2008 fue un año raro para la industria de los videojuegos: lleno de experimentación, y por lo mismo, con varios artefactos bastante extraños que ahora forman parte de la historia de la industria. Y entre todos estos experimentos, recordamos uno en particular por lo infame que llegó a ser entre los jugadores: el teclado inalámbrico del PS3, una idea algo absurda en ese momento, que Sony solo hizo peor.
El precursor del teclado en PlayStation
Antes de que Sony lanzara su teclado inalámbrico para PS3, solo teníamos un experimento similar en consolas y había resultado bastante malo: el Chatpad de Xbox 360. Ya sea que se hayan inspirado en el dispositivo de Microsoft, o que mediante los mismos razonamientos hayan llegado a la misma idea, pero Sony siguió su estela y en 2008 también lanzó un teclado que se conectaba al mando, una idea que pretendía ofrecer una solución rápida para escribir mensajes o interactuar con juegos y aplicaciones, pero que terminó siendo más un estorbo que una verdadera mejora.
El teclado inalámbrico para PS3 funcionaba conectándose al mando DualShock 3 mediante un puerto USB o Bluetooth, permitiendo escribir texto de manera “rápida”. Su diseño compacto tenía ventajas en cuanto a portabilidad, pero las desventajas eran evidentes: el teclado era pequeño, incómodo para escribir por largos periodos, y el mando, ya de por sí de tamaño considerable, se volvía aún más voluminoso con el teclado conectado.
Además, no todos los juegos lo soportaban, lo que reducía aún más su utilidad. Fue un periférico que jamás alcanzó la relevancia que Sony esperaba, desapareciendo casi por completo con la llegada de la PS4.
Lo interesante hoy día es cómo este experimento se adelantó a los teclados que ahora incluyen las consolas, ofreciendo en 2008 una experiencia más cercana a la de PC. Con el tiempo, las consolas comenzaron a incorporar teclados completos, algo que ocurrió con el Xbox One, que introdujo más opciones de personalización y dispositivos para escritura.
Eso sí, aunque el teclado inalámbrico de PS3 desapareció, su legado sigue vivo en estos periféricos, con características similares, como la capacidad de escribir rápidamente, pero mejorando en todo sentido nuestra comunicación en y con los juegos.
En retrospectiva, el teclado de PS3 es otro ejemplo de esos experimentos fallidos de la industria, que, si bien no dejaron huella por sí mismos, ayudaron a allanar el camino para que tecnologías y periféricos más efectivos se ajustaran a las necesidades del usuario moderno.
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