El mundo de los asesinos a sueldo siempre ha capturado la imaginación del público. La habilidad letal, la soledad y el código de honor que rodean a estos personajes les confieren un aura casi mítica. Desde el Baba Yaga, John Wick, hasta el aparentemente ordinario Taro Sakamoto de Sakamoto Days, los fanáticos han sido testigos de cómo estos letales individuos intentan, a su manera, dejar atrás el mundo del caos.
Sin embargo, al comparar a estos dos personajes, Taro emerge como un asesino mucho más humano y complejo que lo que hemos podido ver de John Wick, y hay una razón poderosa detrás de esto: su familia.
La ausencia que pesa en John Wick
Cuando John Wick debutó en 2014, los espectadores fueron introducidos a un personaje que, tras años de matar, había encontrado refugio en el amor de su esposa Helen. Sin embargo, el cruel destino no tardó en arrebatarle esa paz. Su historia, aunque emotiva, no profundizó lo suficiente en el tiempo que John compartió con Helen. Su breve periodo de felicidad se resumió en unos cuantos flashbacks, fotgrafías y en el doloroso regalo de un cachorro, símbolo de su amor perdido.
La narrativa de John Wick avanzó rápidamente hacia su transformación en un huracán de venganza. Aunque su sed de justicia era comprensible, al público le faltó conocer más sobre el hombre detrás del arma. ¿Qué soñaba? ¿Qué deseaba más allá de vengar la muerte de su perro? El público quedó con preguntas que una precuela podría responder, pero que, por ahora, permanecen en el aire.

Taro Sakamoto: el equilibrio entre la vida y la muerte
Por otro lado, Sakamoto Days nos presenta a Taro Sakamoto, un asesino legendario que deja atrás el caos para buscar una vida tranquila al lado de su esposa Aoi y su hija Hana. En lugar de huir de su pasado, Taro lo enfrenta con valentía cuando un viejo colega, Shin, intenta forzarlo a regresar al bajo mundo. La interacción entre estos dos personajes no solo subraya las habilidades excepcionales de Taro, sino también su humanidad.
La diferencia crucial entre Taro y John es el tiempo y el espacio que el anime Sakamoto Days dedica a mostrarnos a Taro en su rol como esposo, padre y dueño de una tienda de conveniencia. A través de pequeños momentos, como ayudar a Shin a recuperarse o demostrarle cómo pueden vivir una vida ordinaria, Taro construye una conexión emocional profunda con los espectadores. Esto crea una narrativa más rica y permite que el público valore lo que está en juego cada vez que el peligro llama a su puerta.
La familia de Taro no es solo un símbolo de lo que quiere proteger; es el eje central de su vida. Mientras que para John Wick, Helen y su perro eran recuerdos de lo que perdió, para Taro, Aoi y Hana son su presente y su futuro. Esto da un peso emocional mucho mayor a sus decisiones, haciendo que su lucha contra antiguos enemigos no sea solo una cuestión de supervivencia, sino también de preservar un hogar lleno de amor.

El contraste entre estos dos personajes se hace aún más evidente en sus dinámicas con los demás. Taro no solo acepta a Shin como aprendiz, sino que también lo invita a formar parte de su familia extendida. Este gesto muestra una generosidad que rara vez vemos en el género de los asesinos a sueldo. Shin, en lugar de ser un simple aliado, se convierte en un reflejo del pasado de Taro, pero también en una oportunidad de redención.
La cotidianidad como superpoder
Otro aspecto que distingue a Taro es cómo usa sus habilidades letales en tareas ordinarias. Aunque sigue siendo un asesino formidable, lo vemos aplicando su fuerza y destreza en acciones mundanas, como gestionar su tienda o ayudar en el barrio. Este detalle le da un matiz casi cómico, pero también profundamente humano, que sería fascinante de ver en un personaje como John Wick.
Imaginar a John utilizando un lápiz para algo más que matar o enseñando a los niños cómo enfrentarse a los acosadores sería un cambio refrescante. Sin embargo, ese nivel de vulnerabilidad no encaja con la construcción mítica del Baba Yaga, mientras que Taro lo adopta sin reparos, recordándonos que ser fuerte no siempre significa ser invulnerable.

En última instancia, lo que convierte a Taro Sakamoto en un mejor asesino que John Wick no es su habilidad para matar, sino su capacidad para vivir. Al rodearse de amor y encontrar propósito en lo ordinario, Taro redefine lo que significa ser un "héroe" en el mundo de los asesinos. Su historia no solo entretiene, sino que también inspira, recordándonos que incluso en los caminos más oscuros, siempre hay luz.
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