Si ya estás jugando The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom sabrás que el mapa de Hyrule esconde mucho más secretos de lo que tuvimos en su predecesor: Breath of The Wild. Una de las principales novedades del juego es que ofrece el plano celestial con archipiélagos de islas flotantes, un complejo sistema de cavernas y mucho más por explorar. En nuestra reseña te dijimos que estimamos que es el doble o más de extensión con respecto al mapa del juego anterior.
Hoy te presentamos una curiosidad de lo más interesante, una que te va a volar la cabeza. Te advertimos que podría ser considerado por algunos jugadores como un spoiler ligero que quizá quieras descubrir por ti mismo o del que no quieras saber hasta haber avanzado lo suficiente en el juego como para conocer la existencia de todos los planos explorables de Hyrule.
Así se conectan la superficie del Hyruley el subsuelo
Bajo el mapa de Hyrule existe el subsuelo, que no es otra cosa que un mapa adicional que tiene prácticamente la misma extensión que toda la superficie de Hyrule. Esta zona se caracteriza por estar completamente en penumbra, siendo que deberás encontrar raíces para iluminar poco a poco secciones que, de otra manera, tendrías que iluminar manualmente usando semillas luminosas.
Estas raíces tienen una conexión muy profunda con lo que hay en la superficie de Hyrule. Si comparas los dos mapas vas a notar que por cada santuario presente en la superficie del mapa, una raíz luminosa se encuentra exactamente debajo de él.
Este dato resulta de lo más útil para explorar ambos mapas. Si hay una raíz que has descubierto y no ubicas que hayas explorado un santuario en la superficie en el mismo lugar, podrías echar un nuevo vistazo para encontrarlo y viceversa.
Hay muchas otras conexiones entre ambos mapas, pero esta es una de las más importantes. Te sugerimos que sigas explorando el increíble mundo de The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom para que puedas descubrirlas por ti mismo.