Como ocurre siempre que sale un producto de entretenimiento a nivel mundial, distintos países adaptan dicho contenido para que aterrice de la mejor manera en culturas con códigos y morales muy específicos. Este, por supuesto, fue el caso de Perfect Dark, el clásico de Nintendo 64 que llegó a Japón con un nivel de censura considerable respecto al lanzamiento global. Y ahora que el juego cumple 25 años, vale la pena recordar todos esos cambios que lo convirtieron en una versión bastante distinta a la que el resto del mundo conoció.
La censura de Perfect Dark en Japón
Cuando Perfect Dark salió en el año 2000, fue toda una revolución para los shooters en consola. Desarrollado por Rare, el mismo estudio detrás de GoldenEye 007, el juego ofrecía una experiencia compleja, oscura y con tintes de ciencia ficción donde una agente encubierta llamada Joanna Dark se enfrentaba a una conspiración alienígena. La crítica lo adoró y los fans también. Pero mientras en América y Europa lo recibían con los brazos abiertos, en Japón el juego aterrizó con múltiples ajustes… y no todos fueron bienvenidos.
Las censuras aplicadas a la versión japonesa no fueron pocas, y casi todas tuvieron que ver con la violencia. No es raro si pensamos en la sensibilidad cultural nipona ante ciertos contenidos, especialmente cuando involucran sangre, muerte explícita o armas blancas. En un intento por hacer el juego más “presentable” para el público local, Nintendo de Japón exigió varios retoques que suavizaran el tono del juego sin alterar sus mecánicas. Estos fueron los principales cambios relacionados con la violencia:
- Se eliminó por completo el efecto de salpicadura de sangre al disparar a los enemigos.
- Ya no se forman charcos de sangre en el suelo tras abatir a alguien.
- Los cuerpos desaparecen rápidamente después de morir, como en GoldenEye.
- Se removió el cuchillo de combate del modo campaña y del simulador de combate.
- El juego inicia con un arma diferente en ciertas misiones para reemplazar el cuchillo.
Podrá parecer baladí, pero lo cierto es que, en conjunto, estas modificaciones le quitaron parte del impacto visual que definía a Perfect Dark, haciéndolo sentir un poco más genérico y menos transgresor.
Es curioso cómo un mismo juego puede tener tantas caras dependiendo del país donde se lanza. No es que la versión japonesa sea peor… pero sí que es otra experiencia, más contenida y menos cruda. En todo caso, la censura en Perfect Dark nos recuerda que incluso los videojuegos pueden ser moldeados por contextos culturales, y que lo que para unos puede ser visto como acción y nada más, para otros puede ser simplemente demasiado.
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