No es ningún secreto que uno de los temas más debatidos entre los fans de The Last of Us desde su salto a la televisión ha sido la ausencia de las esporas. En el juego original, los pasillos invadidos por la niebla fúngica eran sinónimo de muerte inmediata, pues sin una máscara, el Cordyceps te consumía desde adentro en cuestión de minutos. Pero en la serie de Max, las esporas brillaban por su ausencia, hasta ahora, que el capítulo 5 finalmente las ha introducido.
Alerta de spoilers: el siguiente texto contiene spoilers de lo ocurrido en el capítulo 5 de la serie The Last of Us Temporada 2.
Las esporas se hacen presente en TLOU la serie
En el episodio cinco de The Last of Us Temporada 2, titulado Siente su amor, las esporas hacen finalmente su debut. Y lo hacen no solo como un recurso visual o una referencia para fans veteranos, sino como un elemento narrativo que trastoca por completo la dinámica del mundo postapocalíptico que hemos seguido desde el primer capítulo.
Todo comienza con una escena que parece rutinaria: una oficial de los Lobos, Hanrahan, cuestiona a la sargento Park por la muerte de un escuadrón que patrullaba el hospital. La tensión se construye a través del diálogo, pero el terror estalla con una sola frase: “Está en el aire”. Son palabras desesperadas de León, el hijo de Park, antes de ser tragado por una nube invisible, flotante y letal. Las esporas han vuelto, y esta vez, son más letales y aterradoras que nunca.
En el videojuego, las esporas estaban por todos lados, obligando a Ellie y a sus compañeros a portar máscaras de gas constantemente, algo que de hecho, se hecho de menos dentro del contexto del capítulo anterior. Aquí, los creadores de la serie han optado por un enfoque más contenido y cinematográfico.

Las esporas no están en todas partes, sino confinadas a lugares cerrados, húmedos y oscuros como sótanos, túneles o garajes, donde el hongo encuentra las condiciones perfectas para consumir un cuerpo y liberar su veneno al aire. Esa decisión creativa, más allá de lo práctico, resulta interesante: cada lugar contaminado se convierte en una trampa silenciosa, un infierno oculto a plena vista, tal y como lo vimos con las dos personas que agonizan en ese sótano encontrado por Ellie, exhalando esporas y y convirtiéndose en un solo organismo con los hongos pegados a la pared.
Y así llegamos a uno de los momentos más intensos del capítulo. Nora, en su desesperada huida de Ellie, desciende a los sótanos del hospital. Cuando la encuentra, Ellie la ve jadeando en el suelo, vencida no por el miedo, sino por el aire envenenado que ha respirado. Y entonces, en una escena cargada de rabia y venganza, la protagonista hace lo que ya todos sabíamos que venía: las esporas se convierten en cómplices silenciosas de la tragedia.
La introducción de las esporas también plantea nuevas preguntas. ¿Qué tan lejos puede llegar esta forma de infección? ¿Se mantendrán como una amenaza contenida o comenzarán a propagarse por el sistema de ventilación, como temen algunos personajes? Lo que está claro es que, con esta inclusión, la serie de The Last of Us da un giro más cercano al material original, sin sacrificar el desarrollo emocional de sus protagonistas. Y es que el aire podría ya no ser seguro, y eso lo cambia todo en este mundo apocalíptico.
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