El mundo de las producciones culturales está lleno de personajes cuya existencia es solamente por fines satíricos o paródicos. El objetivo que ellos tienen en la trama no es solamente dar el momento cómico solo porque sí, sino que buscan entregarnos un mensaje que nos haga pensar después que terminemos de reírnos. Muchos como Dan de Street Fighter terminaron ganándose el cariño del público. Tal es el caso de Monaka de Dragon Ball Super 3.
Monaka es un repartidor del planeta Wagashi y es uno de los más débiles del universo creado por Akira Toriyama, por más que sea un novato en las artes marciales. El fandom tenía puestas las esperanzas en que algún día, más lejano que cercano, este personaje iba a terminar de romper las expectativas y poco más que llegaría a ser tan fuerte como los protagonistas de la saga. No obstante, esto no ocurrió.
A esta altura parecía que el personaje solamente estaba para desempeñar el rol del “idiota querible”, más después de descubrir que su gran técnica marcial es utilizar sus pezones característicos para ganar sus combates.
Las apariencias engañan…y mucho…así fue el caso de Monaka, que pasó de cero a héroe en un tris tras, pasando de ser un ser un personaje que no debía tomarse en serio a tener un rol crucial en la trama gracias a su resiliencia y sus habilidades ocultas.
La primera de ellas es su habilidad para leer mapas: Monaka es sobresaliente en geolocalización gracias a su experiencia como repartidor, envidia de cualquier cartógrafo. Debido a su trabajo sabe ubicarse en el espacio, leer mapas en distintas simbologías e idiomas. Así pudo leer el Radar del Dragón como imagen tridimensional y encontrar la Súper Esfera del Dragón.
La segunda es su astucia como timador. A pesar de que prácticamente fue al Torneo Universal de Artes Marciales y no hizo nada, se esforzó por golpear a Hit y éste simuló ser derrotado. A pesar del pánico, Monaka continuó con el engaño como el mejor de los actores. Además, cuando fue suplantado por Beerus para vencer a Gokú logró engañar al mismísimo Saiyajin inventando que podía dividirse como en dos seres como Majin Buu.
Su último poder es la resiliencia física y mental. Monaka las demostró cuando Goten y Trunks lo empujaron por casualidad contra una mesa metálica y el repartidor se mantuvo estoico como el mejor aprendiz de Marco Aurelio; mantuvo esta misma actitud cuando fue golpeado erróneamente por Gokú (recibir un golpe suyo debe ser todo menos un cariño).
Monaka no tendrá la fuerza de Gokú o la actitud de Vegeta, pero eso no significa que tenga menos valor. Personajes como Monaka nos enseñan que todos tener un súper poder que puede ayudar al Mundo a ser un lugar mejor: la idea es descubrirlo, trabajarlo lo más posible y usarlo para el bien de los demás.