Square Enix perfecciona lo que ya era perfecto: Final Fantasy VII Rebirth con la mira al GOTY - ¿vale la pena?

Seamos honestos: uno de los principales motivos por el que esperamos con ansias 2024, en materia de videojuegos, por supuesto, es Final Fantasy VII Rebirth… y quien diga lo contrario, seguramente está mintiendo. Square Enix está más que listo para lanzar la segunda parte del remake, que si bien es una continuación, tiene madera suficiente para justificar su lanzamiento como un juego completo y nuevo. ¿Qué les espera a Cloud, Aerith, Tifa, Barret y compañía en esta nueva porción del remake? ¿Vale la pena explorar las afueras de Midgard? Aquí lo responderemos.

R E B I R T H

Si llegaste aquí es porque seguramente eres una o uno de los millones de fanáticos, que esperan con ansias la “parte más importante” de este elogiado capítulo siete de la saga Final Fantasy, ahora potenciado y transformado para PlayStation 5. Pero si esta es la primera vez que te encuentras con esta historia, basta con explicar que Rebirth es el término utilizado para esta segunda parte del remake, donde exploramos una nueva parte de la trama de Cloud, pero con cambios muy importantes que, desde luego, llaman la atención desde el primer minuto.

En Final Fantasy VII Rebirth nos ponemos, una vez más, en los zapatos de Cloud Strife, un EX-SOLDADO, el cual está intentando encontrar el paradero de Sephiroth, quien amenaza con destruirlo todo; al mismo tiempo que debemos poner un alto a Shinra, una maquiavélica compañía de energía cuyas actividades están dejando sin vida al planeta entero. Ahora, esta nueva parte de la historia se sitúa pocos minutos después de lo acontecido al final de la primera parte, del remake, donde la parte superior del Sector 7 ha sido destruido en su totalidad, sepultado los barrios subterráneos por culpa de Shinra.

Al mismo tiempo, otros personajes como Yuffi y Caith Sith, quienes tuvieron una participación discreta, se unen a la aventura, haciendo que la banda tome un poco más de fuerza tanto en tamaño como en la fuerza. Dicho lo anterior, es una obviedad que Square Enix predispone que el jugador ya tiene recién fresquecito los acontecimientos de la primera entrega y de su DLC INTERGRADE, por lo que la historia no tarda en despegar. En pocas palabras, Square Enix despacha a los jugadores luego luego y no los entretiene con otras cosas.

Eso sí, algo que debemos resaltar, Rebirth se atreve a contar la historia que ya “conocíamos” de una manera totalmente nueva y diferente; donde los protagonistas que alguna vez conocimos, se presentan con una nueva cara, e incluso podemos explorar los aspectos más íntimos y profundos de su vida. Y lo mismo pasa con las locaciones: aquellos lugares que seguramente veíamos de manera superficial en la obra original, toman mayor relevancia Rebirth, transformándose en piezas clave que aportan mucho más que un “lugar bonito”.

Square Enix hace un movimiento poco común a la hora de hablar sobre su remake, haciendo creer al jugador que todo lo que conocemos de la historia original va a estar presente… o quizás no. Y sí, podemos encontrar momentos que son idénticos a la versión de 1997, pero hay otros momentos, algunos de suma relevancia, que se presentan bajo una idea muy simple: “qué hubiera pasado si…”.

En verdad se nos cuecen las habas por platicar por horas sobre todo lo que nos dejó la historia de Final Fantasy VII Rebirth, pero por respeto a los jugadores veteranos y jóvenes, no diremos más para evitar spoilers. Sinceramente, después de jugar tantas horas, queremos que las mismas caras de sorpresa que tuvimos, las tengan cada uno de los gamers. Olvídate de solo repasar la historia, pues en cada sesión de juego existe ese feeling de que algo diferente e inesperado está por suceder.

Ah y si de plano no piensas jugar a la primera parte, Rebirth tiene un apartado especial en forma de resumen, que repasa los momentos especiales de la entrega pasada y del DLC INTERGRADE.

Hora de tomar la Buster Sword

Lo que sí podemos comentar largo y tendido es el sistema de combate. Desde los primeros tráilers, los jugadores pudieron percatarse que la mecánica del juego anterior es reutilizada en Rebirth, y sinceramente no es para sorprenderse, pues está tan bien hecha que no es necesario modificar grandes cosas. Aunque eso no significa que no hubiese cambios y ligeras mejoras, por supuesto.

