Xbox y Xbox 360 tenían una característica que nunca vimos en consolas como PS5 o Switch: GTA lo aprovechó al máximo

En la época en la que las consolas apenas comenzaban a ser centros multimedia, una función que vimos llegar primero a Xbox llenó nuestras tardes de felicidad en un ejercicio, tenemos que admitirlo, bastante rudimentario: la posibilidad de grabar música directamente de nuestros discos en dispositivos como Xbox o Xbox 360, una función que, con el paso del tiempo y la llegada de las nuevas generaciones, parece que se ha perdido por completo.

La nostálgica función de Xbox que se perdió en las nuevas generaciones

Cuando la Xbox salió a la venta en 2001, aunque augurábamos una nueva generación de gráficos y potencia, lo que nunca imaginamos es que, por primera vez, y tal como sucedía con las PC, una consola nos permitiría grabar nuestra música directamente de nuestros CDs: una novedad que cambió la forma en que muchos interactuábamos con nuestra biblioteca musical en una época donde los servicios de streaming estaban lejos de ser la norma.

Esta característica funcionaba de una forma bastante sencilla: solo tenías que insertar un CD de audio en la consola, y esta lo "ripeaba" al disco duro interno, creando una biblioteca digital propia. Desde allí, podías acceder a las canciones y usarlas en juegos como Project Gotham Racing o GTA, donde se podían crear listas de reproducción personalizadas, ofreciéndonos así una libertad que sentíamos realmente innovadora en su momento.

Como era de esperarse, la función resultó ser un gran éxito entre los jugadores y, más adelante, se replicó en la Xbox 360. Lo interesante es que en esta nueva consola, además de poder grabar música de CDs, el dispositivo de Microsoft permitía la reproducción en segundo plano de música almacenada, tanto desde el disco duro, como desde dispositivos portátiles o memorias USB, agregando una capa extra de personalización, y ofreciéndonos de paso una experiencia mucho más inmersiva.

Lamentablemente, con la llegada de la Xbox One, esta función desapareció. Microsoft cambió su enfoque por completo hacia el streaming, eliminando la posibilidad de grabar música directamente desde un CD. Un cambio que continuó con la Xbox Series X (la Series S ni siquiera tenía ranura de CDs). De esta manera, lo que se ganó en accesibilidad digital, se perdió en esa pequeña pero significativa libertad de personalización.

Aunque el avance en la tecnología y la transición hacia un ecosistema más centrado en el streaming tiene sus ventajas, no podemos negar que la pérdida de esta función es un claro ejemplo de cómo algunas de las características más simples, pero queridas por los usuarios, pueden desaparecer al mismo ritmo de la evolución del mercado.