Assassin’s Creed Valhalla Dawn of Ragnarök: ¿Vale la pena?

Con más de 15 años en el mercado y más de una docena de juegos publicados, la serie Assassin’s Creed se ha consolidado como una de las franquicias más importantes para Ubisoft y un referente de la industria al hablar de mundos abiertos. Si bien la serie ha ido cambiando su enfoque con el paso de los años hay constantes que permanecen: el Animus nos permite viajar en el tiempo por medio de los recuerdos genéticos, llevándonos a casi cualquier lugar y momento de la historia.

La aventura más reciente de la serie nos llevó en 2020 a seguir las invasiones vikingas en Inglaterra del siglo IX. Assassin’s Creed Valhalla fue una megaproducción liderada por Ubisoft Montreal en la que participaron 14 estudios de la compañía y en su momento te compartimos que nuestras impresiones con el juego fueron generalmente positivas, al consolidar los buenos pasos que la franquicia dio en sus dos entregas predecesoras —Assassin’s Creed Origins y Assassin’s Creed Odyssey—, caracterizadas por sus fuertes toques RPG y por la búsqueda de una exploración más orgánica de mapas enormes.

Valhalla tuvo en su primer año dos expansiones. Wrath of the Druids nos llevó a explorar Irlanda, mientras que el The Siege of Paris nos llevó a las campiñas del norte de Francia. Por primera vez en la historia de la serie, Assassin’s Creed Valhalla le está apostando a ofrecer un segundo año de soporte con nuevos contenidos y lo inician con el lanzamiento de la que califican como la expansión más ambiciosa que ha tenido la franquicia hasta el momento.

Desarrollado por Ubisoft Sofia, Dawn of Ragnarök nos presenta la historia de Eivor como Odín, en una aventura en la que se interna en el reino mitológico de Svartalfheim mientras intenta rescatar a su hijo Baldr. Esta expansión llega con más de 30 horas de contenido, un mapa de un tercio del tamaño del de Inglaterra que vimos en el juego principal y novedades en el gameplay que buscan inyectar frescura a la propuesta.

Luego de jugar esta expansión, estamos listos para ofrecerte nuestras impresiones finales y responder a la pregunta, ¿vale la pena?

Eivor vuelve a beber los potentes brebajes de la vidente Valka

El contenido que nos presenta Dawn of Ragnarök nos entrega una aventura conectada con algunos eventos que vimos dentro de la campaña principal de Assassin’s Creed Valhalla, aunque también puede vivir como una aventura independiente sin problemas. Básicamente, Dawn of Ragnarök da continuidad a lo que se presentó en las visiones que Eivor tenía al ingerir pociones de la vidente Valka. En la campaña principal pudimos viajar a Asgard y Jottunheim tomando el papel de Havi/Odín y ahora nos toca ir a Svartalfheim en un mapa mucho más grande y una historia mejor elaborada.

Al igual que en los otros reinos mitológicos que ya visitamos en Valhalla, Svartalfheim es un espacio llamativo y vistoso que ofrece caprichosos paisajes que denotan una muy buena dirección artística. Las raíces de Yggdrasill se mezclan con bosques y montañas que brillan en tonos dorados, mientras que el fuego y la humareda de la invasión de los muspels genera escenarios atemorizantes y caóticos en algunas áreas. Assassin’s Creed Valhalla es un juego que se veía muy bien desde el juego base y no es la excepción en esta expansión, sobre todo si se juega en consolas de nueva generación.

Quienes deseen entrar directamente a la acción de Dawn of Ragnarök pueden hacerlo, pues el juego nivelará en automático a su personaje para poder disfrutar de esta nueva campaña. Se recomienda llegar con nivel de poder 340 para jugarla como fue diseñada y los jugadores veteranos que completaron el juego principal o algunas de las expansiones anteriores no tendrán problema para haberlo alcanzado.

