A lo largo de los años, Valve se ha ganado el corazón de una buena cantidad de jugadores. Las razones son obvias: han puesto en manos de miles de usuarios grandes títulos, a excelentes precios, y sin que esto suponga una tendencia perniciosa hacia sus usuarios.
Sin embargo, sin un “pero” tiene la compañía de Gabe Newell, es su encarnizada inclinación a seguir al pie de la letra sus propias normas, incluso si eso significa no poder heredar tus juegos aun después de tu muerte.
Tus juegos son tuyos… hasta que se termine tu vida
Un usuario hizo la siguiente pregunta al equipo de servicio al cliente de Steam: “Hola equipo, tengo una pregunta que me quema por dentro y necesito respuesta. No planeo morirme a corto plazo, pero cuando lo haga… ¿Podría ceder mi cuenta de Steam a través de un testamento? Gracias por las respuestas”, a lo que la compañía de Gabe Newell respondió de manera tajante.
¿Y cuál fue la respuesta de Valve? Pues que las cuentas de Steam, incluso después de un fallecimiento, no se pueden heredar:
“Desafortunadamente, las cuentas de Steam y sus juegos son intransferibles. El equipo de atención al cliente de Steam no puede permitir que otra persona acceda a la cuenta ni fusionar el contenido de una cuenta con la de otra.”
Esto, por supuesto, desato polémica entre los jugadores, pues con dicha respuesta pareciera que los juegos que compramos en realidad no nos pertenecen, solo son un producto de alquiler.
Esto, por supuesto, no quiere decir que no podamos compartir nuestra contraseña para que otra persona pueda disfrutar de los juegos de Steam que hemos adquirido con el tiempo. Sin embargo, es importante destacar que, en muchos casos, al hacer la compra de un título, parece que solo pagamos una licencia temporal. Tal fue el caso de The Crew, juego de Ubisoft que sencillamente desapareció de las bibliotecas de los jugadores.
Al no ser dueña de las licencias de los juegos que hay en su enorme biblioteca, Steam no puede asegurarle a ningún usuario que podrá “heredar” un juego tras su muerte, cuando lo cierto es que este juego ni siquiera le perteneció al jugador en vida. Una decisión no exenta de polémica, ya lo decíamos, pero siendo justos, es algo que sale fuera del control de la empresa de Gabe Newell.
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