Cada uno de los juegos de la serie The Legend of Zelda es especial y tiene sus particularidades, pero también hay coincidencias que le dan cohesión a la serie más allá de sus historias cíclicas o su intrincada línea del tiempo oficial. Te has puesto a pensar ¿cuál es el enemigo más común de Link? ¿Cuál es aquella criatura de Hyrule que más ha probado el acero de la espada de Link?
Indudablemente podría haber varias respuestas a estas preguntas, pero uno de los más comunes son los Stalfos, que no son otra cosa que los enemigos esqueléticos que desde que los vimos por primera vez en el primer nivel del clásico de NES de hace más de 35 años nos han acompañado en todas las entregas de la serie.
Si pensáramos en un equivalente a Goomba de Mario Bros. en Zelda, ese enemigo quizá sería un Stalfos.
Stalfos: esqueletos de todos tamaños y características
Muchas veces los Stalfos portan una espada, en otras ocasiones dos, o también llegan a llevar un escudo. En su primera aparición no resultaron ser un problema tan severo al moverse de manera errática por el escenario, pero en el segundo juego de la serie ya fueron un caso más serio al estar blindados y divididos en un par de tipos.
Quizá recuerdes cuando te arrojaron sus huesos en A Link to The Past o la manera en la que te atacaban en parejas en el inolvidable Ocarina of Time, que además nos enseñó que cualquier hyliano que no lograba salir del Bosque Perdido terminaba convertido en uno de estos esqueletos vivientes.
Independientemente de su origen, los Stalfos siempre han plagado los campos y calabozos de Hyrule, casi siempre presentando interesantes mecánicas a la hora de eliminarlos. Si bien algunos no representan un mayor desafío al ser enemigos sumamente comunes y debiluchos, también hemos tenido jefes y minijefes derivados de estas criaturas esqueléticas que nos han puesto las cosas un poco más difíciles.
The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom será una nueva oportunidad para seguir rebanando esqueletos
Si pensamos en el presente de la serie, podemos recordar que Breath of The Wild tiene montones de derivados de los Stalfos: Stalkoblins, Stalmoblins, Stalizalfos, Stalnox y hasta el misterioso Stalhorse. Muchos de ellos te dejan uno de sus brazos como recompensa, mismo que puedes usar como un arma un tanto debilucha, pero que sigue siendo un recurso importante cuando ya has roto todo tu equipamiento.
Si bien todavía no sabemos todo de lo que nos espera en el próximo The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom casi podemos estar seguros de que seguiremos estando acompañados de estos esqueléticos antagonistas y será de lo más divertido escuchar el crujir de sus huesos cuando caigan una vez más ante el filo de nuestra espada.