Una estructura familiar con ligeros cambios en Svartalfheim

La estructura de esta nueva campaña no es muy distinta a la que tuvo la campaña principal del juego. Luego de una pequeña introducción lineal a la historia, el jugador tiene a su disposición el mapa completo de Svartalfheim que puede explorar en el orden que desee. Este reino mitológico se divide en cuatro zonas bien delimitadas y cada una de ellas tiene cierto nivel de poder sugerido por la dificultad de los adversarios que puedes encontrar, pero existe la posibilidad de explorar como quieras.

La estructura del mapa no difiere mucho con lo visto en la campaña principal. Es decir, las clásicas torres o atalayas te permitirán revelar más detalles del mapa y marcar puntos de colores que sugieren la presencia de riquezas (amarillo), misterios o misiones secundarias (azul) y artefactos (blanco). En cuanto a las misiones principales habrá ocasiones en las que tengas un punto concreto en la navegación y otras veces en las que se te ofrezcan pistas de la zona donde deberías investigar en un sistema idéntico al que ha tenido el juego desde Assassin’s Creed Odyssey.

Al igual que sucedió en la campaña principal de Valhalla, cada una de las regiones tiene una misión principal con varios pasos, ofreciendo así una historia que se divide en capítulos muy bien delimitados en cada zona que se complementan como si fueran episodios de una serie de TV.

Los campamentos de enanos equivaldrían a los pueblos que vimos en el mapa principal de la campaña, son hubs en donde el jugador puede encontrar comercios y herreros para mejorar su equipamiento. Hay una ligera diferencia en la exploración con la introducción de estos campamentos, pues todos ellos se encuentran ocultos; el jugador deberá seguir algunas pistas para dar con ellos y una vez que los ha encontrado se desbloquearán los puntos de viaje rápido.

Las actividades secundarias disponibles en el mapa no son muy distintas a lo que se vio en la campaña principal: hay misiones de saqueo de campamentos enemigos que comienzan en el río, cacerías de mercenarios dispersos por el mapa y muchos calabozos con tesoros ocultos. Lo que más nos gustó —al igual que sucedió en la campaña principal del juego— fueron los misterios, pues hubo historias secundarias muy graciosas que complementaron esta aventura mitológica.

Los poderes del Rasgahugr son el verdadero cambio y generan una dinámica divertida

Al llegar a Svaralfheim, Odín recibe el Rasgahugr, un artefacto mágico que le permite absorber los poderes mágicos de los adversarios mitológicos y usarlos a su favor. A lo largo de la campaña se encontrará con 5 poderes que a continuación describimos:

• Transformación en cuervo: Odín puede volar para llegar rápidamente a donde desee y hasta puede ejecutar asesinatos aéreos al aterrizar en su forma humana sobre algún enemigo.
• Transformación muspel de fuego: Odín puede cambiar las propiedades de su cuerpo para imitar a los muspels, lo que puede ser útil para infiltrarse entre ellos sin ser detectado y lo que también le permite caminar sobre la lava sin recibir daño.
• Resucitar a los muertos: Odín puede aprovechar a sus adversarios caídos a su favor, mientras está activo este poder los muertos lucharán a su lado.
• Poderes invernales de Jotunheim: Odín puede absorber algunas de las propiedades de los habitantes de Jotunheim, agregando un poder congelador a sus armas que puede ayudarle en combate.
• Flecha teleportadora de Jotunheim: Otro poder proveniente de sus gélidos adversarios es una flecha que permite teleportarse de forma inmediata a puntos concretos.

¿Cómo se logra mantener el orden en la jugabilidad con todos estos poderes sobrenaturales? Bueno, pues el juego introduce ciertos límites, como el hecho de poder llevar equipados únicamente dos poderes a la vez y que todos ellos funcionan por un tiempo limitado. También se agregó una nueva barra al lado de la salud y la resistencia que mide el hugr, que es la esencia necesaria para ejecutar los poderes.

