Call of Duty: Modern Warfare 2 (Multiplayer) - ¿Vale la Pena?

Hay que reconocerlo, los multijugadores de Black Ops Cold War y Vanguard quedaron a deber, el primero porque fue un regreso a lo tosco de los viejos días de Call of Duty, y el segundo porque las armas de la Segunda Guerra Mundial no fueron divertidas. Ya partiendo de ahí, Infinity Ward tenía la partida medio ganada con solo repetir la misma fórmula de Call of Duty: Modern Warfare 2, balance exacto entre movilidad con peso y recursos útiles, tales como apoyar las armas sobre las superficies para reducir el retroceso e introducir puertas interactivas. Eso volvió, lo cual es ganancia. Regresar a dicho diseño se respira como aire fresco, pero por supuesto que no puede ser lo único, y no lo es.

Con Call of Duty: Modern Warfare 2, la franquicia estrena un nuevo menú principal que sólo hemos podido apreciar completo hasta ahora, que ya hay más modos disponibles. Para Call of Duty, el asunto del menú ya empezaba a ser trascendente porque Activision concluyó que era buena idea reunir todos los Call of Duty en un solo hub, de modo que, si por ejemplo, tenías Modern Warfare, Black Ops Cold War y Vanguard, pudieras acceder a cualquiera de ellos desde un mismo menú, incluyendo Warzone. Lógicamente, el resultado fue un amontonamiento tremendo. No podemos decir que este menú sea estéticamente superior a los anteriores, pero funciona… por ahora.

Nuevas modalidades, mismas sensaciones

En términos de modalidades, la gran novedad es el formato en tercera persona, que estamos seguros es un experimento por lo transgresivo que resulta para un juego como Call of Duty, pero que, cuando superas el shock inicial, funciona correctamente y supone una transformación dramática en la movilidad, no porque haya animaciones adicionales, sino porque el simple hecho de apreciar tu cuerpo completo, brinda un entendimiento muy distinto de la dinámica de tu personaje, el deslizamiento, el strafe, el salto del delfín y, sobre todo, la habilidad para colgarse de los bordes, que también es nueva, pero sólo resulta realmente práctica aquí, al poder ver por encima de las bardas sin exponerse. Es una experiencia bien diferente, pero limitada sólo a ciertos modos y mapas. No cambiaríamos la perspectiva en primera persona por esto, pero representa una alternativa interesante, cuando menos.

Otra que también es novedad es la modalidad Rescate de Prisionero o Prisoner Rescue. En el mapa hay 2 rehénes, y 2 equipos de 6 jugadores compiten, ya sea por rescatarlos y llevarlos a un punto de extracción o por impedirlo. Cada prisionero tiene un valor, no hay respawn, puedes ganar eliminando al enemigo, pero también puedes revivir compañeros caídos. Es una mezcla muy sólida de conceptos que ya hemos visto en otros lugares y épocas, motivo por el cual se siente también muy familiar y no asombra, como en su momento lo hizo Gunfight, por ejemplo. Es, en esencia, un modo por objetivos más.

Call of Duty, por otro lado, sigue tratando de explorar el territorio de Battlefield -como debería, considerando que la saga de EA anda de capa caída desde hace varios años-; sin embargo, falla a la hora de entender qué es lo que su competidor hace mal para corregirlo. Así las cosas, acá hay 2 modos masivos, por llamarlos de algún modo. El ya veterano Ground War y uno nuevo, que se llama Invasión.

Irónicamente, fue el propio Battlefield el que nos ayudó a entender lo que está mal con Ground War: no hay clases. Es un Domination gigante con vehículos, donde todo mundo puede hacer lo que quiera y, como en Call of Duty: Modern Warfare (2019), eso se traduce en un caos poco satisfactorio, donde tu contribución se siente mínima.

Ahora bien, si Ground War es un Conquest grandote, Invasión es una especie de Rush… en gigante y con bots. El campo de batalla es enorme y la idea es ir arrinconando al enemigo en su spawn, y a base de bajas. Conforme avanza la partida, vas recibiendo soporte en forma de vehículos o bots acorazados, pero no existe una representación gráfica del frente de batalla, así que te la pasas matando todo lo que hay en frente y tan-tán. La idea de involucrar bots tiene potencial, pero la ejecución es simplona.

Para colmo, existe un bug con el sistema de ping, así que es imposible dar instrucciones visuales a tus compañeros, lo cual es muy necesario en modos enormes como este. En fin, ambos, Ground War e Invasion, tienen problemas, pero para lo que sí sirven, y mucho, es para levelear, porque el número de bajas y de objetivos, aunado a la duración de estas partidas, permite acumular muchísima experiencia, en relación con otros formatos, especialmente el modo cooperativo.

