La compra de Activision por parte de Microsoft ha desatado una de las batallas corporativas más escandalosas en la historia de los videojuegos, una donde ambas, Microsoft y Sony, luchan por demostrar cuál de las compañías es más frágil. El campo de batalla es mundial, pero la lucha se libra, prácticamente, país por país.
Dicho eso, las cosas no lucen muy bien para la monumental transacción, pues gobiernos importantes como el británico y el estadounidense, están titubeando a la hora de darle visto bueno. No obstante, hay otros donde las cosas han marchado sin contratiempos, como Brasil y Arabia Saudita.
Pues bien, a esos países se ha sumado Serbia que, de acuerdo con la agencia Reuters, ya también dio luz verde a la compra de Activision por casi 70 mil millones de dólares, y lo hizo de forma incondicional. Este es un detalle interesante porque Microsoft está considerando, precisamente, hacer concesiones ante la Unión Europea, con tal de que la compra avance. Es decir, habrá que aceptar condiciones, justamente.
Un poco de contexto, por favor
Microsoft anunció la compra de Activision en enero, por casi 70 mil millones de dólares, en lo que se convirtió inmediatamente en la fusión más grande de la historia de la industria tecnológica, y aunque al comienzo no hubo ningún problema, la labor de cabildeo de Sony, poco a poco, empezó a surtir efecto.
Sony argumenta que la compra de Activision lleva consigo la posibilidad de que Call of Duty, una de las sagas de videojuegos más importantes de la actualidad, se vuelva exclusiva de Microsoft, lo cual es inaceptable para ellos. Microsoft asegura que eso no va a pasar y que, de hecho, compró Activision por sus propiedades móviles.
Total, el caso es que el asunto sigue trabado en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde de hecho, hay reportes de que la Comisión Federal de Comercio interpondrá una demanda contra el proceso de compra en las próximas semanas. La demanda en sí es un problema, pero lo es todavía más el retraso que supondrá para un proceso que debe concluir para el próximo mes de julio, de lo contrario, será sometido a renegociación e incluso cancelación.