Hablar de Star Trek es hablar de ciencia ficción en su estado más puro: viajes interestelares, dilemas éticos, diversidad cultural y la eterna búsqueda de conocimiento. Desde los años sesenta, la saga se convirtió en un laboratorio de ideas futuristas, muchas de las cuales anticiparon tecnologías que hoy consideramos cotidianas.
Que este universo se expanda a los videojuegos no es novedad, pero lo que sorprende es la forma en que entregas como Star Trek Prodigy: Supernova, desarrollado por Tessera Studios y lanzado en 2022, buscan tender puentes hacia nuevas generaciones a través de una premisa interesante y sobre todo, una oferta irresistible para cualquier jugador.
Un viaje galáctico más barato que un pan Bimbo
La historia de Star Trek Prodigy: Supernova es fiel al espíritu de la franquicia: la tripulación de la nave Protostar recibe señales extrañas de una estrella moribunda y se embarca en una carrera contrarreloj para salvar no solo a sus compañeros, sino también a especies alienígenas y a un sistema planetario entero que amenaza con ser devorado por una supernova.
En medio de esta odisea, Dal R’El y Gwyndala se ven obligados a sortear entornos hostiles, resolver rompecabezas, enfrentar ejércitos de robots y descubrir a un nuevo enemigo dispuesto a todo con tal de destruirlos. La narrativa no se limita al simple rescate, sino que encarna esa idea clásica de Star Trek: la noción de que cada decisión puede cambiar el rumbo de la historia y que la exploración del universo es, en el fondo, una exploración de nosotros mismos.
Y si bien, esta premisa por si misma ya convierte al juego en un añadido interesante para los fanáticos de la saga de ciencia ficción, hay una oferta de Xbox que lo vuelve accesible y en un imperdible para todo el público. En un mercado cada vez más competido, donde los precios de los videojuegos suelen superar con facilidad los mil pesos, resulta sorprendente encontrar Star Trek Prodigy: Supernova por apenas 44 pesos mexicanos en Xbox (cuando su precio original es de 880 pesos mexicanos).
Para ponerlo en contexto, un pan blanco grande de Bimbo, ese mismo que millones de hogares mexicanos utilizan para los sándwiches del desayuno o la cena, tiene un precio promedio de 51 pesos mexicanos en supermercados. En otras palabras: hoy, un capítulo jugable de la historia de Star Trek cuesta menos que un básico de la canasta familiar.
Así que ya lo sabes, por 44 pesos, puedes sumergirste en una narrativa de ciencia ficción respaldada por una de las franquicias más longevas y respetadas de la cultura popular. Eso no es poca cosa. De hecho, es casi un gesto de justicia cultural: llevar el universo de Star Trek más allá de los círculos exclusivos de fans acérrimos para ponerlo al alcance de cualquier curioso que, al ver el precio, decida probar.
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