El modo cooperativo consiste en 3 misiones en parejas que fusionan Far Cry con Ghost Recon, debido a la escala de los escenarios y que, suponemos, deberían abonar algo a la historia central del juego, porque vienen con cinemáticas y tal. En Low Profile y Denied Area, que es el nombre de las primeras 2 operaciones, la idea es la misma: ir avanzando por un gran escenario, conquistando puntos de interés, ya sea para destruir algo o para recuperar algo. Por supuesto, estos lugares están resguardados por bots y hay que trabajar en equipo para abatir a los enemigos y cumplir con la tarea. El problema es que los escenarios son enormes y, más allá de los pocos lugares relevantes para las misiones, no hay ni un alma, así que se sienten aburridos y huecos. La inteligencia artificial no opone mucha resistencia y, en realidad, no hay mecánicas adicionales que enriquezcan la infiltración, como alarmas físicas a desactivar, cámaras, etcétera. El asunto es llegar, matar, cumplir y escapar.

La tercera misión, Defender: Mt. Zaya, tiene un poco más de chiste porque es una operación por oleadas con apoyo de bots que abonan a la inmersión y, por supuesto, conforme progresa la partida, los enemigos son más y mejor acorazados, pero es un modo horda, al final del día.

Entre más rápido cumples con estas misiones, obtienes una mejor calificación (representada con estrellas) y eso se traduce en ventajas, como más placas antibalas, mayor velocidad de recarga, más jeringas de curación, en fin. Acá sí hay clases, lo que debería hacer las cosas más interesantes, pero como dijimos, el diseño de las misiones es tan básico, que francamente no dan ganas de regresar porque, para colmo, son operaciones que pueden durar bastante tiempo y la recompensa, en experiencia, es pobre. Cabe acotar, antes de terminar con esto, que este modo soporta emparejamiento, pero si no hablas inglés, pues la cosa se complica. Si lo vas a probar, que sea con un amigo que conozcas. Además de levelear, si hay otra cosa que podemos rescatar acá, es que estas misiones podrían servir como tutorial para Warzone 2.0.

Así llegamos al multiplayer tradicional, compuesto por 9 modos, entre los que están los típicos más uno nuevo, que se llama Knock Out. En él, un maletín con dinero aparece al inicio de la partida. Ambos equipos deben llegar a él y controlarlo o eliminar al equipo rival. El equipo que tenga el maletín en su poder cuando se agote el tiempo o que mate a todos los enemigos, gana. Sobra decir que la mayoría de los duelos se resuelve por el segundo criterio, así que no hay nada realmente nuevo bajo el sol.

El camino del héroe: la progresión

Lo realmente nuevo en Call of Duty: Modern Warfare 2 es la progresión de las armas y el sistema de perks. El nivel de personalización de tu arma es máximo, soportando ahora 5 accesorios, pero más importante que eso, es posible afinar cada accesorio por separado.

En otras épocas, tenías un rifle (digamos, el M4) y entre más usabas ese rifle, lo subías de nivel, lo que a su vez desbloqueaba sus accesorios, mientras que retos específicos de volumen, como "mata tantos enemigos, tirado en el piso", recompensaban con skins. Ahora, hay familias de armas, donde en cierto nivel de progreso de un arma, se desbloquea otra de la misma familia y esa "otra", desbloquea otra y así sucesivamente. Suena simple, pero tiene sus rarezas y como también se comparten accesorios, la cosa se complica. En fin, intuitivo, no es, pero sí que es flexible porque ahora hasta puedes cambiar el receptor del arma… vaya, la cantidad de combinaciones es ridícula, sólo que vas a tener que seguir un camino enrevesado para llegar al arma que deseas.

Una vez que superas el nivel 20 de desarrollo de un arma, sus aditamentos se vuelven ajustables, lo cual es una novedad también. Al hacerlo, aparece una interfaz con dos sliders, uno vertical y otro horizontal, cuyos ajustes inclinan ligeramente tu arma hacia cierto tipo de conducta. Más o menos retroceso, mejor o peor manipulación, mayor o menor daño, mayor o menor alcance. No se puede tener todo, así que tendrás que hacer algunos sacrificios, pero el punto es que el grado de personalización es súper granular y eso es un acierto. Además, puedes poner a prueba todo, instantáneamente, porque basta un botonazo para entrar al campo de tiro, y las diferencias entre ajustes son notorias. Es de esas cosas a las que les invertirás horas, especialmente si le tiras a ser profesional de los esports. Desafortunadamente, esta función rompió el juego y, hasta el lunes, seguía inhabilitada. Sabemos cómo funciona porque la usamos brevemente antes del retiro temporal.

Antes de seguir y, a propósito de esports, añadieron también una nueva perspectiva de cámara para el modo espectador, que va a lado del casco de los jugadores y hace mucho más dinámica la contemplación de una partida, cuando no juegas directamente. Es un buen detalle, pues.