En teoría todo es igual: mismo combate activo, donde la barra BTC (Batalla de Tiempo Activo por sus iniciales) lleva la batuta de todas las acciones, tanto para Cloud, como para los integrantes de la party; el sistema de accesorios que brindan estadísticas diferentes según el sea el personaje; la colocación de materias, las cuales causan efectos diferentes dependiendo el acomodo; las invocaciones en cierto momento de la partida; los estados alterados, donde los enemigos son débiles a cierto tipo de elemento; y por supuesto, los Límites, aquellos movimientos frenéticos, devastadores y únicos que cada personaje realiza.

Todo normal hasta acá, sin embargo, el cambio más atractivo recae en las habilidades sinergizadas, poderosos movimientos en pareja que pueden marcar el rumbo de cada partida. Para realizar uno de estos ataques durante los combates, cada personaje debe realizar cierta cantidad de habilidades del BTC, hasta alcanzar los niveles requeridos para poder convocarlos. Hay muchísimos movimientos y estos le permiten al jugador crear mejores estrategias para solventar cada batalla, especialmente contra los jefes de cada escenario.

Por ejemplo, Cloud y Aerith se une para hacer una danza de espadazos imbuidos en magia altamente destructiva; Red XIII y Aerith crean un escudo temporal que repele los ataques físicos; Tifa aprovecha la fuerza de Barret para impulsarse por los cielos y asestar golpes con más fuerza; y muchos, pero muchos más. No es sorpresa que esta nueva mecánica requiere tiempo para dominarla a la perfección, así como entender qué movimiento puede ser mejor para cada situación o, qué personajes son mejores en cada batalla.

De nuevo, hay muchísimos ataques para todos los personajes y la cuestión aquí es: ¿cómo se desbloquean? Bueno, para esto, Rebirth introduce una mini mecánica de amistad cuyas conversaciones, actividades y respuestas durante las conversaciones fortalecen el vínculo entre los miembros del equipo. Estas conversaciones se pueden realizar en ciertas partes de la aventura, aunque también hay momentos predispuestos por el mismo juego, donde la decisión del jugador será la que marque la pauta. Se debe prestar atención durante los momentos más tranquilos del juego para revisar quién quiere conversar con el jugador y así elevar la amistad.

También está disponible un árbol de habilidades, ahora llamado Libros de Maghnata. En este apartado, cada personaje irá ganando puntos de experiencia con cada enfrentamiento, los cuales pueden ser canjeados por nuevas habilidades. Hay una enorme variedad de casillas por desbloquear como más daño en ataques físicos, mejorar la defensa, desbloquear hechizos nuevos, nuevos movimientos sinergizados, habilidades pasivas disponibles desde el BTC, etc.

Por último, tal vez fue nuestra imaginación, pero Rebirth incorpora un sistema de parry, donde ciertos ataques de los enemigos pueden ser detenidos para anular el daño. Sutilmente, aquí se aplica la fórmula ensayo-error como en los soulslike y vaya que es muy satisfactoria, pero también muy complicada.

Todo esto nos deja en claro que Square Enix aprovecha el excelente trabajo realizado en la primera parte del remake, aderezándolo con más elementos en el sistema de juego, todo con el propósito de que el jugador sienta que realmente está en medio de una batalla táctica desenfrenada… y lo logra. Es muy gratificante utilizar las nuevas habilidades sinergizadas con unos personajes, mientras que otros miembros de la party solicitan las poderosas invocaciones, lanzan hechizos con materias y realizan su Límites. Aplaudimos que Square Enix demuestra que todo este tiempo de espera se refleja de buena manera con semejantes herramientas de juego, tanto adictivas como divertidas.

Fuera de Midgard, la aventura apenas comienza

Pero, ¿qué hay de la exploración por los alrededores de Midgard? ¿Realmente se siente como si estuvieras viajando por un compendio de regiones y culturas diversificadas?

La respuesta es sí, Rebirth retoma lo hecho en Final Fantasy XVI, donde el terreno se refleja en grandes escenarios, llenos de enemigos, cofres, materias perdidas y un montón de actividades para realizar. A diferencia de la primera parte, donde el jugador estaba “atrapado” en los suburbios de Midgar, esta nueva travesía le abre las puertas a nuestros héroes para explorar Nibelheim, Costa del Sol, La Ciudad Olvidada, El Cañón Cosmo, Wutai, entre otras locaciones icónicas.

Durante esta travesía, el jugador puede realizar diversas actividades, de las cuales resaltan las misiones secundarias como encargos para ganar Guiles, la moneda del juego; aportar datos a la investigación de Chad, lo que se traduce a nuevas materias o invocaciones; la oportunidad de atrapar chocobos y adiestrarlos para uso propio; entre otras más. Ojo, Rebirth no es un juego de mundo abierto, ya que las actividades más importantes se concentran en las pequeñas ciudades, más no en las afueras de las ciudades. Dicho esto, nos encontramos con terrenos grandes, sí, pero que se sienten un poco vacíos, donde la única recompensa es descubrir tesoros o elementos para el sistema de crafteo y, en su defecto, muchos enemigos que sirven para pulir las técnicas aprendidas.

