Jesús Zamora
EditorComo una especie de biblia posmoderna, Dragon Ball además de alimentarse de su canon, ha expandido el mito a través de distintos textos apócrifos que nacieron desde las manos de fans decididos a ensanchar el imaginario de Akira Toriyama.
En este sentido, uno de los spin-offs fuera del canon más interesantes fue el realizado por Toyotaro como parte de su paso por el fanfiction: Dragon Ball AF, una historia que, más allá de sus excesos, supo capturar algo esencial del espíritu original, especialmente en uno de sus personajes, Zaiko, un guerrero duro de roer al que no estaría para nada mal ver insertado en el canon de la serie principal.
Zaiko: la mayor creación de Toyotaro
Dragon Ball AF nació como una hermosa ilusión: algo que empezó como un simple fanart del artista español Tablos, que mostraba a un Goku con cabello blanco farmeando aura, fue suficiente para que internet tejiera una red de teorías, cronologías y personajes. Entre todos los entusiastas que alimentaron ese fuego, ciertamente destacó Toyotaro, quien bajo el seudónimo de Toyble, se montó en el fanfic para construir su propia historia, una obra que poco le pide a su actual trabajo oficial en Dragon Ball Super.
En su versión de Dragon Ball AF, Toyotaro creó a un personaje que, bien mirado, tal vez valdría la pena ver insertado en el canon principal de la franquicia: Zaiko, un híbrido de saiyajin, nacido del ADN de Goku y una Kaioshin del Oeste llamada Lyra. En la historia, Goku desaparece tras los eventos de Dragon Ball GT, y años más tarde, su supuesto hijo regresa junto a su madre para conquistar el universo y borrar del mapa a los guerreros más fuertes.
En su núcleo, Zaiko era el villano perfecto: poderoso, trágico y con una misión mesiánica de destruir para gobernar. Funcionaba porque jugaba con los miedos que Dragon Ball nunca terminaba de explorar: ¿y si Goku hubiese tenido un hijo oscuro? Sin embargo, también era víctima de los vicios del fanfic: demasiado invencible, DEMASIADO VIOLENTO y, de alguna manera, sometido a una madre que anulaba su propio arco. Fue interesante con experimento, pero ciertamente imperfecto en ejecución.
Un personaje que merece una segunda oportunidad
Lo más curioso es que con el tiempo, y ya como autor oficial, Toyotaro y Akira Toriyama parece que han recuperado ideas y tropos de esa etapa no canónica: el vínculo entre dioses y saiyajins, el uso del Mafuba, el ego de los Kaioshin, incluso el concepto de un Goku oscuro (te estamos viendo a ti, Black Goku). Ahora, sin Toriyama, y con un legado que cuidar, Toyotaro tiene la oportunidad de mirar hacia atrás, rescatar lo mejor de Zaiko y reescribir lo que no funcionó. Ya no como un fan más de Dragon Ball, sino como heredero de la icónica narrativa de Tori sensei.
La historia actual de Dragon Ball Super, tanto en el manga como en el anime, ha abierto un espacio narrativo donde el regreso de un ser como Zaiko tendría sentido. En el último episodio del manga, y tras los acontecimientos de Super Hero, Goku y Gohan vuelven a entrenar juntos, el legado familiar tanto de Kakaroto como de Vegeta pesa más que nunca, y el ataque de Black Freezer se aproxima como una tormenta. ¿Qué mejor momento para presentar una amenaza antigua, con sangre Saiyajin y dioses mezclada, que llegue a reclamar lo que cree que le pertenece?
Más allá del fanservice, traer de vuelta a Zaiko sería un acto simbólico: cerrar el ciclo entre fan y autor, entre lo imaginado y lo oficial. Si Dragon Ball quiere sobrevivir sin Toriyama, necesitará más que nostalgia. Necesitará nuevas caras, y por lo menos Toyotaro tiene en el bául varias de ellas.
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