Durante años, muchos fueron los fans que creyeron el rumor de que Akira Toriyama tenía la intención de concluir la historia de Dragon Ball con la Saga de Freezer, algo que claramente nunca se confirmó.
Han tenido que pasar casi tres décadas para que los editores del mangaka finalmente revelaran sus verdaderas intenciones: no terminar la historia tras la derrota del cruel Emperador, sino extenderla hasta la Saga de Cell. Así, la victoria de Gohan contra el bioandroide habría sido el cierre definitivo de la serie, lo que da un nuevo significado a su desenlace y refuerza la idea de que Toriyama realmente quería pasarle la antorcha al hijo de Goku.
Gohan era el heredero definitivo de Dragon Ball: así era el final que Toriyama quería
La realidad es que Dragon Ball no terminó con la Saga de Cell, pero no por decisión de su autor. Toriyama llevaba diez años trabajando sin descanso y, según sus editores, ya no tenía ganas de seguir con la serie. La presión de Shonen Jump, sin embargo, lo obligó a continuar con la Saga de Majin Buu, aunque en un intento por aliviar su carga, se le permitió hacer cambios en la narrativa para que el manga se sintiera menos exigente. Pese a ello, el mangaka siempre dejó en claro que su intención era concluir la historia mucho antes.
La revelación se dio en el más reciente episodio de KosoKoso, un podcast conducido por Yuji Horii y Kazuhiko Torishima, quien fuera editor de Toriyama en la Shonen Jump. En la charla, los exeditores Kazuhiko Torishima, Yu Kondo y Fuyuto Takeda confirmaron que la Saga de Cell estaba pensada como el cierre definitivo de Dragon Ball Z. Esto explica por qué la historia concluye con Gohan como el guerrero más fuerte de la Tierra y por qué su papel se diluye en la siguiente saga. Si Toriyama hubiera podido terminar ahí, Gohan habría sido el heredero definitivo del legado saiyajin.

Pero la editorial no dejó que Dragon Ball terminara tan fácilmente. Toriyama regresó a regañadientes y bajo una condición: que la historia volviera a ser más ligera y cómica, como lo era en sus inicios. Así, el tono de la serie cambió radicalmente, pasando de viajes en el tiempo y múltiples líneas temporales a un conflicto más simple y humorístico con Majin Buu, un villano que literalmente es un globo de chicle con poderes demoníacos. La seriedad de la saga anterior quedó atrás, y la historia se tornó mucho más despreocupada.
Pensar en la posibilidad de que Dragon Ball hubiera terminado con Gohan como protagonista plantea un "qué hubiera pasado" difícil de ignorar. La historia habría concluido en un punto lógico, con un cierre redondo y una evolución natural de los personajes: verdadera justicia poética para la serie que durante años Akira Toriyama alimentó.

Sin embargo, hoy es impensable imaginar un final para la franquicia. La presión comercial y el éxito continuo de la IP han hecho que la serie se expanda sin límites, asegurando que Dragon Ball siga generando nuevas historias, sin importar qué tan diferente sea de lo que Toriyama originalmente planeó y, aceptémoslo, que tan buena realmente pueda ser.
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