Estamos a pocos días de que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft cumpla un año desde su anuncio, sin embargo, poco o nada ha pasado al respecto gracias a las intervenciones de Sony y PlayStation. Esta guerra de declaraciones nos ha dejado con momentos incómodos, así como con datos que deberían ser confidenciales y que han llevado a los jugadores a juzgar a las compañías de forma arbitraria.
PlayStation bloquea sus exclusivas en Xbox
Para iniciar la última semana del año nos encontramos ante una fuerte acusación por parte de Microsoft pues aseguran que Sony ha bloqueado de forma directa la llegada de juegos third party a Xbox, señalando directamente a juegos como como Final Fantasy VII Remake o Bloodborne.
"Además de tener contenido exclusivo absoluto, Sony también ha llegado a acuerdos con publishers externos que requieren la "exclusión" de Xbox del conjunto de plataformas en las que estos publishers pueden distribuir sus juegos. Algunos ejemplos destacados de estos acuerdos incluyen Final Fantasy VII Remake (Square Enix), Bloodborne (From Software), el próximo Final Fantasy XVI (Square Enix) y el recientemente anunciado Silent Hill 2 remasterizado (Bloober team)"
Esta declaración forma parte de la respuesta oficial de Microsoft a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos tras el bloqueo parcial de la compra de Activision Blizzard.
Silent Hill 2 Remake también habría sido bloqueado para Xbox
Ante esta nueva información los jugadores podrían cuestionarse sobre las acciones de Sony pero al final solo podemos regresar a una pregunta: ¿qué es un juego exclusivo? Esta duda ha surgido en masa por culpa del debate alrededor de Activision Blizzard pero es una práctica común y, hasta hace unos meses, bien aceptada por la industria.
Seguramente en los próximos días tendremos una nueva declaración por parte de Sony en relación a los juegos exclusivos y sus tratos con los third party. Recientemente se filtraron declaraciones de Jim Ryan, presidente de PlayStation, en donde se sugiere que en Sony ya no le tienen miedo a Game Pass. Mientras que del lado de Xbox y Microsoft el futuro de la compra se tambalea ante la FTC, los reguladores europeos e incluso ante la comunidad de jugadores.