Apenas hace un par de semanas, Blizzard anunció, con una buena cuota de fanfarria, que el esperadísimo Diablo 4 finalmente saldrá el próximo 6 de junio, esto luego de algunos retrasos. Por supuesto, la noticia fue bien recibida por todos… excepto por los empleados de la propia desarrolladora, quienes de acuerdo con un reportaje de The Washington Post, no podrán llegar a la meta sin explotación laboral y sin recortar contenido, poniendo en duda la calidad del producto final.
The Washington Post publicó, hace algunos días, un reportaje basado en los testimonios de 15 desarrolladores y exdesarrolladores anónimos, donde expone un proceso creativo accidentado, marcado por decenas de renuncias, errático y, en última instancia, exageradamente demandante, que comprometerá la salud de sus diseñadores.
"La fecha de junio parece difícil de recorrer", reportó el tabloide. "Estamos en un punto donde ya no quieren retrasar más el juego. Así que todos tenemos que seguir adelante y descifrar qué tan dispuestos estamos a hacernos daño para asegurarnos de que el juego salga en buen estado", dijo un empleado de Blizzard Albany.
El problema, además de la salud e integridad de los desarrolladores, es que ese "buen estado" tampoco está garantizado, y haciendo eco a lo que pasó con Skull & Bones, parece que ni siquiera los diseñadores tienen confianza en el resultado.
"Los empleados están divididos sobre si el producto final satisfará a los fanáticos y será divertido de jugar. Algunos dijeron que sería divertido, mientras que otros sugirieron que las calificaciones del juego serían mediocres pero aceptables. La mayoría estuvo de acuerdo en que las horas extra para llegar a una fecha de lanzamiento específica resultaron en un proceso de desarrollo tenso que podría afectar la calidad del juego, pero lo que es más importante, la salud de los empleados."
Otros trapos sucios
Como dijimos antes, el artículo viene sumamente pormenorizado y también revela el efecto que Bobby Kotick y sus declaraciones tuvieron en la moral del equipo, cuando, en enero pasado, dijo que el desempeño bursátil de la compañía se había visto afectado por el retraso de Diablo 4 y no por los problemas legales y acusaciones de maltrato de las que era objeto Activision Blizzard.
The Washington Post revela, también, que Blizzard ha querido motivar a los empleados con acciones de la empresa, y que ha tratado de "aventarle gente al problema", sin resultados óptimos porque esa gente llega con rezago y no puede contribuir. Incluso Rod Fergusson sale manchado, al haber llegado para tratar de ayudar, sin hacerlo, realmente.
"Los desarrolladores [de Diablo 4], a su vez, han tenido miedo de decepcionar a los jugadores y, en entrevistas, describieron un proceso complicado para tratar de cumplir con una fecha de lanzamiento que parece poco probable sin muchas horas de tiempo extra o características eliminadas."
"Encuestamos regularmente al equipo sobre su bienestar profesional, y los últimos resultados son los más positivos en años", respondió un portavoz de Activision a The Washington Post. ¿Cómo saldrá Diablo 4? Bueno, ahora esa es la gran pregunta.