Aunque la industria de los videojuegos ha crecido exponencialmente a lo largo de las últimas décadas, en realidad siguen siendo pocos los desarrolladores que genuinamente pueden compararse con estrellas de rock, y hasta arriba de la pirámide está Hideo Kojima, creador de Metal Gear Solid y Death Stranding.
Pues bien, como parte del recorrido y la entrevista que concedió al medio estadounidense IGN, su interlocutor formuló una pregunta en torno a aquello que él espera sea su legado en 50 o 100 años, y la respuesta no pudo ser mejor.
"Es una muy buena pregunta. Nunca había pensado en eso, realmente. Seguiré liderando mientras ande por aquí, y todo lo que importa es que nuestras raíces creativas se mantengan intactas. Pero, ya sabes, probablemente me convierta en una Inteligencia Artificial y me quede por aquí. Necesitas muy diversos estímulos si quieres seguir creando cosas nuevas, así que me imagino colaborando con otros y asimilando cosas nuevas, incluso si soy una Inteligencia Artificial".
Se desconoce cuál es la reputación de Hideo Kojima como jefe, pero si hay algún subalterno que no lo tenga en buena estima, esta noticia le vendrá como balde de agua helada.
La ciencia detrás de la fantasía
Aunque aquello de lo que habla Hideo Kojima suena como un disparate, lo cierto es que la investigación científica apunta a ello, con compañías como Neuralink a la vanguardia de lo que se perfila para ser una conexión entre el cerebro humano y el hardware, un vínculo que, eventualmente podría llevar a algo como lo que el desarrollador describe.
Dicho eso, el concepto no es raro en el entretenimiento. La película Transcendence (2014), estelarizada por Johnny Depp, aborda precisamente la misma idea, y existen, en el reino de los videojuegos, personajes como Cortana, los cuales ilustran la conversión de la consciencia de una persona real en una inteligencia artificial.
En lo que espera por la "trascendencia", Hideo Kojima tendrá que avocarse a proyectos terrenales, de los cuales hay 2 en marcha: Death Stranding 2 y un misterioso juego, basado en la tecnología de la nube de Microsoft, exclusivo del ecosistema Xbox, pero del que no se sabe prácticamente nada, aparte de que será… exótico.