Cuando vi el anuncio de Super Crazy Rhythm Castle supe de inmediato que era un juego que no podía perderme. Soy de aquellos que gastaban todas sus monedas en las máquinas de Pump It Up y que compró muchos plásticos en la era de Guitar Hero, por lo que la idea de un juego de ritmo fusionado con un juego de aventura con perspectiva isométrica me conquistó desde el primer tráiler.
Es muy extraño que Konami apueste por ‘apadrinar’ el primer gran proyecto de la desarrolladora independiente británica Second Impact Games, pero fue buena esta alianza en un juego de ritmo que también hereda temas legendarios de juegos como Castlevania, Gradius y hasta Dance Dance Revolution.
He disfrutado mucho las horas que he pasado jugando esta extraña fusión de varios géneros. Me llegó a asombrar como una de las sorpresas más originales y frescas que he jugado en esta recta final del inolvidable 2023, pero también hay partes en las que me pareció extremadamente frustrante. ¿Quieres saber por qué? Regálame unos minutos de tu atención y sigue leyendo, pues a continuación te cuento mi experiencia con uno de los juegos más atípicos de la temporada.
Bienvenidos al extraño Super Crazy Rhythm Castle, donde nada es lo que parece
Bienvenidos a un colorido y alocado castillo musical
Super Crazy Rhythm Castle es un juego de aventuras con perspectiva isométrica que aprovecha las mecánicas de los juegos de ritmo como su base jugable. A diferencia de otros juegos de ritmo en los que únicamente te debes concentrar en ‘tocar’ las canciones siguiendo las notas que aparecen en pantalla, este título es una alocada mezcla de géneros y propuestas jugables en cada uno de sus niveles.
Antes de pasar a los niveles como tales, te puedes mover libremente por el alocado castillo que protagoniza el juego. El castillo no es más que un hub para los niveles musicales del juego, pero al explorarlo no solo te encontrarás con montones de elementos interactivos, sino que, a veces, también presenta uno que otro puzzle que debes resolver antes de pasar al siguiente nivel. Quizá en ocasiones te topes con pared, entonces tendrás que observar bien tu entorno para saber hacia dónde tienes que dirigirte a continuación o qué es lo que debes hacer.
Por su estética, personajes, alocado diseño y hasta toques de humor, el Crazy Rhythm Castle me recordó mucho a lo que hemos visto en juegos de Media Molecule como LittleBigPlanet y Tearaway.
El castillo tiene muchos elementos surrealistas e interactivos
Fresco, original, creativo y muy divertido en compañía
Pasando a los niveles como tales, es tanta la diferencia y variedad entre ellos que sería muy complicado describirlos todos en esta reseña. Lo que debes saber es que casi todos ellos tienen como base tocar las notas al ritmo de la música en una pista muy similar a la que vimos en Guitar Hero o Rockband. Dependiendo del nivel de dificultad que elijas, puede ser con tres o cuatro notas distintas.
¿Dónde está la novedad? Bueno, pues en Super Rhythm Castle están pasando muchas cosas alrededor de esta clásica pista de juego de ritmo. En los primeros niveles quizá es algo tan sencillo como que te arrojen objetos que estorben un poco a la hora de ver la siguiente nota que viene, o que la pista comience a girar en pantalla, pero conforme avanzas en la campaña vienen propuestas todavía más alocadas.
A veces tendrás que soltar los controles de la pista musical para recolectar objetos o luchar contra adversarios que aparecen en pantalla. Otras ocasiones la pista musical dejará su clásica forma rectangular y las notas vendrán de otros lados. A veces tocar música servirá únicamente para cargar la batería de artefactos que usas para liberar tu camino. Hay una torre de retos en la que te debes enfocar en objetivos concretos como no perder el combo, cometer errores de manera intencional o hacer rachas perfectas. Quizá muchas de estas descripciones no te digan nada hasta ver el juego en acción, pero debes saber que la estructura del juego muchas veces te obligará a estar cambiando entre tocar la música y realizar todo tipo de acciones en el nivel que te rodea.
Muchos de los niveles están diseñados con el juego cooperativo en mente. Si bien es posible jugar en solitario –y en ocasiones hasta se te llega a proveer de un acompañante virtual cuando hay acciones cooperativas mandatorias en los niveleso – es un juego que se disfruta mucho más en compañía. Cuando más de una persona juega en estos alocados niveles pueden dividirse las tareas en partidas que recuerdan mucho a lo que pasó en Overcooked por el tipo de situaciones que se generan.
No siempre estarás tocando, a veces tendrás que resolver puzzles, atacar a enemigos y muchas otras locuras
¡Una selección musical de diez!
