Cuando se pensaba que el mercado de los videojuegos sólo se lo compartirían Nintendo y PlayStation, Microsoft llegó para incorporarse a esta industria y ser el tercer protagonista más importante del gaming. La primera Xbox se lanzó en 2001 para competir directamente contra la PS2 y la GameCube. Sin embargo, hay un detalle en la que la consola verde se les adelantó a los dispositivos de origen japonés.
La Xbox original contó con un diseño robusto, siendo tecnología más voluminosa que las de sus rivales comerciales. Sin embargo, esa decisión creativa tenía un propósito técnico, ya que al interior introdujeron un ventilador grande para la refrigeración de su potente procesador y GPU. Pero, había otra razón por la que escogieron dicha estética y se relaciona con algo que Microsoft hizo primero que nadie más.
Xbox: a la vanguardia desde el principio
Las consolas de antes dependían de los CDs o cartuchos para guardar juegos y datos. Posteriormente, se lanzaron las tarjetas de memoria que sustituían esa función de cierta manera. No obstante, para los usuarios de la primera Xbox, ninguna de estas alternativas era necesaria, porque el dispositivo ya incluía un disco duro interno (HDD, por sus siglas en inglés).
El HDD en la Xbox permitió almacenar partidas guardadas, perfiles de usuarios, música y videos. De esa forma, los jugadores no tenían motivo para comprar memorias externas. Además, este disco duro mejoraba el rendimiento de algunos juegos al permitir precargar datos; y facilitó la instalación de expansiones o parches, con lo que se adelantó a la forma en que las consolas modernas gestionan el contenido digital.
Esta innovación de Xbox influyó en toda la industria de videojuegos. En el diseño de futuras consolas se adoptaron los sistemas de almacenamiento interno como un estándar. Además, se entiende que esta incorporación fue precursor para los DLCs, los juegos online y los servicios multimedia que forman parte de la experiencia moderna de juego.
Xbox: un paso adelante, dos atrás
Así fue cómo nació Xbox, la marca que se atrevió a desafiar a dos gigantes del gaming. Más de dos décadas después, el futuro de Xbox parece incierto: la familia de Series X y Series S no despegó en ventas, hay un descontento masivo por el aumento al precio del Game Pass y su supuesta su salida de tiendas minoristas, no hacen más que poner dudar sobre el rumbo de la empresa estadounidense, esa que alguna vez simbolizó la nueva era de los videojuegos.
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