Otra cosa que cambió notoriamente fue el sistema de Rachas que, tradicionalmente, ha involucrado 3 "poderes" o recompensas in-game que se activan cuando cumples con ciertos requerimientos. Desde Modern Warfare 3, algunos COD han privilegiado las rachas de puntos, mientras que otros, han privilegiado las rachas de bajas. Lo cierto es que una categoría se acopla mejor con ciertos modos de juego que con otros, e Infinity Ward concuerda, así que ahora existe la opción de alternar entre el sistema que más te acomode. Esta es una solución realmente muy importante para Modern Warfare 2 y que creemos que sí va a trascender en el futuro de la saga.

Infinity Ward también cambió el funcionamiento de las ventajas o perks, haciéndolo un poco más interesante. Ahora, en vez de llevar un par de perks, puedes llevar 4: 2 de arranque y 2 que se desbloquean por tiempo, uno a los 4 minutos de partida (bono) y otro a los 8 (ultimate), tiempo que puede disminuir si acumulas bajas o puntos. Esto debería motivar a los típicos camperos a hacer algo productivo, en aras de desbloquear esas ventajas especiales más rápido porque, además, alojan los perks más poderosos, como la autoreanimación o la invisibilidad de radar. Esto también nos gustó.

Apartado técnico y jugabilidad

Call of Duty: Modern Warfare 2 tiene algunos bordes ásperos, lo cual es raro para tratarse de Infinity Ward. En las misiones cooperativas, existe un error que impide que tu personaje gire la cabeza; cuando formas un grupo de varios amigos, la interfaz se empieza a trabar; experimentamos uno que otro crasheo; y hay otro bug, en donde al sacar la tableta para activar una racha de bajas, no puedes hacerlo. También están las típicas, pero inexplicables omisiones, para tratarse de un proyecto de 3 años de desarrollo. Al momento es imposible ver tus estadísticas; no hay manera de administrar clanes; no puedes votar por mapas, antes de la partida; la lista de jugadores en el vestíbulo, a veces se encima con la pestaña de objetivos diarios; y, aunque no los experimentamos, existen numerosos videos que dan testimonio de un glitch, el cual permite a los francotiradores elevarse por los aires al efectuar una secuencia de movimientos específica. Como solemos matizar, esto no es constante, pero pasa.

Eso sí, el rendimiento, los gráficos, la responsividad de los controles y el audio son sencillamente espectaculares durante las partidas (que, al final, es lo más importante). Aunque campaña y multijugador no suelen estar a la par en términos visuales, el multijugador de Call of Duty: Modern Warfare 2 luce mejor que el de 2019, empezando por las cinemáticas de introducción que solían tener algunos problemas de clipping, hace 3 años, y ahora están impecables, pero abarcando también texturas e iluminación, las cuales claramente se beneficiaron de la versión 2.0 del motor nuevo. Nadar y disparar bajo el agua luce y se escucha mejor que nunca -como en Saving Private Ryan- en fin. Modern Warfare 2 enamora por los ojos y te conquista con el control en las manos. De hecho, el tema del audio nos parece muy importante porque es esencial para diagnosticar de donde vienen los enemigos. Hay a quien esto le molesta, a nosotros nos parece acertado porque te obliga a jugar con un poco más de calma para poder escuchar. Es una mezcla de audio a la altura de Insurgency, que para nosotros es el benchmark.

Los operadores también tienen un aspecto magnífico, si bien no se distinguen en términos jugables y no puedes personalizarlos aún. Toma pocas horas desbloquearlos a todos y, de momento, ya hay una variedad amplia, para que no todos jueguen con el mismo mono, como pasaba en Black Ops Cold War, al comienzo.

La sensación de las armas y de movimiento de tu personaje al correr, al disparar, al recargar, al apoyar el arma, el time to kill, todo eso está perfectamente afinado. El gunplay satisface muchísimo. Ver caer tu misil teledirigido desde el aire con el rugir del propulsor en los oídos y la vibración en las manos… ufff, poesía en movimiento. En PS5, el juego soporta funciones de gatillos adaptativos, que no han cambiado mucho desde los días de Cold War, pero se agradecen. Modern Warfare 2 es un juego veloz, pero proporcionalmente preciso y tremendamente gratificante, sobre todo al hacer blanco en los enemigos. Es consistente, siempre sabes qué esperar del retroceso, de los tiempos entre movimientos, de la distancia de los saltos, etcétera.

Por supuesto, hay detalles. Nos gustaría poder cancelar las recargas, colgarse de los bordes sirve sólo en circunstancias muy específicas, y a veces puede haber conflicto entre agacharse y hacer el salto del delfín, porque es el mismo botón, sólo que en uno necesitas mantenerlo presionado. Otra función que comparte botón es la de cambiar de perfil de cámara al jugar en tercera persona, y eso también puede causar conflicto, pero todo esto es muy, muy menor.

