Ya tenemos los primeros datos sobre las ventas de Call of Duty: Black Ops 7. No hay buenas noticias

Call of Duty ha vivido altibajos en su historia, pero pocas veces un lanzamiento había dejado tan expuesta la fatiga de una franquicia que durante dos décadas ha dominado con autoridad. Black Ops 7 llegó a las tiendas el pasado 14 de noviembre con la expectativa y la presión de competir en un mercado donde el público ya no compra por inercia. 

Lo que nadie esperaba era que lo haría con algunos de los resultados más flojos que se recuerdan en la saga moderna. Las cifras, frías y contundentes, han terminado por confirmar lo que muchos jugadores ya intuían: el nuevo título de Activision no ha logrado convencer.

Battlefield 6 se impone sobre COD en Europa

En Europa, tradicionalmente uno de los mercados más fuertes de Call of Duty, el desplome ha sido evidente. De acuerdo con estimaciones de The Game Business basadas en datos de GSD, las ventas han caído más del 50 % en su semana de lanzamiento respecto a Black Ops 6, un dato que por sí solo ya encendería alarmas. Pero lo más delicado es que la comparación con otros lanzamientos del género tampoco favorece al nuevo COD: frente a la enorme semana de estreno de Battlefield 6, Black Ops 7 registra una caída del 63 %, una diferencia que deja claro que el público está buscando experiencias distintas.

La reacción de Activision tampoco ayudó a calmar las dudas. En años anteriores, los comunicados posteriores al lanzamiento estaban cargados de triunfalismo, récords y cifras celebratorias. Esta vez, el tono fue mucho más prudente, casi resignado, como si internamente ya se supiera que la recepción no había sido la esperada.

Japón támpoco tiene buebas noticias para Black Ops 7 

Las sensaciones se confirmaron cuando empezaron a llegar los números desde Japón, un mercado que nunca ha sido el principal para la saga, pero que aun así sirve como termómetro de relevancia global.

Las ventas minoristas de Black Ops 7 en su primera semana fueron de 12,311 unidades, según datos difundidos por @Zuby_Tech. La versión de PS4, que históricamente había sido un salvavidas para títulos con base de usuarios amplia, apenas sumó menos de 1,800 copias adicionales. Es una de las cifras más bajas jamás registradas para Call of Duty en Japón, quedando incluso por debajo de Call of Duty 3 de 2007, que logró vender 14,117 unidades en su estreno. El retroceso es evidente y confirma una tendencia que ya no puede explicarse solo por las particularidades del mercado japonés.

Si se pone el panorama completo sobre la mesa, el diagnóstico luce complicado. Black Ops 7 no solo está vendiendo menos: está perdiendo relevancia cultural frente a competidores como Battlefield 6 y ARC Raiders, que han logrado captar parte de un público que solía ser territorio exclusivo de Call of Duty. La competencia feroz habría sido un obstáculo para cualquier título, pero la sensación general es que esta entrega llegó sin la fuerza suficiente para defender su terreno.

Ahora falta conocer los datos de Xbox Game Pass y, por supuesto, del mercado en Estados Unidos y Latinoamérica, dos regiones clave para medir el verdadero impacto de la saga. Aun así, la señal ya es clara: el interés por Call of Duty atraviesa su punto más bajo en años. Falta por ver si Activision interpreta esta caída como una llamada de atención o como un tropiezo temporal en una franquicia que, pese a todo, sigue siendo una de las más influyentes del medio.