La ruptura que cambió todo el Universo Marvel: ¿quiénes son y cómo surgieron Los Nuevos Vengadores?

Pocos se lo esperaban, pero Thunderbolts ha aterrizado como un bólido, transformando todo lo que toca a su paso. De esta manera, nos encontramos con que un nuevo equipo habita la Torre de los Vengadores, y que dicho equipo definirá el futuro próximo de Marvel Studios. ¿Pero cómo nació este extraño grupo? Para responder a esa pregunta, es necesario mirar a los cómics y descubrir cómo surgieron los New Avengers y tomaron el lugar del equipo original.

Así fue como nacieron los New Avengers originales

Antes de continuar, advertencia: a partir de aquí hay spoilers de Thunderbolts.

El nuevo equipo del MCU, conformado por Yelena Belova, Red Guardian, Ghost, U.S. Agent y Bucky Barnes, logró lo impensable: contener (y vencer) la amenaza que representaba Sentry y la maligna entidad conocida como The Void, en uno de los giros más tensos de la Fase 5. Y como si eso no bastara, los Thunderbolts* fueron presentados públicamente como “los nuevos Vengadores”, algo que tomó a todos por sorpresa, dentro y fuera de la pantalla. Pero... ¿cómo fue que esto se dio en los cómics?

Para encontrar respuestas, hay que viajar a 2005. Tras los eventos de Avengers: Disassembled orquestados por Brian Michael Bendis, Marvel destruyó la formación clásica de los Vengadores y le dio vida a un nuevo grupo: los New Avengers. El equipo original estaba roto, y fue Tony Stark quien, junto a Steve Rogers, decidió rearmar el concepto.

La diferencia estaba en los nombres: Spider-Man, Luke Cage, Wolverine, Spider-Woman y, más adelante, Doctor Strange o Iron Fist: un equipo más callejero, más crudo, con menos protocolos y más decisiones al borde. Su misión: actuar cuando los métodos tradicionales ya no bastaban. Su legado: demostrar que el símbolo de los Vengadores podía mutar y pese a ello seguir vigente.

En el caso de Thunderbolts, la cinta parece toma prestado algo de esta filosofía, pero también bebe, sin decirlo abiertamente, de los Dark Avengers, una agrupación que nació tras la caída de los héroes más poderosos de la Tierra. Liderados por Norman Osborn y conformados por villanos disfrazados de héroes (como Bullseye haciéndose pasar por Hawkeye o Venom en el rol de Spider-Man), estos falsos Vengadores aprovecharon la ausencia de los Vengadores y el vacío de poder para tomar el control.

¿La conexión? Muchos de los miembros de los Dark Avengers salieron directamente del programa Thunderbolts. En este sentido, podríamos decir que la película de Marvel condensa ambas ideas: de esta manera, el nuevo equipo liderado por Yelena y Bucky se presenta como una nueva versión de los Vengadores dispuesta a lograr resultados mediante formas menos “rudimentarias” de trabajar, además de como un grupo cuestionable que ocupa un lugar simbólico muy grande,  y que quizá no debería estar ahí.

Y es aquí donde todo se pone interesante. Porque si Thunderbolts marca el inicio de un cambio estructural en el MCU, su impacto se sentirá más allá de una sola película. Marvel está ensayando nuevas fórmulas, nuevos rostros y nuevos liderazgos, y la inminente llegada de Avengers: Doomsday podría significar el colapso definitivo del modelo clásico o incluso su reinvención total. Lo único claro es que, como en los cómics, los héroes que conocíamos ya no están al centro. Y lo que viene no se parece a nada que hayamos visto antes.