La dinámica que se genera entre la administración del hugr y el intercambio constante de poderes según te convenga en cada situación, es muy divertida y le imprime un toque de frescura al juego. En realidad se siente como un sistema muy bien planeado y ejecutado que no rompe con el sistema de combate que funcionaba bien y, por el contrario, complementa de forma acertada la jugabilidad para convertirse en el cambio más agradable y disfrutable en esta expansión.

Es bueno saber que el diseño de niveles también está condicionado a la manera en la que funcionan estos poderes, de manera que los calabozos y todos los puzzles ambientales sacan partido de estas habilidades en sus planteamientos.

En general, el mapa de Svartalfheim cuenta con mucho más verticalidad que todo lo que vimos anteriormente en Valhalla y esto parece estar directamente relacionado con los poderes que ofrecen también nuevos mecanismos de desplazamiento que tienen un impacto positivo en la exploración.

La arena de las valquirias busca ofrecer una actividad con potencial a largo plazo

Además de las misiones principales y secundarias, Dawn of Ragnarök ofrece una actividad diseñada para regresar cuantas veces quieras. La Arena de las Valquirias es una mezcla entre el clásico modo horda de muchos juegos y un boss rush, donde tendrás la oportunidad de disfrutar combates contra amenazas que ya has enfrentado, justificándose como un espacio donde Odín cuenta sus épicas aventuras en los reinos mitológicos.

Además de poder practicar con el uso de los poderes en los combates, esta arena cuenta con una dificultad ajustable gracias a su sistema de alardes, que son modificadores con los que el jugador puede ponerse en desventaja a cambio de obtener recompensas más jugosas. Al finalizar cada reto el jugador recibirá una moneda especial con la que es posible recibir recompensas exclusivas de la modalidad.

La Arena de las Valquirias cumple con sus objetivos de ofrecer un espacio con desafíos recurrentes y es un acierto entre los contenidos de la expansión.

Entonces, ¿Vale la pena?

En su afán de ofrecer contenidos frescos para un juego de hace más de un año, Dawn of Ragnarök acierta al cumplir con lo que prometió: es la expansión más ambiciosa que hemos tenido en un título de la saga, al punto que por momentos llega a sentirse casi como un juego complementario. Entre lo mejor, tenemos el sistema de poderes que se integra muy bien a la jugabilidad sin perder el balance de lo que anteriormente vimos en Assassin’s Creed Valhalla, lo que a su vez impactó de forma positiva en el diseño de niveles.

No obstante, ¿qué tan dispuestos estamos a seguir jugando contenidos que poseen la misma estructura de lo que ya disfrutamos por más de un ciento de horas? Ciertamente es una fórmula que funciona y podemos apreciar la integración de las nuevas mecánicas de juego, pero sigue siendo, en esencia, lo mismo que ya disfrutamos. Para algunos jugadores puede ser muy adictiva la fórmula de explorar y limpiar un mapa con los mismos conceptos que se heredan de Valhalla, pero a quienes les cansó la fórmula repetitiva y abrumadora del juego base, no encontrarán algo abismalmente distinto aquí.

La historia funciona pero tampoco es algo imperdible, por lo que esta expansión es recomendable principalmente para aquellos amantes de la mitología nórdica que vayan a apreciar la composición del mundo y la manera en la que se integran todas las referencias a los mitos. ¿Vale la pena? A nivel de contenido podemos decir que sí se puede desquitar el precio de venta (39,99 USD), pero teniendo en el mercado otros mundos abiertos que están aportando mucho más al género, más bien nos gustaría que la franquicia diera el siguiente paso en lugar de mantenernos en el mismo universo por tanto tiempo. Estamos seguros de que algunas nuevas mecánicas que vimos aquí pueden ser un gran punto de partida para lo que veremos en el futuro de la serie, pero por el momento están atrapadas en el mismo ciclo de repetición en el que no todos nos queremos quedar.