Han pasado casi 7 meses desde que Microsoft hizo el histórico anuncio de que compraría Activision Blizzard en una transacción que ascendería a casi 70 mil millones de dólares, y sin embargo, el showcase de Xbox en junio, no contó con juegos del publisher, seguimos sin ver a Call of Duty en Game Pass y hasta parece que autoridades brasileñas tienen que dar su visto bueno. ¿Qué está pasando?
Bueno, no es tan sencillo. Como explicamos en su momento, no basta con bolsillos infinitos para apropiarse de una compañía, especialmente cuando hay tanto en juego (guiño, guiño). Microsoft ya sorteó algunos de los primeros obstáculos, pero faltan otros trámites que sólo aplican para un acuerdo así de grande.
Quizás has escuchado que la Cámara Federal de Comercio de los Estados Unidos tiene que dar su visto bueno, pero no es la única autoridad a la que hay que satisfacer y, más importante aún, si algún poder relevante se opone, todo podría venirse abajo. ¿Cuáles son estas agencias?
- CMA: La Autoridad para la Competencia y los Mercados británica -CMA por sus siglas en inglés- es una autoridad que, en sus palabras, trabaja para promover la competencia para beneficio de los consumidores, tanto dentro, como fuera del Reino Unido.
- Comisión Europea: es la cámara de representantes de la Unión Europea, que, como su equivalente de un país, promulga leyes y certifica su cumplimiento en el Viejo Continente.
- SAMR: es la agencia gubernamental china que regula la competencia, los monopolios y la propiedad intelectual. Las siglas, en inglés, significan Administración Estatal de Regulación del Mercado.
Te preguntarás qué diablos tiene que ver China en esto. Pues mucho. Dos por ciento de las ganancias anuales de Microsoft provienen de China y Blizzard también genera más de mil millones de dólares anuales en China, a través de su sociedad con NetEase, su distribuidora regional.
Hasta hace algunas semanas, estábamos bajo la impresión de que esas eran las únicas autoridades en el proceso de investigación, pero tras las filtraciones de los últimos días, queda claro que la CADE brasileña también va a emitir un voto al respecto. Brasil es uno de los dos mercados de videojuegos más grandes de Latinoamérica (el otro es México).
"Cualquier país en el que las entidades a fusionarse hagan negocios puede revisar el acuerdo, si las leyes lo permiten", explicó David Golden, abogado especialista en materia de competitividad, a 3DJuegos LATAM. "Dado el alcance global de Microsoft y de Activision, no sería sorpresa que la autoridad brasileña de competitividad estuviera investigando", añadió.
Dicho eso, según Games Industry, sólo la FTC, la CMA y la Comisión Europea tienen poder de veto, así que probablemente sigan siendo esas las que concentren toda la atención próximamente.
¿Cómo se analiza la compra?
Ahora bien, estos órganos no revisan la transacción de manera arbitraria, sino que existen dos fases por las que tiene que atravesar la investigación. La mayoría de las fusiones de este tipo se aprueban en la primera, pero no ésta.
Cloud Gaming y Game Pass, los dos diferenciadores de Xbox
En una primera fase, se hace un análisis general y se pregunta a competidores su opinión sobre la fusión -que es lo que pasó en Brasil-. Para acuerdos de mayor impacto, hay una segunda etapa, mucho más escrupulosa de análisis, cuyo fin es desmenuzar a detalle el efecto de la fusión en el mercado.
La Cámara Federal de Comercio de Estados Unidos va ya en la segunda etapa; la CMA va, apenas, en la primera fase; la Comisión Europea no ha empezado su análisis; queda claro que Brasil está atravesando la primera también; y no tenemos la más remota idea de qué está pasando con la Administración Estatal de Regulación del Mercado China.
Los servicios en la nube de Xbox magnifican la importancia de la compra de Activision
¿Qué es lo que hace a esta fusión tan especial?
Además del monto involucrado en la transacción Microsoft-Activision, lo que hace al acuerdo tan delicado es que involucra dos elementos que pueden catalogarse como decisivos para el equilibrio del mercado. El primero es Call of Duty, del que ya se ha hablado bastante, pero que, a grandes rasgos, puede catalogarse como uno de los videojuegos más populares del mundo. Y el segundo son los servicios, donde Microsoft ya lleva una clara delantera con respecto a sus rivales.
Un proceso que terminará a mediados de 2023
Este último aspecto involucra el juego en la nube vía Cloud Gaming, y la suscripción Game Pass. Más de uno ha tratado de hacer ver este acuerdo como equivalente al de Disney con Star Wars, Marvel y todo lo demás, sin embargo, la diferencia sustancial radica en que, para efectos prácticos, esa fusión desemboca en Star Plus y Disney Plus, los cuales tienen numerosos competidores de gran tamaño: Netflix, Prime Video, HBO Discovery, Paramount Plus, etcétera.
En el caso de Xbox Game Pass, su único competidor real, en estos momentos, es PlayStation Plus, y eso es lo que convierte a esta compra en algo tan delicado, pues podría comprometer el balance del mercado al poner demasiadas fichas en un competidor de un ecosistema muy pequeño. Y bueno, no se puede hablar de Game Pass y Cloud Gaming sin hablar de Call of Duty, un producto importante que formaría parte de la oferta de ambos servicios.
¿Entonces para cuándo?
Pues bueno, cualquiera que sea el veredicto de los reguladores, estamos hablando de un proceso que terminará por ahí de mediados de 2023. Y lo que podría pasar es que todo siga su curso sin ningún contratiempo o que los reguladores aprueben la fusión pero con condiciones que limiten su alcance.
En este momento y con todo el ruido que han generado las filtraciones sobre PlayStation, cualquier restricción puede parecer injusta para los fanáticos más recalcitrantes de Xbox, pero si vamos un poco más allá de las afiliaciones de marca, nos encontramos con implicaciones que realmente deben ser evaluadas, no sólo por el "ahora", sino pensando a futuro. Un futuro en el que Microsoft cambie de agenda, en el que ya no esté Phil Spencer, en el que sus condiciones económicas se transformen. ¿Qué podría pasar entonces? ¿Qué pasa si en 5 años, Microsoft deja de invertir y Xbox Game Pass demuestra ser menos rentable de lo deseado? ¿A dónde van a parar todos esos estudios? ¿Cuál es el impacto en la variedad, en la creatividad, etcétera?
El consenso entre los analistas es que la fusión se va a concretar, pero de cualquier manera, parece que, cuando menos un vistazo a las implicaciones está justificado.