Hablando de crafteo, se introduce una nueva mecánica denominada Transmutador de Objetos, donde puedes crear pociones, elixires, material de combate y hasta equipos para aprovecharlos en la aventura; siempre y cuando tengas los materiales necesarios para hacerlo. Honestamente, se agradece tener esta especie de licuadora para crear objetos, pero es un recurso que muy rara vez utilizamos durante nuestra partida, ya que es más fácil detenerse para seleccionar la materia de curación y reponer la vida. Además, siempre están ahí las confiables paradas de autobuses o banquitas de descanso que reponen la vitalidad y la magia tantas veces como sea necesario.

Ahora bien, somos conscientes de que tanta exploración y combate puede llegar a ser un poco cansino. Para eso existen montones, pero montones de minijuegos para cada personaje y en cada región. Juego de cartas, carrera de Chocobos, una especie de fútbol para mascotas como Red XIII, lecciones de piano, sincronización de movimientos, carrera en motocicletas, etc. Nos llevaría toda la eternidad explorar a detalle cada uno, por lo que diremos solamente que algunos de estos minijuegos son tan divertidos como aditivos, obsequiando recompensas in game muy valiosas, haciendo que lo intentes por lo menos más de dos veces.

Así que será responsabilidad del jugador abonar horas extras a su contador de tiempo de juego. Eso sí, algunos de estos minijuegos van de la mano con momentos clave de la historia, demostrando que, si Like a Dragon: Infinite Wealth divertía por su sentido del humor, Final VII Rebirth no quiere quedarse atrás.

Por supuesto que hay imperfecciones, como por ejemplo la cámara durante los combates o la exploración. Durante varios momentos y dependiendo del ángulo, la cámara se queda atorada y enfoca primero a ciertos objetos del entorno, mareando un poco y desconcentrando durante la pelea. Detectamos que fue un tema del campo de visión que se puede configurar, pero en un mundo ideal, no deberíamos tener problemas.

Un problema más recurrente fue con las texturas de los escenarios. Algunas de estas tardaban en cargar o en su defecto, popeaban descaradamente cuando pasábamos al lado. Otro y más incómodo, fue la acumulación de voces que los NPCs reproducen cuando pasamos a su lado. Todos se aglomeran para hablar al mismo tiempo, sin poder entender qué es lo que realmente dicen. Por supuesto que todos estos detalles no son tan graves como para arrancarse los cabellos de la cabeza, pero están presentes.

Por otro lado, el rendimiento del juego fue de lo más gratificante durante nuestras sesiones de juego. Pudimos disfrutar del título en el modo Rendimiento a 120 cuadros por segundo, así como en modo Fidelidad, o sea, a 30 cuadros, pero con resolución en 4K y vaya que es uno de los juegos más hermosos para la PS5. Gráficamente está a la par de otros títulos como Horizon Forbidden West o Spider-Man 2.

Ahora, la banda sonora sigue siendo un deleite para los oídos, y más aún que existen temas más icónicos en esta nueva entrega. Quién diría que después de tantos años escucharíamos el tema musical de Costa del Sol como se debe. Unos buenos audífonos o un buen teatro en casa hacen justicia al trabajo realizado en este remake. Esta nueva aventura cuenta con voces al inglés y japonés, con la opción de poner subtítulos en español latino. Dependerá de cada jugar disfrutar el juego con las voces que más les apetezca, pero de que es un deleite en ambos idiomas, lo es.

¿Vale la pena Final Fantasy VII Rebirth?

Y bueno, no podemos decir otra cosa como conclusión más que Final Fantasy VII Rebirth es un juego muy, pero muy entretenido. Square Enix perfecciona lo que ya era perfecto y supera sus límites tanto la cantidad de juego como en las mecánicas de juego. ¿Es candidato a GOTY? Totalmente y no solo es candidato por el simple nombre del juego, sino por todo el volumen de contenido que está presente, la vuelta a la tortilla en sus mecánicas de juego y por su historia que… bueno, ya no decimos más, pero que seguro te dejará satisfecho.

Y si vienes del futuro, por favor, no hagas spoilers y deja que otros jugadores disfruten su aventura. Mucha suerte en tu intento por detener a Sephiroth y por tu travesía a lo largo de todo Midgard.