Desde su primera aparición en Dragon Ball Z, Vegeta se ha caracterizado por su orgullo, su deseo de ser el más fuerte y su devoción a las batallas. Sin embargo, con el paso de los años y el desarrollo de su personaje, una faceta mucho más profunda ha emergido: su amor incondicional por Bulma. Este aspecto, que se ha convertido en uno de los más entrañables de su evolución, volvió a quedar en evidencia en el último episodio de Dragon Ball Daima.
Bulma por sobre todas las cosas
En recien estrenado capítulo 19, Vegeta se encuentra librando una feroz batalla contra el Rey Gomah. Tras recuperar su forma adulta gracias al deseo de Glorio, el Príncipe de los Saiyajin alcanza la transformación de SSJ 3, demostrando una vez más su impresionante poder y determinación. No obstante, el Rey Gomah posee una ventaja inesperada: el poder del Tercer Ojo Demoníaco, que le permite superar con facilidad las habilidades de Vegeta.
A medida que la batalla avanza, Vegeta se da cuenta de que no puede mantener la transformación por mucho más tiempo. Su resistencia está al límite y parece que la derrota es inminente. Es en este momento cuando Bulma, quien ha sido testigo de la lucha, interviene con una amenaza que sorprende a todos: "Si no dejas de luchar ahora mismo, no volveremos a tomar un baño juntos". La reacción de Vegeta es instantánea. Sin dudarlo ni un segundo, abandona el combate y regresa junto a Bulma, dejando atónitos a sus compañeros y a los espectadores.

Este momento, que puede parecer un simple guiño cómico, es en realidad una confirmación del profundo amor que Vegeta siente por Bulma. A lo largo de la franquicia, hemos visto cómo su relación ha evolucionado hasta convertirse en una de las más sólidas y conmovedoras de todo el anime.
En Dragon Ball Super, por ejemplo, su furia se desata cuando Bills golpea a Bulma, un instante que lo lleva a desafiar al mismísimo Dios de la Destrucción. Del mismo modo, cuando se entera de que Bulma está embarazada de Bra, Vegeta rechaza participar en el Torneo del Poder para no perderse el nacimiento de su hija y dejar sola a su esposa.
Estos momentos no hacen más que reafirmar que Vegeta no es solo un guerrero obsesionado con superar a Goku, sino también un hombre profundamente enamorado de su familia. A pesar de su actitud ruda y su aparente frialdad, su corazón pertenece a Bulma, y ella es la única persona capaz de hacerlo dejar a un lado su orgullo y sus ansias de combate.
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