2025 es el año de Ryu Hayabusa, eso no cabe duda. Ya tenemos confirmado para octubre Ninja Gaiden 4, pero como todavía falta mucho, The Game Kitchen nos presenta Ninja Gaiden Ragebound. Una propuesta que regresa a los orígenes de la saga, justo como lo vivimos en NES por allá de los años ochenta y noventa. Ya lo jugamos, lo disfrutamos bastante, y aquí te podemos decir qué puedes esperar de esta peculiar propuesta.
El Linaje del Dragón necesita un nuevo protector: Kenji
En Ninja Gaiden Ragebound seguimos los pasos de Kenji Mozu, un aspirante a ninja que está bajo la tutela del mismísimo Ryu Hayabusa, legendario protector del Linaje del Dragón. Durante uno de sus entrenamientos, la aldea Hayabusa es atacada por los demonios del Clan Araña, quienes buscan resurgir y aniquilar a los últimos protectores del linaje. Lamentablemente, Ryu no puede proteger la aldea, pues su llamado lo obliga a partir hacia América, donde también hay varios problemas. Es por eso que Kenji debe poner en práctica lo aprendido, asumiendo el papel protector y protagonista, mientras avanza en la misión de detener al Clan Araña.
Este nuevo capítulo es mucho más accesible y bondadoso con su dificultad
¿Todo bien, no? Bueno, la historia toma un giro completamente inesperado cuando Kumori, una joven miembro del Clan Araña, también se ve afectada por este conflicto, teniendo que formar una alianza con Kenji. A lo largo de seis capítulos, la trama —aunque un poco básica— funciona muy bien para acompañar al jugador con eventos interesantes, un frenético gameplay (que abordaremos más adelante) y, sobre todo, guiños a las primeras entregas de la franquicia. Oh sí, toda una avalancha de fan service que desborda sin cesar durante los recorridos.
Lo anterior nos pareció de lo más acertado que tiene el juego, ya que, dada la naturaleza del mismo, no se necesita un mar de argumentos, hilos conductores o mucho drama durante horas. Lo que importa es cómo se juega, y ese es el estelar desde los primeros minutos. Ya habrá tiempo de abordar más narrativa en Ninja Gaiden 4, pero aquí es otra dinámica.
¡NINJA POR SIEMPRE!
Afortunadamente llegamos al gameplay, y es de las cosas más deliciosas que tiene Ragebound. Este nuevo capítulo de los Hayabusa es una aventura lateral en 2D. Justo como lo dictan los primeros títulos de la saga, en donde el jugador sigue una trayectoria lineal y, con la ayuda de las habilidades de Kenji —un poco similares a las de los Hayabusa— va limpiando el escenario. Podemos ver entonces movimientos vistosos como combos con la katana, habilidades para trepar paredes, escalar riscos complicados, desplazamientos veloces, entre otras cosas.
Como parte de las recompensas por explorar todos los rincones de los escenarios, existen pequeños escarabajos coleccionables que se pueden intercambiar en la tienda de Muramasa, para recibir talismanes que otorgan recompensas y nuevos movimientos. Por ejemplo, uno de los que nos ayudó bastante en nuestra aventura fue el talismán del frenesí sangriento, que permitía recuperar un porcentaje de salud al alcanzar un punto de guardado. Otro más fue el talismán del estertor, que aumentaba el daño de los ataques cuerpo a cuerpo un 75% cuando la vida del personaje estaba baja.
El gameplay, por sí solo, brilla gracias a la ingeniosa estructura de sus pasillos
Estos objetos son totalmente opcionales, ideales para quienes quieran darle más profundidad al gameplay, aunque no son obligatorios. Encontramos un buen balance entre las asistencias que otorgan estos ítems y la dificultad, sin que se rompa o se incline hacia un lado. Tampoco es que haya demasiadas cosas por desbloquear, pero lo presente basta para hacerlo más entretenido.
El clan araña y el clan dragón unidos por primera vez
Durante la historia, Kenji y Kumori se ven obligados fusionarse, lo que da paso a un sistema de combate en el que las habilidades de cada ninja se combinan de manera inteligente para que el jugador pueda abrirse paso en la aventura. Kenji puede usar las técnicas de Kumori, siempre y cuando la barra de ki esté cargada... lo que es sencillo pues requiere de golpear enemigos o recoger los orbes morados que hay por todo el escenario.
También es posible utilizar las armas de Kumori, como canarias o los implementos característicos del Clan Araña. Y lo que más nos voló la cabeza: alternar entre Kumori y Kenji gracias a los altares demoníacos. Estos santuarios otorgan a Kumori la posibilidad de aparecer en un plano alterno por cierto tiempo para abrirle paso a Kenji con sus habilidades. Estas secciones están condicionadas por un límite de tiempo, que puede extenderse un poco al conseguir orbes de ki.
