Jesús Zamora
EditorActualmente, es bastante común ver actores y otra clase de artistas en promocionales de videojuegos: ellos reciben un jugoso cheque, y las marcas proyectan su imagen a más jugadores. Pero lo que hizo Robin Williams, el legendario actor de películas como Jumanji, Mrs. Doubtfire o Dead Poets Society, está en otra liga: su amor por Nintendo, específicamente por The Legend of Zelda, nació de forma natural, y definió el destino de la familia Williams de maneras que simplemente no nos pueden dejar de conmover.
Un amor por los videojuegos marcado por el destino
El amor de Robin Williams por The Legend of Zelda nació en 1987, mientras su esposa Marsha Garces estaba embarazada de su hija. Cuando Robin y su hijo mayor, Zachary, jugaban intensamente al juego original de NES, Zachary sugirió a su padre el nombre: "Zelda sería un nombre genial para una hermanita". La niña nacería poco después, en 1989, y aunque al principio le costó llevar el nombre de una princesa de videojuegos, con el tiempo lo adoptó con mucho cariño y orgullo.
Por supuesto, el destino le volvería a encontrar con The Legend of Zelda cuando, en 2011, Robin y su hija Zelda protagonizaron uno de los comerciales más icónicos de la saga: un anuncio creado para promocionar el estreno de The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D en el Nintendo 3DS.
En el video, Robin reflexiona sobre lo especial que es el nombre de su hija y la confusión de la gente, ya que, hasta ese momento, muchos creían que Zelda era un nombre inspirado por la esposa de F. Scott Fitzgerald. Pero al final, el comercial culmina con Robin mirando a su hija y diciendo: “Todavía te confundo con la princesa”, mientras ella responde con una sonrisa. Un momento que no solo mostró la cercanía entre padre e hija, sino también su auténtica conexión con la saga.
Tras el suicidio de Robin Williams en 2014, los fans de The Legend of Zelda se unieron en una petición masiva pidiendo a Nintendo que rindiera homenaje al actor en uno de sus juegos. Aunque la compañía no implementó una figura explícita en su honor, en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, los jugadores pudieron encontrar a un NPC llamado Dayto, que poseía una gran similitud con Robin, especialmente en sus rasgos faciales y su peinado, lo que muchos tomaron como tributo sutil, pero bastante conmovedor, a la memoria del actor.
La relación entre Robin Williams y The Legend of Zelda no solo es un testimonio del amor que, como fanático, podemos sentir por los videojuegos: también es una prueba de cómo una pasión puede trascender generaciones y conectarnos de maneras profundas con las personas que realmente amamos. Y eso, quizá, sea lo más bello de esta increíble historia.
Ver 0 comentarios