Super Crazy Rhythm Castle tiene una selección musical muy buena, que va desde melodías creadas por el estudio a la medida del juego, hasta música licenciada no muy popular que encaja a la perfección con la propuesta. Pop, j-pop, metal, hip-hop, electrónica, jazz, música folclórica, swing y un gran etcétera son parte de los géneros que conforman una selección exquisita que dejará satisfecho a cualquier melómano amante de los juegos de ritmo. Puedes escuchar parte de esta selección en la playlist oficial del juego.
Como hemos dicho anteriormente, todos los niveles son muy distintos entre sí y lo que pasa alrededor de ellos quizá te distraiga de la música como tal. Si quieres tener la experiencia clásica de un juego de ritmo sin distracciones te alegrará saber que al pasar cada nivel liberarás la pista para poderla jugar en un modo de juego bastante tradicional.
Adicionalmente, como mencionamos anteriormente, Konami aprovechó para introducir música muy emblemática de algunos de sus juegos, misma que podrás jugar sin distracciones en una habitación con un toque retro que introduce efectos especiales alusivos a cada clásico de la compañía japonesa mientras tocas cada melodía.
Entre los extras del juego se incluye música de juegos clásicos de Konami
Extraños picos de dificultad y frustración por falta de explicaciones
Desafortunadamente, no todo le sale bien a Super Crazy Rhythm Castle y también me dejó una experiencia que llegó a ser muy frustrante en varias ocasiones.
La falla más grave del juego es que prácticamente nunca te dice lo que debes hacer en cada uno de los niveles. Ciertamente, la mayoría de las veces tocar la melodía es la mecánica principal y las acciones alrededor de ella son los complementarias, pero no saber exactamente lo que tienes que hacer en cada nivel puede llegar a ser excesivamente frustrante.
Desafortunadamente, las mecánicas de cada nivel no son tan intuitivas como para que sepas de inmediato cómo abordar cada una de las situaciones. La mayoría de las veces tienes que explorar y fallar muchas veces hasta dar con la manera en la que debes jugar el nivel. Hay puzzles demasiado crípticos, montones de interruptores que no sabes ni para qué sirven y un cúmulo enorme de mecánicas de juego mezcladas en las que quizá tengas que fallar una y otra vez hasta darte cuenta de la manera exacta en la que debes jugar.
El juego también es inconsistente en temas de dificultad. Puedes elegir una dificultad regular para el juego de ritmo que te deja ante pistas con tres inputs, o la dificultad pro que te presenta pistas con cuatro inputs. Es posible que en ninguna de las dos te sientas cómodo, sintiendo la primera de ellas demasiado fácil y la segunda tan difícil como para no poder pasar los niveles. No hay un punto medio y me hubieran gustado más opciones al respecto. Hay picos de dificultad muy extraños en algunos niveles en los que tienes que resolver ciertos puzzles y situaciones contra reloj: en lo que aprendes a saber qué tienes que hacer y dominas la mecánica quizá estarás repitiendo tantas veces el mismo nivel que llegará a desesperarte.
Me parece que la falta de explicaciones claras y estos puntos de desequilibrio en la dificultad manchan de manera importante un juego que es sumamente creativo y original en lo que propone. Si juegas solo, el desequilibrio es aún más notorio al estar resolviendo situaciones que pueden funcionar mejor al jugar de manera cooperativa.
Prácticamente todos los niveles tienen mecánicas distintas, pero el juego no es claro al explicarte qué debes hacer en cada uno de ellos
Más bueno que malo: Super Crazy Rhythm Castle es un juego que merece la atención de los fans del género
Si eres capaz de tolerar la frustración derivada de sus extraños picos de dificultad y falta de claridad en las instrucciones de sus mecánicas encontrarás en Super Crazy Rhythm Castle una de las experiencias más frescas, originales y creativas que hemos tenido entre los juegos de ritmo en mucho tiempo.
Aunque tiene algunas inconsistencias, es uno de los juegos de ritmo más originales y creativos que hemos jugado en mucho tiempo.
Con una excelente selección musical que deja a un lado los temas licenciados de moda, este título hace una muy buena curaduría de géneros y estilos para ofrecernos un título que confía más en su original propuesta que en el gancho de tener un listado de los grandes éxitos del momento.
Hay muchas cosas de este alocado y extraño juego que no vas a entender hasta que lo pruebes por ti mismo, pero es un experimento que tiene más cosas buenas que malas para sorprender a los aficionados de los juegos de ritmo. Quizá no es un indispensable que debas adquirir en este momento, pero déjalo en tu lista de pendientes porque vale la pena.
Los fans de los juegos de ritmo encontrarán aquí un juego fresco y creativo que no querrán dejar pasar
Ver 0 comentarios