Gran Turismo 7 y cómo Shigeru Miyamoto ya no tiene la razón

Gran Turismo 7 y cómo Shigeru Miyamoto ya no tiene la razón

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Gran Turismo 7 Y Las Lecciones Que Shigeru Miyamoto Ya No Pudo Aprender

"Un juego retrasado será eventualmente bueno, un juego apresurado será malo por siempre", reza el conocido adagio que, entre jugadores, se atribuye a Shigeru Miyamoto, y sentencia a aquellos proyectos, hechos al aventón, a la mediocridad perpetua. Es un refrán que a comienzos de los dosmiles todavía estaba muy vigente y pocos se hubieran atrevido a cuestionar, pero que hoy cada vez se antoja más impreciso.

Cuando Gran Turismo 7 debutó, a comienzos de marzo, ya había sido retrasado, y cuando le eché un primer vistazo, se antojaba como un producto bastante completo, considerando que era apenas la tarjeta de presentación de lo que terminaría por convertirse en una plataforma, en un producto vivo, cuyo rostro sería diametralmente distinto meses o incluso años más tarde.

El paso del tiempo me ha dado la razón, pero para mal. Prácticamente no ha habido semana en la que no haya encabezados con quejas para un Gran Turismo 7 que parece empecinado en autodestruirse y, como crítico, cuesta no ser retroactivo y viajar atrás en busca de indicios de lo que hoy parece la crónica de un desastre anunciado. En otras palabras, en busca de aquello que hubiese indicado que esto iba a pasar.

Con ello, queda de relieve lo inútil que ya resulta el refrán del mesías del videojuego, no porque estuviera equivocado, sino porque los juegos de hoy son sumamente inestables y querer evaluarlos, es como tratar de reseñar el flujo del agua o la calidad de una carrera, con base en una sola vuelta. Se puede obtener una muestra, pero no hay forma de saber cuál será la composición de esa sustancia en el futuro. Ambas pueden ser ciertas: que el juego retrasado termine por descomponerse en el futuro y que el juego apresurado pueda enmendar el camino, y para muestra, el eterno No Man's Sky, lo curioso es que ahora también tenemos títulos que debutan "bien", y después se echan a perder.

Para empeorar las cosas, por su estructura, el Gran Turismo 7 de hoy puede ser varias cosas distintas a la vez. Quien lo juega en el Café, solamente, tiene una experiencia dramáticamente diferente de quien vive compitiendo con otros en línea, uno de los frentes más descuidados del producto. De hecho, entre los pocos defensores del juego, hay quienes reprochan al resto el ni siquiera haber terminado los treinta y tantos menús básicos que ofrece el paquete, concentrándose solo en una rebanada de la experiencia.

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Como sea, Polyphony ha cometido errores indefendibles, algunos de los cuales sí que vimos venir en marzo: fundamentalmente, el haber hecho de Gran Turismo 7 un juego tan dependiente de la conectividad, a pesar de no necesitarlo. Las misiones, los Cafés, los museos, el modo fotográfico, cuesta entender cómo es que todo eso requiere de conexión, y como lo dijimos meses atrás, si desenchufas el ethernet, el juego muere por completo, pero por decisión propia.

No es como que Polyphony Digital careciera de referentes nefastos sobre la dependencia del online, cuando en su propio linaje ya había antecedentes documentados de desgracia -te estamos viendo a ti, GT Sport-. SimCity, Diablo 3, Anthem, Fallout 76, Final Fantasy XIV… ejemplos abundan. ¿Qué necesidad había de amarrar a Gran Turismo 7 al mismo destino cuando, por su estructura, parecía librarse de ello?

No, Miyamoto no pudo haber visto venir juegos como estos, como seguramente tampoco vio venir los micropagos, cuya mala implementación también plaga a Gran Turismo 7. Precios ridículos, falta de funciones, una estructura competitiva mutilada y, peor que todo, una reputación maltratada, eso es con lo que Gran Turismo 7 ha quedado, pero ya ni las lecciones de antaño le pueden salvar porque sencillamente ya no aplican.

Gran Turismo 7 salió en un estado aceptable, para después autodestruirse, pero ahora, todavía puede redimirse. Así que el refrán debería ser "Un juego retrasado, aún así puede ser malo, un juego apresurado puede ser, eventualmente, bueno". ¿Tiene sentido? Probablemente no, pero podríamos argumentar que la industria actual ya tampoco lo tiene. Y en este caso, Gran Turismo 7 es un juego atrasado que salió mejor de lo que quizá era antes de postergarse, se echó a perder, y ahora busca recuperarse. ¿De quién depende? De Kazunori Yamauchi.

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