El Marvel Cinematic Universe (MCU) tiene más de una década dominando la taquilla del cine mundial. Aunque han dado tropiezos en los últimos años, su influencia en Hollywood redefinió lo que un blockbuster debe ser. Su impacto es tanto que, hasta el nuevo juego de Hideo Kojima contará con una estrella del MCU. Sin embargo, antes de la era de dorada de Marvel Studios, la tecnología todavía los limitaba.
Las producciones de Marvel dependen de los efectos especiales para darle vida a las secuencias de acción con la mayor calidad posible. La evolución de la tecnología en el séptimo arte benefició a Marvel como un pilar de su éxito, pero una de sus películas que se retrasó 12 años, porque en aquél entonces no se contaban con los medios para llevarla a la pantalla grande.
Marvel, condicionados por la época
Cuando se lanzó esta cinta en 2003, la reacción del público no correspondió a las expectativas. Pese a contar con un reparto compuesto por grandes estrellas como: Eric Bana, Sam Elliott y Jennifer Connelly, la controversia no estuvo en su guión o narrativa, sino en la gestión de efectos especiales.
Sin embargo, Hulk de Ang Lee no fue una producción improvisada. Pasaron 12 años en desarrollo esperando que la tecnología pudiese madurar en un punto en donde el héroe se viera bien. El director taiwanés se las vio negras en el rodaje, ya que sus ideas se frenaban con las carencias tecnológicas de esa época.
En una entrevista para Den of Geek, el actor Josh Lucas (quien interpretó al personaje de Glenn Talbot) comentó que Lee se sentía frustrado y cansado por estas dificultades:
"Nunca había visto a un director tan angustiado por una película como lo estaba Ang. Tenía una visión muy clara, pero simplemente creo que no disponía de la tecnología necesaria para hacer lo que quería, y creo que eso le rompió el corazón".
La realidad es que Lee no buscaba un simple espectáculo de acción y explosiones sin sentido, más bien pretendía reflejar la complejidad emocional del personaje en la dualidad entre Bruce Banner y Hulk. El resultado final dividió opiniones, en un momento en que el cine de superhéroes exigía historias oscuras pero masivas, su propuesta introspectiva basada en el cine de autor no conectó con la audiencia.
Con el tiempo, el filme fue evaluado de forma distinta, para algunos críticos se considera un experimento fallido, para otros un intento arriesgado de romper con lo convencional. A pesar de todo, la óptica de del cineasta asiático dejó lecciones que el MCU a tomaría años más tarde, inspirando nuevas técnicas visuales, argumentos más profundos, y la idea de que, incluso los fracasos, pueden ser referentes de innovación cinematográfica.
Las fallas revelan cómo mejorar
Actualmente, el MCU vive un lapso de crisis a niveles creativo y económicos. En 2025, Thunderbolts no fue un fracaso, pero está lejos de revivir a Marvel, y lo mismo sucedió con Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos, que pasó sin plena ni gloria por la salas de cine. Ante ello, a la empresa perteneciente a Disney le falta retrospectiva para replantear sus enfoques de narrativa y aprender del pasado.
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