En los noventa, Sega y Nintendo encarnaron la más sucia de todas las guerras de consolas. Por aquellos tiempos, todo estaba permitido, desde publicidad agresiva y comparaciones directas entre dispositivos de videojuegos, hasta polémicas campañas que desacreditaban abiertamente a la competencia.
Por ello, si los creadores de Mario hacían algo, la compañía del erizo azul reaccionaba de inmediato, algo que también sucedía a la inversa. Uno de los episodios más representativos de esta clásica rivalidad del gaming, fue cuando Nintendo estrenó el primer Donkey Kong Country para la SNES en 1994 y como respuesta, Sega lanzó un curioso juego para la Mega Drive/Genesis.
El juego de Sega que pretendía competir contra Donkey Kong Country
Una de las características más recordadas de la saga de Donkey Kong Country es que los gráficos se realizaron con modelos prerenderizados en 3D, para luego ser convertidos en sprites 2D. Esta particularidad estética reflejaba todo el potencial técnico de la SNES, y Sega quería su propio juego que también mostrara la capacidad de su tecnología.
Fue así que en 1995 se lanzó Vectorman, un título con gráficos en 3D prerenderizados para la Mega Drive/Genesis. Este videojuego exprimió todo el rendimiento tecnológico del hardware de Sega y también era un plataformero, sólo que enfocado en la acción y con una temática más madura.
El ascenso y la caída de Vectorman de Sega
A pesar de la comparación con Donkey Kong Country, Vectorman fue un éxito en ventas y entre la crítica. Incluso había detalles técnicos en los que superaba a la obra de Rare y Nintendo, como los escenarios que se veían más vivos y fluidos, mientras que algunos personajes tenían mejores animaciones.
El título obtuvo una secuela llamada Vectorman 2 en 1996, que fue más ambiciosa, pero menos popular. A partir de este punto, la saga ya no despegó más, y cuando Sega ya era una third-party intentó revivirla en otras consolas, pero sólo se limitó a incluir a Vectorman en antologías de juegos vintage.
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