show de medio tiempo ya denota cierto agotamiento, por mucho que sea el único de la categoría.

No queremos terminar sin antes mencionar que NBA 2K24 vuelve a incluir la WNBA y también un equivalente diluido y desierto de MyCareer, donde, a pesar de querer jugar con otras basquetbolistas, jamás pudimos porque sencillamente no había nadie -lo cual es rarísimo, considerando el cross-play-. En cualquier caso, el hecho de que el juego dedique recursos a su versión femenina es un acierto… que ya estaba.

NBA 2K24 es como salir con esa persona de Tinder que te conquista por su apariencia y descubrir que, en efecto, es súper bien parecida, pero siempre habla de lo mismo y espera que pagues los gastos de la primera, la segunda, la tercera y todas las citas.

Sí, el juego tiene muchísimas virtudes, pero es exactamente igual que el año pasado, y de hecho, en algunos frentes NBA 2K23 es superior. Con eso en mente, la verdad no encontramos un motivo de peso para recomendar NBA 2K24 y ocupar la memoria completa de tu consola con un solo juego.

Si lo compraste hace 12 meses, vale más la pena la historia de Jordan y lo demás es casi idéntico. Y si no, probablemente encuentres más barato NBA 2K23. El único motivo que se nos ocurre para comprar NBA 2K24 en específico, es si tu jugador favorito es Kobe Bryant, eres una especie de historiador del baloncesto o quieres jugar con Victor Wenbanyama específicamente.