Llegó el día que todos los amantes de los michis estaban esperando. Annapurna Interactive finalmente lanzó Stray, un título indie muy peculiar que, desde su presentación, hace un par de años, cautivó a propios y extraños por su peludo protagonista y un mundo distópico lleno de misterios. Pero al margen de morir de ternura por el felino, ¿Qué más nos puede ofrecer este juego? ¿Vale la pena darle una oportunidad? Aquí te lo decimos.
El último bastión depende de... ¿un gato?
A lo largo de los años, hemos tenido una larga lista de videojuegos donde los protagonistas son animales: perros, lobos, tortugas, simios, etc. Unos más irreales que otros, pero, al final, protagonistas que dejan una pequeña marca en nuestra memoria. Stray opta por un gato para ser protagonista de esta aventura, una que aprovecha las características de este felino para narrar una historia genuinamente llamativa.
Es algún momento del futuro y, para sorpresa de absolutamente nadie, la vida humana desaparece. Las complicaciones ambientales del planeta van haciendo la vida cada vez más difícil, obligando a los humanos a crear una fortificación subterránea que sirviera como refugio hasta que las condiciones pudieran mejorar. Antes de perecer, los humanos fabricaron robots autónomos para que se encarguen del cuidado de las instalaciones y sirvieran como acompañantes durante el confinamiento, facilitando todas las tareas.
Como uno de los últimos intentos de revertir la situación, la humanidad creó una bacteria conocida como zurk, encargada de consumir el exceso de basura que había en las calles. Sin embargo, algo salió mal y esta bacteria mutó hasta el punto de poder devorar todo lo que encontró a su paso, convirtiéndose, para cuando comienzas el juego, en una amenaza muy peligrosa.
Al final, ninguno de estos esfuerzos dio frutos, la humanidad se extinguió y todos estos cambios sólo provocaron que los robots sustituyeran al hombre, imitando su comportamientos, teniendo conciencia, sentimientos, una moral propia y apropiándose de algunas de sus costumbres. Estas máquinas se adueñaron del refugio denominándolo como ‘la ciudad perdida’, donde conocer el exterior es una mera fantasía, un mito que nadie ha podido experimentar con sus propios ojos… o circuitos en este caso.
¿Y el gato? Nuestro pequeño amigo pertenece a una pequeña colonia de felinos sobrevivientes, que merodea en el exterior. Durante una ronda de exploración junto con sus camaradas, sufre un accidente y cae a la ciudad perdida, permitiendo que se encuentre a los moradores electrónicos del asentamiento. Afortunadamente, nuestro bigotudo amigo no está solo, existe un pequeño robot llamado B -12, una pequeña máquina con conciencia que se encarga de traducir la voz e incluso ser las manos del minino. Es así como la historia nos narra cómo este pequeño gato lucha por regresar al exterior, pero también emprende una misión para que las máquinas conozcan el verdadero mundo.
Quisiéramos contar un poco más sobre la historia, pero creemos que es tarea de cada uno ir resolviendo todos los misterios que se esconden en esta aventura. Lo que sí podemos asegurar es que todo tiene un cómo, un por qué y un para qué, justificando perfectamente cada punto que vemos en la pantalla.
La curiosidad mató al gato... ¿o en esta caso lo salvó?
Por lo concerniente a la parte jugable, estamos ante un título de exploración donde las acciones más comunes de un gato son nuestra única herramienta para salir avante de cada problema que se nos presenta. Cada episodio muestra diferentes puzles, unos más ingeniosos que otros, donde el jugador debe pensar y comportarse como un gato para poder seguir adelante. ¿Quieres llamar a la puerta para que te dejen entrar? Rasguña un par de veces para que abran. ¿Intentas llamar la atención de algo o alguien? Pues maúlla unas cuantas veces. ¿Hay obstáculos que bloquean tu camino? No te preocupes, la agilidad felina para trepar cualquier superficie es suficiente para abrirte paso. Es más, hasta la curiosidad para tirar objetos puede ser la respuesta a un problema.
La forma tan creativa de resolver acertijos con recursos felinos es algo que nos dejó más que satisfechos, sin la necesidad de querer cambiar al protagonista con habilidades adicionales que no le corresponden. Stray logra, en todo momento, convencerte de que eres un gato y es así como debes resolver cada situación.
Dicho eso, si esperas encontrar una historia llena de acción, con mucha sátira o incongruencias desenfrenadas, puede que este título no sea para ti. Aquí encuentras momentos cargados de misterio donde resolver un enigma representa el pináculo del episodio, y otros relajantes, donde lo único importante es contemplar la majestuosidad de un michi mientras toma una siesta.
Un juego corto que puede satisfacer a muchos, pero quedar a deber a otros
Aunque todo suena de maravilla, Stray no se salva de algunos problemas, y uno de ellos puede ser la duración. Stray se puede completar fácilmente en 5 o 6 horas, 10 a lo mucho, si contamos una segunda vuelta para sacar todos los trofeos. Basta con aprovechar ese día libre de la oficina o la escuela para acabarlo. Esto puede ser decisivo para algunas personas. No faltarán los que quieran más horas, pero quienes no tengan tiempo, sentirán que Stray ofrece más que suficiente.
Otro punto negativo, bueno más bien incómodo, es la cámara. En todo momento está situada en el lomo del felino, haciendo que se pierda horriblemente cuando el jugador atraviesa estructuras angostas o se cruza con alguna pared. Además, nos hubiera encantado tener una perspectiva en primera persona para experimentar por completo lo que ve un gato cuando hace sus travesuras.
Otra cosa que nos hubiera encantado ver es la opción de personalizar al gato. Estamos seguros de que a más de uno le hubiese gustado que el protagonista tuviera los mismos rasgos de su compañero real, como el color de pelaje y ojos. Confiamos que, a futuro, Annapurna revele el nombre del gato y ofrezca una descripción detallada de sus características; de no ser así, sería una excelente idea permitir que los jugadores decidieran esos aspectos.
Una característica adicional para los usuarios de PlayStation 5 son las funciones del DualSense, este te permite experimentar la vibración háptica de una forma modesta, pero lo suficientemente inmersiva como para disfrutar un poco más el juego. Afilar las garras con un árbol, rascar la alfombra o sillón, o los ronroneos son solo algunos de los ejemplos. Una implementación sencilla, pero que se agradece para los usuarios de PlayStation, a diferencia de otros juegos donde desgraciadamente no explotan este recurso.
Para finalizar, debemos aplaudir la decisión de Annapurna de darse el tiempo para localizar el juego en español latino. Sí, en teoría no existen voces, pero agradecemos leer los textos sin ningún término o modismo europeo que resulte difícil de entender o que distraiga. Por lo concerniente al audio, el juego cuenta con un soundtrack discreto que acompaña muy bien los diferentes momentos de la historia. Si tienes unos buenos audífonos no dudes en usarlos.
Stray te conmueve en todo momento, más aún siendo dueño de un gato
Stray está disponible en PS5, PS4 y PC. Un juego muy escueto en cuanto a contenido, pero que te atrapa desde el primer minuto, gracias a su conmovedora historia y un gameplay único. Dicho eso, si estás en busca de un juego muy intrincado, ambicioso y sobre todo largo, Stray puede que no te satisfaga y, peor aún, te decepcione. Si, por el contrario, no te molesta tener un juego corto, no dudes en darle una oportunidad, te va a encantar.
