Sabemos que el auge de Pokémon GO pasó hace ya tiempo, y su número de jugadores ha caído desde entonces; sin embargo, aún hay personas que disfrutan de este divertidísimo juego y, al parecer, lo hacen desde los lugares más recónditos de nuestro planeta. Afortunadamente, Niantic ya los ha recompensado, colocando una Poképarada cercana.
Raimon Hennessy, de 29 años, es un científico australiano que actualmente trabaja en la Estación de Investigación Davis en la Antártida, estudiando los cambios de temperatura en la atmósfera y la capa de ozono. Dicho eso, incluso antes de llegar al continente helado, Raimon se dedicaba a jugar Pokémon GO, un hobby que tuvo que dejar de lado por la falta de Poképaradas en la zona.
Sin embargo, el aburrimiento en sus días libres, y las ganas de querer jugar Pokémon GO a pesar de las adversidades, lo llevaron a publicar un mensaje en Reddit solicitando (sin mucha fe) que Niantic añadiese una Poképarada en la zona… y su deseo se cumplió. Aunque la historia no termina allí.
No era el único en la Antártida queriendo jugar Pokémon GO
Aunque parezca totalmente surreal, tras añadirse algunas Poképaradas en la zona de investigación, Raimon Hennessey descubrió que no estaba solo en la aventura.
A pesar de que resulta imposible de creer, descubrió que un compañero suyo de 60 años, llamado Pete Rizzo también había solicitado a Niantic -hacía ya tiempo- que añadiese algunos puntos para canjear regalos y más ítems en la zona, aunque la empresa jamás había respondido.
Ahora, a pesar de la pésima conexión a internet, ambos científicos podrán disfrutar del título de Niantic, Pokémon GO, en medio de la Antártida.
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