En la cuarta película de Harry Potter, una futura estrella de cine se robó los reflectores, pero en realidad, Robert Pattinson no estaba nada emocionado por su personaje, el honorable Cedric Diggory de la casa Hufflepuff.
Harry Potter y El Cáliz de Fuego le otorgó a Robert Pattinson su primera gran oportunidad en el cine como Cedric Diggory, un estudiante de Hogwarts, antes de alcanzar la fama mundial por Twilight. El campeón de Hufflepuff compite de forma distinguida en el Torneo de los Tres Magos contra Harry en la cuarta parte de la épica saga. Sin embargo, la estrella actual de Batman no soportaba al personaje de Cedric Diggory.
Robert Pattinson odiaba a Cedric Diggory. Así lo revela el libro Robert Pattinson: The Unauthorized Biography. Según Looper, Virginia Blackburn escribe que el británico expresó fuertes sentimientos negativos hacia Cedric Diggory:
"Lo odiaba. En mi escuela, odiaba a cualquiera que fuera como Cedric [Diggory]. Nunca fui un líder, y la idea de convertirme en el prefecto estudiante habría sido una completa broma. No estaba realmente comprometido con la escuela y nunca fui elegido para ningún equipo"
Fue la representación de Cedric Diggory, como un atractivo y admirado estudiante de Hogwarts, lo que afectó a Robert Pattinson durante su estadia en Harry Potter:
"Eso fue difícil. En el libro y en mi primera introducción al guión, Cedric se describía como un 'adolescente absurdo y atractivo'. Eso me desconcertó un poco. Tenía que intentar actuar y, al mismo tiempo, asegurarme de lucir bien desde el ángulo correcto. Eso es realmente estúpido. Uno podría pensar que soy tan vanidoso en la vida real. Esa fue la parte más intimidante de esta experiencia. Fue mucho más aterrador que encontrarme con Lord Voldemort"
Sea como sea, su posterior papel en Twilight lo convirtió en una joven estrella en ascenso. Pero después de aparecer en éxitos independientes como Good Time y El Faro, así como en películas de ciencia ficción y superhéroes como Tenet y The Batman, Robert Pattinson probablemente ya no tenga que preocuparse por ser reducido solo a su apariencia.