Tu campo de batalla: Los mapas

En términos de mapas, estamos hablando de 10, sin considerar sus variantes masivas para Ground War e Invasion. Modern Warfare 2019 debutó con 9, así que está en el estándar y, por lo concerniente a diseño, también estaríamos hablando del estándar; la mayoría de 3 carriles, con algunos que tratan de ponerse creativos, lo cual es saludable, aunque haya polémica.

Santa Seña Border Crossing es el mapa más controvertido del lanzamiento. Es un escenario inspirado por una de las mejores escenas del filme Sicario, situado en el cruce fronterizo entre México y Estados Unidos. Es otro mapa de 3 carriles, pero el centro está lleno de carros aparcados, lo que significa que una sola granada puede hacer estragos, pero también se presta para muchísimo sigilo, puesto que caminar en cuclillas oculta la silueta de los jugadores casi por completo, y también puedes disparar a los pies, por debajo de los vehículos, mientras que los corredores externos son estrechos y casi libres de obstáculos, pero también de cobertura. Ya hay hasta memes del mapa, pero a nosotros no nos molesta tanto. Es diferente y tiene potencial para ser algo más amigable, si reducen la cantidad de vehículos propensos a estallar.

Otro mapa interesante es Zarqwa Hydroelectric, que es una especie de planta de tratamiento de agua, donde lo interesante es que te puedes dar un chapuzón y recorrer el escenario por sus túneles subacuáticos, aprovechando todo el hype por la nueva tecnología de fluidos que Modern Warfare 2 maneja. Bajo el agua, el juego hace un despliegue técnico muy atractivo y resulta súper satisfactorio flanquear al enemigo, saliendo del agua como un auténtico seal de la Marina. Si tenemos un reproche es que, para tratarse de una novedad tan relevante, Infinity Ward sólo la presumió en este único mapa. Ojo acá, que sólo puedes disparar tu pistola y recargar, así que si te cruzas con un enemigo y no traes una, vas a estar en problemas.

Y finalmente, entre los destacados, tenemos Crown Raceway, situado en un circuito de Fórmula 1 o su equivalente de este universo. Es un mapa de 3 carriles también, pero no es precisamente simétrico. De un lado está el pit lane, en el centro están los boxes y en el extremo opuesto está el paddock, cada uno con características de navegación un poco distintas, porque el pit lane es muy fácil de recorrer, los boxes son un espacio amplio de disparos de lado a lado, y el paddock es la zona de sigilo, con habitaciones y muchas puertas. Crown Raceway es un mapa ingeniosamente diseñado y nuestro favorito hasta ahora.

El resto son mapas que encontramos intrascendentes, ni muy buenos, ni particularmente malos. Si bien es verdad que sus dos predecesores fueron inferiores en jugabilidad y presentación, Infinity Ward pudo adoptar la destructibilidad parcial que implementó Vanguard, así como lo mapas medianos y creativos como Armada, de Cold War para hacer su propuesta todavía más rica.

Para el final dejamos el tema ya mencionado del Field of View. Los fans pidieron por años que COD soportar ajustes a la amplitud de la perspectiva de pantalla para estar en igualdad de condiciones con los jugadores de PC, y ahora es una función que el juego incluye, si bien con advertencias sobre su efecto en el rendimiento. Por default, MW2 viene con este valor en 80, pero nosotros lo hemos subido hasta 90, sin problemas. Como tampoco experimentamos un solo problema de rendimiento durante las partidas y tampoco muchos problemas de matchmaking, más allá de lo ya descrito del rendimiento de los menús, cuando eres anfitrión de una partida con amigos.

Estamos en la pretemporada, así que justo ahora, tu progresión abona a desbloquear solamente armas, perks y rachas de bajas, mientras te familiarizas con las sensaciones del juego.

A nivel multiplayer, Call of Duty: Modern Warfare 2 representa una versión un poco más pulida, intrincada y sustanciosa de lo que vimos en 2019, nutrida con algunas ideas que refrescan la fórmula, pero no la revolucionan al nivel que lo hizo el pasado Modern Warfare. Como quiera que sea, es el mejor multiplayer desde aquel que vimos hace 3 años. Con ello en mente y pese a sus imperfecciones, estamos felices de regresar a este estilo de multijugador, especialmente porque quedamos con apetito de más, luego del abandono tan abrupto del que fue víctima el Modern Warfare de 2019. Es verdad que modos como el cooperativo o Invasion, se perciben desabridos, y aún faltan varias funciones por implementar, pero cuando sumas un modo historia decente, con la variedad de experiencias que ofrece este multijugador, podemos concluir que Call of Duty: Modern Warfare 2, en general, vale la pena, y que este multiplayer es una base sólida para lo que probablemente sean 2 años de ciclo de vida.