Durante la aventura también hay enemigos y jefes que exigirán alternar entre las habilidades de ambos ninjas para superar diferentes retos. Si el gameplay, por sí solo, brilla gracias a la ingeniosa estructura de sus pasillos, esta mecánica abre un abanico de posibilidades mucho más rico y dinámico. Una fusión entre el bien y el mal nunca había sido tan satisfactoria.
Ahora, tocando un tema importante: ¿qué pasa con la dificultad en Ninja Gaiden Ragebound? ¿Es tan endemoniada como en los títulos de NES? La respuesta es no. Este nuevo capítulo es mucho más accesible y bondadoso con su dificultad, pensando en los gamers más jóvenes que entren a la saga por primera vez.
Rápidamente notas que el escenario no se inunda de enemigos enfrente y detrás de ti, haciéndote la vida imposible como antes. Sí... hay un par de momentos donde los reflejos se ponen a prueba, pero nada imposible de superar. El gameplay es justo cuando se domina al 100% y retador cuando los verdaderos expertos buscan un desafío, aunque sin llegar a lo exagerado.
Para compensar, en cada nivel habrá retos por superar que permiten alcanzar la máxima calificación. Al final de cada escenario, el jugador puede revisar en detalle las condiciones, como evitar ser golpeado durante todo el capítulo, encadenar cierta cantidad de combos, tiempo total, muertes, etc. Son retos divertidos que, cuando el juego se lo propone, resultan complicados, aumentando la rejugabilidad de un título que, aunque corto, es muy disfrutable.
Esto es lo más adictivo de Ragebound: repetir una y otra vez los capítulos para sacar el máximo porcentaje. Si el título se acaba fácilmente en cinco horas, todas estas características le suman unas 10 horas más, convirtiéndose en un juego de hasta 20 horas, ideal para satisfacer las expectativas.
Ragebound es retador, pero no tanto como en el NES
Un pecado que encontramos con el paso del tiempo es que, al ser una propuesta corta, peca de repetitivo en ciertos aspectos, como los enemigos. En algunos capítulos te enfrentas a los mismos tipos, con patrones de ataque y puntos débiles ya conocidos. Esto hace que la sorpresa de nuevos retos sea escasa en momentos, pero bueno, es algo que estamos dispuestos a pagar.
Afortunadamente, los jefes finales de cada capítulo compensan muy bien este defecto, ya que han sido de lo más satisfactorio que nos ha entregado la saga. Cada uno tiene un patrón de ataque distinto que se aprende en un par de intentos. Justo esa característica que hizo brillar a Blasphemous está presente aquí, y nos complace recalcar que le da muchos puntos positivos al juego. Es Ninja Gaiden, y los enemigos emblemáticos deben ser un sello característico.
Y sí, dijimos “pequeño defecto”, porque fuera de eso el juego se va como cuchillo en mantequilla, siendo una de las propuestas en 2D más adictivas del mercado. El regreso de Ninja Gaiden a su formato original no pudo ser mejor de la mano de The Game Kitchen. Bravo por atreverse a darle otra oportunidad a la franquicia. Esperemos que este sea el inicio de un regreso triunfal con varias entregas.
Esto sí es Ninja Gaiden 🚬
Pasemos a la parte estética: este título contiene un pixel art hermoso y sublime que desde los tráilers nos enamoró. No cabe duda que esta ola de entregas con estética retro le viene bien a una industria acostumbrada a los gráficos hiperrealistas. Es como si estuviéramos presenciando una nueva entrega en nuestras consolas antiguas, remontándonos un poco al pasado. Probamos la versión de Nintendo Switch y el resultado fue gratificante. Incluso en modo portátil, el juego corre perfecto y su rendimiento, aunque no debería ser problema para ninguna consola, es sólido.
De igual manera, la banda sonora y los efectos de sonido cumplen satisfactoriamente durante toda la experiencia. En ciertos momentos escuchamos arreglos de las melodías clásicas y… ¡ufff, la piel se nos enchinaba! Piezas dignas de la historia de Ninja Gaiden.
¿Ninja Gaiden Ragebound vale la pena?
Entonces, ¿vale la pena? ¡Por supuesto que sí! Ninja Gaiden Ragebound es uno de los mejores juegos de acción y plataformas en 2D de 2025, poniendo en alto aún más a la franquicia del ninja más popular de los videojuegos. Es adictivo y retador, ofreciendo un contenido tal vez limitado en comparación con otras propuestas, pero ideal como aperitivo en lo que llega Ninja Gaiden 4. El año de Ryu Hayabusa no podía celebrarse de mejor manera que con dos entregas dignas del Linaje del Dragón.
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